Temptation

55

Alessio

Han pasado veinticuatro horas desde que Rouses intento suicidarse, le han realizado un lavado de estómago. Su abuela ronda por la sala de espera, pero no dice nada. 

Cuando nos dejan verlo Rouses no nos mira, el lugar está en silencio y solo se escuchan los sollozos de Victorie y Camila que intentan hacer que Rouses hable, pero no emite sonido.

—¿Qué crees que hubiera pasado si morias? —Pregunta la abuela de Rouses

—Es lo que quieras no, no entiendo por qué te molestas. Debiste dejar que muriera

La abuela la queda mirando. El médico entra.

—Puedo decir que unos minutos más y tal vez no estuvieras con nosotros. Te he referido a un nuevo psicólogo, Rouses. No estás sola en esto. 

—¿Cuándo podre salir de aquí? —Pregunta Rouses

—Firmaré tu alta

Salen dejándome sola con ella, no me mira. 

—Dudo que Arabella…

—No me digas lo que ella hubiera sentido, porque no lo sabes —Me mira el fin —Tiene un ojo lleno de sangre —Deberías irte. Quiero que te vayas. 

—No me voy a ir a ningún lado —No dice nada —¿Por qué lo hiciste? ¿En qué estabas pensado? ¿Acaso no pensaste en mí?

—No, no lo hice, porque no sabes como duele Alessio. Yo tenía una responsabilidad y era mantener con vida a mi familia y en un año he perdido a tres de los miembros de esta. Mis responsabilidades me superan y superan lo que quiero. No puedo. Este vacío ha crecido desde hace años, pero esta vez se ha intensificado. Arabella está muerta, y es mi culpa. Yo la puse en esa caja. 

—No, tu no la mataste Rouses, es ilógico. Arabella te amaba mucho —Se retuerce en la cama —Ella no quería esto

—Ya no importa lo que ella quería o no —Dice —Ya no está. Ahora vete. Quiero estar sola.

—No me voy a ir. Me quedaré aquí —Me mira —No pienso dejarte para que vuelvas hacer lo mismo

—¿A ti que más te da? 

Su pregunta me sorprende y me deja sin habla.

—¿Como que a mí que más me da? —Consigo hablar —Tenía tu cuerpo sin vida en mis brazos, tuve que reanimarte, yo ¿Acaso no te importa lo que sentí? Pensé que te perdía de verdad, joder. Parece como si no te importara lo que yo siento.

—No me importa Alessio, solo quiero que te vayas, y no solo de la habitación, sino de mi vida. Vete. Déjame sola. No quiero verte a ti, ni a nadie. Quiero estar sola.

—Mentirosa —Me mira —Mientes, no quieres estar sola, lo único que quieres es sumirte en ese hueco, pero déjame recordarte que no eres la unica que ha perdido a alguien. Tu tía, Luciano y tu abuela perdieron también. No eres la unica. No dejes que esto te venza Rouses no puedes…

—Ya lo hice Alessio, lo hice al tomarme el frasco de pastillas y quedarme al fondo de esa bañera. Ya me rendí y como sabrás, me he rendido muchas veces, pero al parecer está para matarme, soy una inútil. Sal por favor.

Se acomoda dándome la espalda. Salgo de la habitación y Camila se acerca.

—No le hagas caso, es el dolor hablando

—No creo que debamos dejarla sola —Indico

—No —Miro a la abuela —Tendrá una enfermera, e irá a terapia si es lo que quiere, no podemos ayudarla si ella no quiere

—Es que no quiere —Digo —Ella quiere morirse 

—Lo sé, señor Caruso, lo sé

Regresar al castillo es quitar todos los objetos que se consideren peligrosos para Rouses, tijeras, rasuradoras, limas. Sacamos todo. Se colocan cámaras, y se recibe al personal que la cuidara.

La enfermera debe estar en sus treinta, sale de la habitación de Rouses.

—No habla, veremos como evoluciona, no quiero darle medicamentos, quiero ver como evoluciona, debe pasar por las etapas del duelo. 

—¿Y en qué etapa está?

—Depresión, pero puede regresar a la ira, como puede avanzar. La vigilaremos bien. 

 

Rouses no respira y está tirada en el suelo con los ojos abiertos mirándome, y aunque por más que intento que vuelva a respirar, no lo logro. Hay sangre, pero no sé dé donde es, esta empapada. 

Me despierto sudando en mi cama con el sonido de mi teléfono. Miro el mensaje, hay algún problema con Rouses. Salgo de la cama y voy hasta su habitación. Veo a Camila que está llorando mientras dentro parece que hay más personas. Clark no me dice nada cuando entro. 

—Suéltame, déjame —Escucho la voz de Rouses —Déjame. Arabella, lo siento. Lucia, por favor, perdóname. Suélteme, quiero ir con ellas. Déjeme.

Rouses tiene los ojos abiertos, pero no está aquí, sigue dormida. Me acerco a pesar de lo que dice la enfermera y la tomo del rostro. Llora con desesperación.

—Shh

Me mira y pestañea. Lanza un lastimero suspiro y esconde su cara en mi cuello mientras la abrazo y rompe a llorar. La enfermera me mira. Mientras yo acaricio la espalda de Rouses quien no vuelve a dormirse, solo se recuesta mirando a un punto en su habitación.

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—No ha querido comer en toda la semana su majestad, hemos intentado que coma, pero es imposible. A este paso morirá de hambre

—¿Y qué propone?

—Podemos ponerle una sonda, tampoco ha estado digiriendo bien los alimentos en los primeros días, dudo que lo haga ahora.

—No, nos dejará hacerlo —Habla Camila

—Hablaré con ella —Digo

—Puedo hacerlo yo —Dice Beyno

—No —Le digo —Será mejor que lo haga yo. Que tengan todo listo




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