Temptation

9

No había querido salir de mi habitación, Mark era el único que estaba conmigo, mientras yo estaba sentada cerca de la ventana del hotel, estábamos en la suit presidencial, el lugar era muy amplio y olía a nuevo, la cama era muy suave con sabanas de seda. 

La cabeza me dolía desde el juicio, sentía que los ojos me explotan pronto. La sala de juicio había sido un campo lleno de tensión y malas vibras que me tenían al borde. 

Debía sumarle a mi estado el hecho que mi prima podría estar en peligro por la presencia de Luciano, mi buen amigo había nacido en la mafia y hace unos años unos acontecimientos nos llevó a tomar caminos diferentes. Lo que lo llevo a crear su propio grupo y Lacio quedo dividida, aparte de que debía llamar al ministro de defensa por los constantes secuestro en calles de Roma, acto que supongo que debía atribuir a los grupos rebeldes que trabajaban fuera de la mafia y que habían crecido en estos tiempos. Cosa de ser así habrían roto el tratado que teníamos.

Tenía tantas cosas en la cabeza que si le aumentaba otra terminaría con Aneurisma.

Tocaron la puerta, pero no dije nada, lo volvieron hacer.

—Quiero estar sola

—Debes comer algo —Era Alessio —No me iré hasta que abras

—Pasa

Entro y me miro, dejo el carrito de comida en el centro de la enorme habitación.

—Desde ahí un francotirador podía matarte

—No tienes jurisdicción en mi cuarto, además si es así estaría haciéndome un favor

—Hay por favor —Abrace más mis piernas —¿No te vas a dejar vencer por esas?

—¿Con las que te acuestas? —Pregunte sin mirarlo —Según me contaron entran en tu lista

Beyno y yo habíamos visto todo el repertorio de chicas con las que había salido en estos cinco años, y Ashley Harris y Emilia Prince estaban incluidas, la última era la más reciente aunque estaba comprometida.

—Que me acueste con ellas, no quiere decir que me gusten —Se acercó sentándose frente a mí —Y porque las conozco, sé que no valen la pena, dejarse vencer

—Escuchaste todo lo que dijo, y aunque no quiera, duele. Las únicas personas que estaban programas para quererme no lo hicieron. Debo estar muy dañada para que mis propios padres no hayan podido sentir amor hacia mí. Es que solo mira, mientas las hijas de ellos son unas princesas y Barbie huecas. Con mucho respeto para las Barbies porque ahora pueden ser lo que quieran ser. Yo soy un desastre monumental que no puede ser una simple princesa, que lo único que debe hacer es sonreír, estar callada y darle un heredero a la corona. Ser una esposa trofeo. Yo quiero ser yo, quiero que me quieran por lo que soy, y no me pidan cambiar.

—Para mí eres perfecta Rouses —Acaricio mi rostro llevándose las lágrimas que estaba soltando —De pies a cabeza, eres un dolor de cabeza, sí, pero eso me gusta, ame tu baile del otro día y me pregunto si algún día podrías hacer uno privado solo para mí. Estás haciendo las cosas bien, y no te sientas mal por ser tú, que se joda la gente si no sabe valorar lo hermosa que eres. No debes ser todo lo que ellos quieran. 

—Puedo abrazarte 

Asintió mientras me lanzaba hasta él y me refugiaba en su pecho sentándome en su regazo. Sus brazos me envolvieron afrentándome contra él. Después de tanto tiempo volvía a sentirme segura, protegida.

—No me sueltes —Pedí

—No pienso hacerlo

Alessio me convenció de ir a la cama donde me senté y me paso los platos de comida para que me alimentara, se sentó en la cama mientras yo comía.

—¿Ya comiste?

—Sí —Lo miré, intentando averiguar si me mentía —Salí un rato, pensé que estabas dormida

—Ashley Harris te llamo —Lo mire y sabía que si lo había hecho por su mirada —Si lo hizo, vaya, ¿se quejó mucho?

—No más que Emilia —Asentí —Pero solo fui a ver a Ian, somos amigos 

—¿Sí? Vaya. La elite, de la elite. Si bueno no son de mi agrado, Ian un poco, pero el resto son unas víboras, ándate con cuidado Alessio, porque como bien pueden darte la mano cuando más lo necesites pueden enterarte

—Ian no es así 

—Solo es un consejo, por nada me odian todos ellos, Ian no tanto la última vez que lo vi me beso —Me miro —Fue algo inofensivo

—Está comprometido

—Eso es lo que te digo —Rodó los ojos —Algún día me lo contaras, lo sé

—Solo fue una vez, bueno, él sabe que lo hago y no le importa, es solo sexo

—Tal vez para ella ya no lo sea, trata de evitar decirle que salimos, sino que me odiara más

—Es una buena persona, solo que se deja…

—¿Influenciar por Ashley?, sí y no es fea, debe tener cerebro si te cae más o menos, y si te la has tirado más de una vez. No sabes cuanto he extrañado conversar sobre tus ligues, aún recuerdo cuando te escondías en mi cuarto para que no te encontraran, y empezábamos el maratón de películas de los ochenta que no terminamos.

—¿Lo recuerdas?

—Sí, así que eres libre de expresarte, este es un lugar seguro, no juzgamos

—¿Has escuchado del intercambio de parejas?

—Sí —Alzo las cejas —¿En serio? Qué fuerte —Lo golpeé en el hombro —¿Y qué se siente? Porque debe ser toda una experiencia, a mí me gustaría vivirla —Me quede pensando en el hecho de aquello y negué, no, no podría. No era tan liberal —No, olvídalo. No podría

—Y tampoco lo permitiría

—¿Por qué? ¿Por qué tú si puedes tener tríos, orgías, acostarte con cualquiera que se te cruce pro en frente y yo no? Tenemos los mismos derechos Alessio

—Lo sé, pero no podría compartir con nadie Rouses. Además, no podría pensar de ti con otro. —Lo miré, indignada

—Y yo, si debo pensar en ti con otras, eres injusto, no tiene sentido. Vienes y me dices que estás aquí por mí, pero sigues con tu vida libertina 

—No he estado con nadie desde que llegue aquí

—Pones en duda el que me hayas extrañado

—Trate de seguir ¿Okay? Seguí con mi vida y no me digas que tú no seguiste con la tuya, pero ahora estoy aquí, y no he tocado a ninguna de esas mujeres. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.