Temptation

56

Rouses

Afrontar la muerte de un ser querido puede ser algo muy complicado. Mi mente aún se niega a creer que Arabella haya muerto en realidad, pero su ausencia se siente en el aire. Ella ya no está aquí. La última imagen de ella me llena la mente y la ira invade mi cuerpo como una llamarada. Quiero que paguen por lo que hicieron, mi familia no se toca, no se amenaza. 

La psiquiatra frente a mí me mira y espera que diga algo. Hoy deje la sonda, algo que da mucha alegría al resto, a mí es un paso a lo que debo hacer. Sé cómo debo actuar para que me dejen en paz y sé cómo debo sanarme después. La conversación con mi abuela fue clara, me daría tres años, tres años lejos de todo esto otra vez.

—Sabes que la muerte de tu prima no es tu culpa ¿Verdad?

—¿Mi abuela le pidió que me lo repitiera?

—No. Dime que era Arabella para ti.

—Mi prima —Me mira —Era mi dolor de cabeza, se metía en muchos problemas, problemas que debía yo solucionar. Ella era la unica persona que apresar de todo, seguía ahí conmigo, la que nunca se fue. Perderla ha sido un golpe que me ha dejado en el suelo.

—Parece que te daba muchos problemas. Era mayor para ti, verdad.

—Si y Si. Arabella era así. Así la educaron.

—El proceso de duelo suele ser my complejo comparado con las otras sesiones, creo que vamos avanzando poco, pero lo hacemos. No te daré pastillas ni somníferos. La meditación y varios ejercicios que te mostraré te ayudaran a dormir. Con todo te vere en el centro muy pronto.

No digo nada, ella se marcha. Camila entra con una sonrisa y me mira. Me da el desayuno, pero no quiero comer. 

—No tengo hambre

—Por favor Rouses no empecemos —La miro —Comerás o te meteré la cuchara a la garganta hasta dejar la bandeja vacía.

—Bien

Cuando termino de comer se lleva la bandeja, miro mi brazo que tiene la intravenosa, hoy me la quitaran, o eso dicen.

Alessio entra y me da una botella de agua que bebo. Se sienta a mi lado y besa mi cabeza, me arrimo a su pecho y cierro los ojos.

—¿Cómo te fue?

—Creó que bien —Indico —¿Y a ti como te fue?

—Conocí a varios duques, condes que me han invitado a un club para varones o algo por el estilo, le he dicho que lo pensaría.

Lo miro y luego miro mi anillo. No quiero dejarlo, pero sé que es necesario, yo lo necesito y si quiero esto debo ser mejor. 

Las arcadas que tengo lo ponen alerta y me acerca un cubo donde vomito el desayuno. A veces pasa eso. Alessio frota mi espalda hasta que dejo de vomitar y me recuesto. Me siento horrible. Camila entra y lo ayuda a limpiar, yo quiero ir al baño.

—Necesito ir al baño —Me miran ambos y Alessio se acerca y me lleva hasta el baño con la intravenosa de acompañante —Gracias

Cierro la puerta y me miro en el espejo. Se me notan los pómulos de la cara, mi clavícula está muy marcada y mi cabello parece necesitar de un buen tratamiento. No me demoro mucho, me aseo un poco y salgo encontrándome solo con Alessio que me mira de arriba abajo. Me doy cuenta de que solo llevo un top y mis bragas. 

Aparte de eso debo verme horrible así toda huesuda, trato de llegar a la cama, pero el me toma de la cintura y me acerca a él. Lo miro mientras aparta varios mechones de cabello de mi rostro.

—¿Qué pasa? —Pregunta

—Me siento horrible —Digo —Se notan los huesos

—Considero que con una funda de papitas fritas regresas a ser tu, pero te ves bien

Niego y el asiente, me lleva hasta el espejo y me para frente a el, con su pecho en mi espalda. Sus dedos recorren mis muslos y se aferran a mis caderas hasta y las detalla. Besa mi cuello.

—Soy un fideo —Alessio me mira por el espejo 

—Te ves bien, solo debes comer un poco más y estarás bien —Lo miro —¿Confías en mí?

Asiento. Miro mi cuerpo de nuevo y mi brazo que tiene un morado de donde está la intravenosa. No me gusta lo que veo. No entiendo como a él si le gusta lo que ve. 

—No me veo bonita

—Te ves bien, ven, recuéstate un poco

Me deja en la cama y se sienta a mi lado después de taparme. Me cuenta de su dia y lo que ha hecho lo escucho, hasta que la enfermera viene. Limpia mi brazo y me retira la intravenosa. Me pone una bandita y se retira. 

Miro la bandita en mi brazo, como si las heridas sanaran tan fácilmente, sería feliz si eso fuera así. 

—Sabes, cuando era niña y me raspe la rodilla, y Lucia me puso una curita, dijo que esas sanaban. Cuando Camila se divorció, creí que poniendo una curita se sanaría. Lucia me explico que hay heridas que no son fáciles de curar y tardan más tiempo porque suelen ser diferentes. Cuando perdí a mí padres me dolió —Lo miro —Me dolió la idea de una familia, pero ese dolor lo supero la muerte de Lucia y ahora la de Arabella, hasta la muerte de mi tío me dolió mucho más que las suyas. Me pregunto si soy una mala persona. Puede que si. Soy la villana para muchas personas, pero alguien debía serlo y como nadie más quiso, pues.

—Rouses…

—El dolor no se ha ido, incrementa dia con dia. Es más difícil no querer salir y… —Lo miro —Quiero acabar con el mundo Alessio, quiero que sienta lo mismo que estoy sintiendo. Quiero que paguen por este dolor en mi pecho, quiero ver sangrar a cada uno de ellos y cuando no puedan más, ser lo último que vean antes de morir. 

—¿Tendrás paz?

—No lo sé —Indico —Pero al menos podre dormir sabiendo que he hecho algo. Le dije a Michael que su muerte no sería en vano y si creo que lo que está pasando es verdad, me enfrento al mismo enemigo vestido de oveja. Lo que no sabe es que yo también voy disfrazada.

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