Alessio
Rouses había estado muy callada. Ni Beyno le había podido sacar una palabra. Maritza, Fabio y Michael se fueron después de salir de la galería, ahora estábamos en el vivero. La propiedad en la que estábamos estaba a las afueras de Roma, en un viñedo. Los propietarios del lugar, hablaba de una innovadora forma de cultivo.
Rouses comenzó a caminar por el lugar. Se había cambiado de ropa, tenía unos pequeños tacos color negro, un short de tela que le llegaban a mitad del muslo y una chaqueta blanca combinada con un poncho. Tenía unos mechones sueltos del moño y una gafas de sol sobre la cabeza y un bolso pequeño negro.
—¿Qué te atormenta? —No me miro —¿No hablarás? Privarás al mundo de tu elocuencia
—Si mal no recuerdo, que hablara, no te hacía muy feliz, me decías que era muy parlanchina y que debía hablar menos
—¿Pretendes hacerme caso ahora? —Me miro —¿En qué piensas?
—En que tal vez si no me hubiera ido cinco años, las cosas no serían un desastre…
—Oh, tal vez no, las decisiones que tomamos nos llevan aquí y ahora. No puedes recriminar por algo que ya paso, siempre lo dices ¿no?
—Quiero irme ya, tengo que leer esos papeles que me dieron los gemelos —Asenti —Y tal vez necesite escapar otra vez
—Su alteza real —Interfiere el encargado —Nos gustaría que se deleitara con nuestra mejor cava de vinos. Déjeme decirle que son los mejores.
—Claro —Me mira indicándome que no quiere perder el tiempo en ello.
Dos disparos hacen que saque mi arma, y vaya hasta donde está Rouses. La tomo del brazo llevándola hasta uno de los rincones de ese vivero.
—¿Otra salida?
—Solo hay dos —Ella me mira
—Saldremos de aquí, te cubriré y correrás lo más rápido que puedas
—¿Y tú?
—Corre, ve hasta el auto, te sacarán de aquí —El enojo transforma su cara —te daré la señal
Salgo y comienzo a disparar a los sujetos que se acercan. Miro sobre mi hombro, está tranquilizando al hombre.
—Cayese, estaremos bien
—Ahora Rouses, corre
Se pone de pie jalando al hombre con ella y sale corriendo, recargo el arma caminando de espaldas intentando verificar que salga sana y salva. El encargado la rebasa y recibe un disparo que hace caiga al suelo fuera del vivero. Rouses se detiene y la atrapan apuntándole a la cabeza. Muchos se quedarían quietos con un arma en la cabeza, pero ella no. Le da un cabezazo al tipo haciendo que bote al arma, voy hasta ella cuando deriva al sujeto. Y dispara. Al llegar a ella la pongo detrás de mí y le quito el arma.
—Corre, ahora —Me mira —Rouses
—No voy a huir
—Hay miles aquí maldición, corre al puto vehículo
Comienza a correr mientras voy detrás de ella, cubriendo las espaldas, un grupo se avecina y empiezo el enfrentamiento cuerpo a cuerpo, mientras disparo y grupo. Rouses están golpeando a uno, pero no se da cuanta que hay otro que la golpea en la cabeza y ella queda aturdida, la toman de las piernas subiendo sobre su hombro.
Mi cuerpo tiembla ante la escena, pero no solo por la impotencia de que se la estén llevando, no por la ira de que el malnacido se haya atrevido a golpearla.
—Rouses
Grito su nombre, con desespero, perderla sería mi fin. Mi cordura depende de que esa mujer este sana y salva. El mundo entero depende de que ella siga respirando porque no sé de qué seré capaz si un día llega faltarme.
Les disparo en la cabeza con el que estoy peleando, mientras ella sigue dando lucha y cae del hombro del tipo precipitadamente. La golpea en el suelo, disparo al que está su lado y al otro me le voy encima golpeándolo de lleno en el rostro una y otra vez, le doy con el arma. Hay mucha sangre. Me toman de los brazos y apuntó al que me está separando del tipo.
—Clámate Alessio
Jeff me quita el arma y mira el desastre que he hecho, me pongo de pie y voy hasta Rouses, le sangra la cabeza. Su ropa está sucia, salpicada de sangre y polvo, Paco la pone de pie, mientras que Lucia, Camila y Beyno se acercan.
—Estoy bien —Dice, pero no le creo
—La ambulancia ya viene —Informa Dylan
Rouses mira al tipo a sus pies, y luego a mí. Sacude la cabeza y la sostengo antes de que caiga, preocupando a todos.
Cuando ese tipo la golpeo, la ira se apoderó de mí, y no me detuve hasta matarlo. Nadie la toca, no frente a mí.
—Rouses —Hablo
—Estoy bien, solo que…
—Oye, habla, no te duermas. Ahí podrás dormir
—Le está sangrando mucho la cabeza —Escuche la voz preocupada de Camila
—Diles que estoy bien, no quiero que se preocupen
—¿Qué te duele?
—Mmm…, a este punto todo, cada parte ¿Qué tan malo se vio?
—No mucho
—También te lastimaron —Indica señalando su mi frente
—Heridas de guerra
La ambulancia llega y una patrulla de oficiales, los bomberos. Atienden a Rouses, mientras el capitán Morelli se acerca a mí.
—Caruso, nos volvemos a ver. Jeff
Mira el cuerpo del hombre y luego a mí, uno de sus hombres que está observando de más cerca se pone de pie.
—Fue golpeado con mucha fuerza, más de la necesaria —Habla —Le partieron el cráneo y la cara —El capitán mira mis manos —El tabique se clavó en su cerebro y murió ¿Qué bestia pudo haber hecho esto?
—Una que sabe que si lastiman a su amada la vida se le volverá un infierno. Supongo que las clases de control de ira no han servido.
—Solo hice mi trabajo —El subordinado del capitán me ve y luego a su jefe
—Uso demasiada fuerza, más de la necesaria
—Bernardo, él lo sabe —Mira al chico —Pero también sabe que si la princesa muera, su carrera se acaba
—Le tomaré la declaración a la princesa
El chico se va y Morelli sonríe.
—Es nuevo, no te conoce, no has perdido el toque, deberías hacer que te atiendan, ella estará bien, es de acero. La he visto peor.
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Editado: 27.05.2024