Temptation

41

La gente está levantada cuando bajo al salón, Camila se acerca y me da un vaso con jugo y mis medicinas.

—Damon no la vio, y ella tampoco —La miro —Rouses ¿Qué haces?

—Desayunar —Me mira —Yo no los invite, por obvio que parezca ¿Qué tenemos para hoy?

—No mucho —La miro

—Buenos días, su alteza real

—Hola Bárbara, como estas

—Bien gracias —Respondo

Entra a la cocina. Bárbara no es fea, es una mujer muy hermosa, con curvas, un cabello oscuro y ojos marrones. El caso es que a mí no me van las chicas. ¿Lo he intentado? Podría decirse, y no fue de mi agrado, con mucho respeto. 

—Liza y Marcus llegan hoy —La miro —Pensé que lo recordaste

—Sí, yo los invité, pero no sabía que los cuatro fantásticos nos visitarían

—Rouses, creo que debes aclarar las cosas con esa chica, se está haciendo ilusiones

—Es linda —Me mira —No quiero que nos envenene a todos

—Lo hará si no haces algo al respecto —Asiento

La risa de Emilia nos llama la tensión, Alessio le ha dicho algo que le ha hecho gracia, a lo que mi cabeza se pregunta que podrá ser ¿De qué se ríen esos dos? ¿Qué puede estarle diciendo? Sacudo la cabeza y alejo esos pensamientos, mientras Camila me juzga con la mirada. Sus risas continúan y una molestia crece en mí. Me aclaro la garganta.

—¿Algo más?

—No —Informa Camila —Si te duele deberías escuchar lo que tiene que decir —La miro —Tal vez ayude a calmar tus perturbaciones

—O Aumentarlas, mi padre una vez me dijo que debían querernos por completo o no hacerlo. 

Me acerco al piano y empiezo a tocar llamando la atención de los presentes como es costumbre cuando lo hago. Mis dedos fluyen sobre las teclas blancas arrancando sonidos melodiosos que envuelven el ambiente. Mientras lo hago. La melodía cambia y mis dedos empiezan a tocar el comienzo de Another Love de Tom Odell.

Empiezo cantar la canción muy suavemente, disfrutando de las notas producidas por el piano. Esta canción me encanta tanto que la sé dé memoria, me encanta con la gente, la canta en público y considero que es así como deber cantada. Mientras el ritmo aumenta. Mis ganas de gritar esta canción igual.

Me dejo el alma cantando esta canción. La siento tanto, siento que digo mucho cantando y me dejo al descubierto al hacerlo, por lo que significa y dar a conocer que si dolió. Mientras acaba disminuyo el ritmo. Termino de tocar y aplauden sacándome de mi burbuja.

—Vaya, vaya, vaya. Tienes que decirme el nombre de quien te hizo mierda, porque pienso pagarle muy bien.

Me pongo de pie. Y me volteo encontrándome con Ashley Harris. 

—Ashley, ¿Por qué no me sorprende? —Miro a Emilia —Si donde va la una bruja va la otra —Susurro 

—Te ves fatal Rouses, dime ya quien fue

—¿Quién fue, qué? —Sonrió —Es una viaja canción, rememorando los viejos tiempos. Dime mejor tú que haces aquí. 

—He venido hacer un trato contigo 

Su mirada se desvía centrándose en Alessio, y camina hasta el. Emilia toma del brazo a Alessio, pero eso no impide que Ashley lo bese. Alessio se aparta.

—Lo querido

—¿Qué haces aquí? —Mira a Emilia 

—No crees que estás muy lejos de casa, deberías tener vergüenza, siendo una mujer comprometida —Mira a Alessio —Hazte a un lado

—No lo hare 

Las dos se miran y comprendo la disputa. Se retan con la mirada y yo término mi vaso de jugo. 

—No recuerdo tener una reunión contigo —Mencionó, entregándole el vaso a Bárbara —Es más, jamás agendaría una reunión contigo

Mía y Anthony parecen fascinados con la escena. Mientras que Arabella y Luciano cuchichean entre si.

—No lo hiciste —Me volteo y es Ian Meyer, el prometido de Emilia —Fui yo el que solicito la reunión por Ashley

El lugar queda en silencio, Camila me mira diciendo que haga algo, pero no hay nada que pueda hacer. Ian se acerca y toma mi mano y la besa.

—Así es, ya que como sabía que no me recibirías, el me hizo el favor y yo también le hice un favor a él

—Tan bella como siempre Rouses, más hermosa que nunca —Alejo mi mano —Espero que mi prometida —Recalca estas palabras —No haya sido una molestia, no sé qué hace aquí

—Yo tampoco —indico —Es bueno verte Ian ¿Cuánto tiempo ha pasado?

—Casi cuatro años, cinco. Me has privado de tu belleza. Deberíamos salir y ponernos al corriente

—No creo conveniente hacerlo, no creo que a tu prometida le guste eso

—Se coge a tu empleado, no considero que le importe mucho —Miro de reojo al resto

—Claro, no veo porque no podríamos hablar de negocios

—Tal vez podríamos dejarlos a un lado a lo largo de la cena

—Posiblemente —Tomo aire y miro a Ashley —¿Entonces?

—Que sea en privado —Mira con desdén a Emilia

Le señalo el camino hasta la oficina donde entra primero y yo después. Se sienta y yo no lo hago.

—Tú dirás —Miro por la ventana —Es un día muy ajetreado. Así que…

—Quiero que me vendas la empresa de los Prince —La miro —Sé que te la darán como forma de pago, y yo la quiero. Es un peso muerto, debes saberlo, no te beneficiaría, en cambio, yo pienso fragmentarla y sacar lo mejor.

—Pensé que eran mejores amigas

—No existen las mejores amigas, solo conocidas que pueden apuñalar por la espalda. A tus enemigos debes tenerlos cerca.

—Debo pensarlo —Me mira —Aún no la tengo

—Pero lo harás

—Entonces prepara tu oferta, la escucharé y me lo pensaré, tal vez lo considere si veo la cifra correcta en una hoja primita —Me mira —¿Qué?

—¿Cómo?

—¿Cómo descubrí tu engaño? —Asiente —Tu anillo familiar te delata —Se mira la mano, sume uno más uno y dio dos. Qué sorpresa ¿No? ¿Algo más?

—Si tú no acabas con Emilia Prince, te quitaré el gusto de hacerlo

—Puedes hacer lo que quieras

—¿Tenemos un trato?

—Solo si logras convencerme




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