Es el pitido de una máquina que me saca de mi ensoñación. Me duele el cuerpo y la cabeza. La habitación está oscura, y algo está sobre mi cara. Intento quitármelo, pero no me dejan.
—Déjatelo puesto
—¿Camila? ¿Donde estoy?
La luz se enciende y me ceja. Escucho pasos cuando puedo ver bien distingo a una de las enfermeras y Camila. Llora mientras sonríe, tomo su mano y veo la habitación. Me marea la cabeza.
—Rouses ¿me escuchas? —Vómito no sé donde
—Tengo sed
Me examinan, no sé qué me hacen, pero cuando termina estoy más cansada que antes de despertar. Bruno habla con Camila mientras yo bebo agua.
—Tu abuela ya viene —Miro a Camila —Nos diste un gran susto
—Lo siento, no era mi intención —La miro —Creo que debo ir al baño
—Tienes una sonda
—O Dios que vergonzoso —Me peina el cabello
—Duérmete
—No tengo sueño ¿Cuánto llevo aquí?
—Casi tres semanas
Creo que nota mi asombro, nunca me había demorado tanto en recuperarme. Ahora entiendo por qué estaba asustada. La cabeza me palpita. Las puertas se abre y un torbellino llamado Arabella se lanza sobre mí.
—Joder
—Arabella, por Dios, si no la matan ellos, la matarás tú —La reprende mi abuela
—Lo siento, lo siento. Es que… Dios Rouses no vuelvas hacer eso, si te pasa algo me pondré muy triste y tú no quieres que me ponga triste. Además, destruiré el mundo y no tengo un atuendo para eso
—Estoy bien, estoy bien. Abuela
—Bonitas vacaciones —La miro —Es bueno verte despierta
Mi tía Victoria me saluda, está junto a Clark que luce cansado. Luciano está en la puerta y me sonríe.
—Bella durmiente, es bueno que despiertes
A su lado aparece Alessio, que entra y pasa por a lado de mi abuela y me besa. Llevo tres semanas en esta cama y a él no parece importarle nada.
—Quieres volverme loco —Lo miro —Han sido unos días horribles
Se separa de mí, miro a las personas.
—¿Y Lucia?
—Ayer le toco cuidarte y está descansando, vendrá mañana —Miro a Arabella, que ha respondido muy rápido. Clark sale seguido de Victorie —Problemas en el paraíso. Deberías descansar.
—No tengo sueño, quiero…
—No vas a trabajar todavía —Miro a mi abuela —El consejo se fue de Italia —La miro —Varios ministros han sido destituidos
—Te vendrán hacer más exámenes por lo de tu cabeza
—Bien, supongo que poder respirar un poco después de aquella odisea es algo bueno. Hemos ganado una batalla. Deberían ir a dormir, yo no iré a ningún lado.
Todos se despiden y Alessio se queda. Se sienta a mi lado mientras Camila indica que irá al sanitario.
—¿Lucia está bien?
—Sí, está en casa —Su respuesta me tranquiliza, no sería una batalla ganada si no saliera ilesa —Seguro que mañana vendrá
—¿Te quedarás?
—Sí, pero deberé dormir en el suelo. Camila duerme en el sillón. Mañana tengo que resolver algunos asuntos.
—Deberías ir a dormir ¿Has dormido?
—Poco —Toco su rostro y puedo ver lo cansado que se ve
—¿Has comido?
—No mucho —Lo miro enojada
—Alessio Caruso, si te pasa algo ¿Quién me soportará?
—Mmm…, Beyno
—¿Ha venido?
—Sí, junto a Arabella, son un caos. No ha venido mucho, tiene trabajo.
Camila sale y se acerca. Revisa mi temperatura.
—Volveré mañana entonces —Dice Alessio —Quiero escucharte hablar
—No te salvarás
La tarde llega, Camila es la que sigue conmigo. Hemos estado yendo de un lado a otro en este hospital. Cuando mi tía llega veo que son las cinco.
—¿Y Lucia?
Ambas se miran y me miran
—Ella, fue a ver a Nací, no la había ido a ver hace días —Miro a Camila y siento que hay algo que ni me dicen
—Puedes llamarla, me siento dejada de lado
—Hay niña, Lucia te quiere, debe estar por venir —La miro y a mi tía, mueve sus manos con nerviosismo
—¿No me estás mintiendo verdad?
Camila se queda en silencio. Siento que el corazón se me sale del pecho. Vomito y las enfermeras entran.
—La temperatura está subiendo
—Quiero ver a Lucia, ¿Dónde está? —Digo mientras que las enfermeras me atienden —¿Dónde está?
—Ella…
—Vendrá pronto —Habla mi tía
Se lleva a Camila y me quedo ahí, siento que el oxígeno me falta. Trato de no dormirme, pero no lo logro.
Hay un sudor frío que cubre mi rostro, está oscuro y la habitación está vacía. Me destapo y comienzo a quitarme todo lo que tengo. Debo saber como está Lucia. Caigo al suelo cuando intento pararme. Maldigo e intento incorporarme, me sostengo de los aparatos, logro estabilizarme y lo logro, camino hasta sostenme de la pared. Camino hasta la puerta y salgo escucho murmullos, así que avanzó muy despacio. Me detengo en la esquina del pasillo detrás de una planta.
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Editado: 27.05.2024