—Te has vuelto demente, como puedes decirme eso, nunca, me escuchas, nunca debe haber otra forma de que mi padre pueda tener un funeral en la Iglesia de San Pedro sin que yo suba al trono
Había estado hablando con mi prima, no estaba bien, su nariz estaba roja, tenía los ojos hinchados. No dejaban apreciar el violeta de sus ojos, no los había heredado de mi tío, ya que eran verdes, muy oscuros, muy oscuros. Según supe, se parecían a los de su madre. Arabella era de piel trigueña con los ojos un poco rasgados, facciones muy finas gracias a su madre que era coreana. Su cabello era castaño y algo corto, lo tenía recogido en un moño muy mal hecho.
—La abuela sería feliz si, tú heredarás el trono —Indique, la línea quedó vacía, hasta que al fin habló
—Mi padre me dijo una vez, mi hermano es capaz de dejar de existir para que yo vuelva a brillar, pero creo que él debería hacerlo, porque él lo hace con luz propia, no quiero el trono Rouses, sé que resolverás esto, porque siempre lo haces, te quiero
Colgó. Deje las cosas de lado y me puse de pie intentando averiguar cómo podía manejar esto.
—No se puede cambiar de heredero, no así, esto será una locura, un caos
Unos gritaban, otros lloraban, yo solo me quedé mirando los papeles que tenía al frente de mí. He estado repasando esto durante las últimas horas. Intentaba buscar la solución a esto, en la constitución debía haber algo, pero no lo recordaba, cuando era una niña, me la había aprendido, la sabía mejor que nadie, pero ahora todo era mezcolanza. Camila se acercó y me extendió la declaración sobre la muerte de mi tío, dejó el papel en la mesa y se paró a lado mi, cuando leí el papel, vino una idea a mi mente
—Se podría restituir los honores como Duque, no necesariamente como Príncipe —Ellos se callaron y se sentaron, tome el papel y lo firme —La ceremonia se hará él la Iglesia de San Pedro, porque el Duque de Génova es parte de esta familia —Lorenzo asintió, hizo una reverencia con la cabeza
—Apuesto que habrá una reforma a la seguridad —Mire a Alessio —El cuerpo se velará tres días, el último día se celebrará la misa, no quiero ninguna foto del cadáver en la prensa —Asintió
—Solo se tendrá que ajustar un par de cosas, su alteza real, y se lo presentaré mañana en la mañana
—No cuento con ese tiempo, lo quiero para esta noche —dije, él asintió —Si me disculpan tengo que firmar unas autorizaciones para poder traer el cuerpo de mi tío
—Es bueno saber que sirves de algo —dijo mi abuela —Después de todo mi hijo te educo bien, gracias
—No lo hice por ti
Salí de ahí, cuando estuve lo suficiente lejos, me doble en la mitad, Lucia y Camila me ayudaron a centrarme en el suelo, la cabeza parecía que me iba a explotar, mi respiración era irregular.
—Respira, cariño, vamos, respira, lo hiciste bien, solo debes comprender que…
—Nunca me va a querer —Ellas me miraron —Y no sé qué hice para conseguir su odio. Tengo que hacer un centenar de cosas, dime si me necesitan.
Me puse de pie tomando los papeles y caminando lejos de ahí, tomando aire en cada paso, no me iba a desmoronar, yo podía hacerlo, tenía que sostener esta familia, tenía que cuidar esta familia.
Me llamaron a cenar tres horas más tarde. La cena transcurrió en silencio, no había ni moscas, Arabella llamó para decir que habían llegado los papeles, que estaría aquí mañana.
—Mañana estará aquí Sebastián Lincer
Levanté la vista de mi plato. Mirando a mi abuela.
—Entonces es cierto lo que mencionas —no declararon nada —¿Me voy a comprometer?
—Consideramos que sería un partido perfecto —No dije nada
—Lo conocí desde hace cinco años y no lo he visto desde hace dos, ¿crees que es correcto?
—No está definido aún —Indica ella
—Lo está —Hable mirando a todos. Clark estaba sentado a lado de Victoria, frente a ella estaba Alessio y mi abuela estaba en la otra esquina de la mesa. —Sé que su empresa va detrás de la nuestra. Vida perfecta, pero eso no es motivo para casarme con él. A menos que considerara que tendría un poder absoluto. —Ella me miró —De eso se trata, ¿no?, poder controlar a todos —Empuje un poco el plato e hice que me lo retiraran, lo que significaba que los demás deben dejar de comer, negué a ese acto —Y ¿dónde queda el amor? —Todos me miraron —¿Nunca se han enamorado? Pues yo sí, y es algo que todos deberían experimentar, cada parte de mi vida jodidamente planeada —Me levante y tire la servilleta en la mesa —No están listo para hablar sobre el amor, que pueden saber ustedes de ese tema
—Hablas de amor cuando alejaste a la única persona que te amaba y podías amar. Se acabó Rouses ya pasaron cinco años, olvídate de eso, o no quieres que…
—¿Qué me vas a hacer? Ya no tengo trece, además no sé dé que hablas, yo no deje a nadie
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Editado: 27.05.2024