Temptation

12

La mañana para ir al dichoso club era espléndida, pero no tenía muchos ánimos, le había pedido a Beyno que viniera conmigo, ya que no quería ir sola. Aún tenía sueño y me sentí cansada, Alessio no me había dirigido la palabra en todo el día, y era algo muy evidente, pero nadie pregunto nada.

—La pasaremos genial, ya lo verás

Beyno caminaba delante de mí sosteniendo su batido energético, pero yo estaba segura de que no lo necesitaba, era de ese tipo de personas que se levantaba de buen humor, y no entendía como, yo, por otro lado, tendía que dormir bien para poderme levantar de humor, o al menos del humor de Beyno debía dormir unas diez horas.

Estábamos por entrar a la cafetería cuando la puerta se abrió, golpeando a Beyno.

—Lo siento, yo no… ¿Beyno? —Mire al hombre que estaba frete a nosotros

Estaba vestido con un saco polo y unos shorts de tela y zapatos Bostonian cafés. Sus ojos azules se centraron en mí, tenía un corte perfecto en su cabello chocolate, al igual que su peinado, que estaba hacia atrás. 

—¿Rouses? No puedo creer que esté aquí

—Hola Conrad —Sonrió y se acerca a abrazarme. Me quedé estática, mire sobre su hombro a Beyno quien alzaba los hombros. Se separó de mí mientras me evaluaba.

—¿Que haces aquí? —Alce una ceja —Pregunto por qué sé que odias estos lugares, los odiabas cuando salimos 

—No salimos —Índico algo incómoda —Mi tía —Cambio de conversación mientras él se para frente a mi incómodo —¿Y tú? ¿Frecuentas mucho este lugar?

—Paso la mayor parte de mi tiempo aquí. Acabe el colegio y estaba pensando y si debería seguir la universidad, mientras tanto me divierto 

—Ya veo

Su vista se desvía a lo que tengo atrás, y es que Beyno y yo nos habíamos adelantado.

—Lucia, Camila es bueno verlas

—¿Conrad? —Hablo Camila Asombrada

—Hola querido, ¿qué haces por aquí?

—Perdiendo el tiempo —Susurre, haciendo que Beyno se riera

—Paso el tiempo, yo no sabía que Rouses venía aquí

—No es por mucho tiempo, por los viajes

—Entiendo, y en que… ¿Alessio? —La sorpresa es notable en su voz, y la forma en que lo mira también, está molesto y enojado —¿Has regresado con él?

—Eso es algo que no estoy obligada a responder

—Oh, por favor Rouses, se fue y se casó con otra, son actos imperdonables, muchas veces quise mostrarte de los desmanes que se le acusaban que hacía en América 

—Pero no lo hiciste

—Alessio solo es su guardaespaldas —Informa Beyno y haciendo que lo mire con mala cara y quiera matarlo —Claro que lo que pase después 

—Olvide que tú los apoyabas

—No querido, yo no apoyo nada, lo que apoyo es quien la haga feliz. Tú no lo hacías.

—Las cosas no cambian, ¿no? 

Conrad mira a Alessio con superioridad, haciéndome enojar. Odiaba cuando hacía eso, fue unas de las razones por las que me decide del primero al enterarme de mi lista de pretendientes, Conrad Müller, fue el primero de la lista. Aunque nuestras madres hayan sido amigas, y nosotros también, no habíamos formado un lazo tan unido. Él era parte de la elite mundial, y sabía que ellos serían capases de clavar una daga a sus propios padres para vivir, no confiaba en él. Había estimado a su madre, pero ella murió mucho antes que la mía por cáncer, su padre se casó, pero se divorció varias veces, ahora él es heredero mayoritario de las empresas Müller.

—¿De qué hablas? —Pregunte

—Él sigue trabajando para ti —Lo dijo con veneno —No puedo dejar de hacerlo

—Pues considero que se ha superado —Me acomode el cabello detrás de mi oreja —Tiene su propia compañía, dos, en realidad, es una proeza, sobre todo porque muy pocos lo lograrían

—Eso tampoco ha cambiado —Sonrió con sátira —Aún lo defiendes

—No, solo digo la verdad, porque siendo sinceros, dudo mucho que tú puedas crear una empresa desde cero —Me mira enojado, dando dos pasos al frente, pero levanto la mano sabiendo que Alessio se acercara y eso lo detendrá. Conrad se acerca a mí.

—Aún sigues siendo la misma bruja venenosa Rouses Alessandretti

—Princesa Rouses Alessandretti, que no se te olvide eso corderito —Levanto el mentón sonriendo sin miedo —Ahora retrocede que estás respirando mi mismo aire

—Tan bella, pero tan venenosa —Me hace caso y sonríe —Aún tengo ilusión de casarme contigo, tal vez haga que mi padre hable con tu tía o tu abuela y reconsidere lo que me hiciste hacer cuando estaba enamorado de ti

—Y aún no eras un idiota, pues ese contrato se rompió, resígnate, querido

—Dejarte ir sería un suicidio ¿Sabes? Perderte el infierno, y no sabes como quema

—Tú decidiste dejar de ser mi amigo, cambiaste…

—Querido…

Una voz aguda se escuchó dando paso a una figura delgada a lado de Beyno, el cabello rubio cubría sus hombros, resaltado por un lazo negro que llevaba, sus manos que estaban cubiertas por unos guantes sostenían un palo de golf. Llevaba un vestido de puntos hasta la mitad de los muslos, se veía muy delgada, demasiado. Detrás de ella salieron otras dos personas, una chica pelirroja con pecas y que tenía un vestido verde a rayas de golf y un chico de cabello negro y que vestía igual de ridículo que Conrad. Sus reacciones al verme fueron inclinar la cabeza.

—Su alteza real —Hablaron al unísono

—Conrad ¿Por qué has tardado?

—Estaba saludando a una viaja amiga, ella es mi novia Issabella Bourne, él es su hermano Enzo Bourne y su novia Cedrina DuPont

—Hemos escuchado mucho sobre usted majestad —Hablo el chico —Ninguno le hace justicia

—Conrad, llegaremos tarde al campo de golf 

—Si Conrad, llegaran tarde —Él sonrió ante mi comentario —Ha sido una conversación estimulante, nos veremos una próxima vez

—Miren nada más lo que me vengo a encontrar —Pido al cielo más paciencia al escuchar la voz de la persona que acaba de aparecer —Su alteza real 




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