La abuela se lo había sugerido, como medida de prevención, para que yo no terminara declinando, porque había hecho lo que para ella era un acto atroz, enamorarme.
No tuve tiempo de nada, al llegar la maleta ya estaba hecha, la primera parada fue Rusia, pase con Aleck y Esteban, conocí a su novia, pero después todo se complicó, tenía que irme de Rusia lo más rápido posible, o si no la vida de todos peligraba.
Llegue a Hong Kong, Wang me permitió quedarme, pero al igual que mi primera parada tuve que irme de nuevo.
Lucia y Camila habían sido solicitadas por mi abuela, así que el nuevo destino que tome lo hice sola, y así por los próximos tres meses, lo bueno es que no sabía en qué lugar iba a llegar, podía dormirme en Sídney y despertar en Bulgaria.
Conocí sitios recónditos, viaje y conocí personas, me perdí, y una parte de mí los disfruto, pero la otra deseaba regresar a casa, con Mark, con Lucia, Camila, bagar sola por ahí no era bueno; no cuando recibías el año nuevo y navidad en unas frías y tristes habitaciones de hotel o cuando de cumpleaños soplabas una dona, con una vela, en el baño de un avión.
Quería regresar a casa, pero no sabía si podría.
—Tiene un nuevo mensaje
La habitación estaba de cabeza, llame a mi padre y no respondía, sería mi segunda navidad sola, y quería ir a casa, pero no podía mientras mi padre me dejara.
—Hola Sophia, escuche tu mensaje, hija, mira, aquí las cosas están complicadas, lo mejor que puedes hacer es quedarte donde estás cuando puedas venir, te lo dire, y mandaré a alguien por ti, cuídate Sophia
Había escuchado el mensaje cinco veces y no entendía que podía ser tan importante como para no poder regresar, a la única conclusión que llegue fue que mi padre no quería ver, después de todo, aún no quería verme.
Vísperas para año nuevo y estaba en un pueblo en medio de la nada, había mucha nieve afuera, no había comido nada, me dolía el estómago, era la cuarta vez que intentaba llamar a mi padre, el teléfono sonó, un rato más cuando alguien lo tomo.
—Padre —La línea quedo en silencio
—Rouses, qué sorpresa
—Padre, yo te llamaba, es casi año nuevo, padre y yo solo quería regresar a casa, por favor solo debo quiero ir a casa, no te molestaré ni notarás que estoy ahí, solo déjame regresar —La línea quedo de nuevo vacía
—Lo siento Rouses, pero no es posible, necesito tiempo, aún no puedo ser tu padre, ni verte —Cerré los ojos
—¿Y cuándo será? ¿Tendré que vivir en habitaciones de hotel hasta que mueras?
—Rouses, solo entiende…
—No tú entiende, yo solo no quiero pasar sola una vez más tiempo, quiero regresar a mi casa, con las personas que me quieren, yo solo quiero irme a casa y abrazar a Mark, a Lucia y Camila y ver a mis amigos, no quiero volver a despertar en un nuevo hotel
—Rouses yo, voy…
Colgué mientras las lágrimas se me iban, las cosas es que estaba claro que mi padre no me dejaría regresar, ni compartiría nada de su vida conmigo, lo único que podía hacer es, esperar, esperar que me amara, de la misma forma en que yo lo hacía.
El avión para partir estaba listo, estaba por subir cunado, Mark salió de el, seguido de Lucia y Camila, no lo dude y corrí hasta ellos.
—¿Cómo han podido venir?
—Tu padre nos envió, ya no deberás viajar sola
—Tu padre te envíe este teléfono, para cuando quieras llamarlo o el llame —Lo tome y lo mire, entonces lo lance, este se hizo pedazos
—No necesito a mi padre, ya tengo a las personas más importantes, y el no es una de ellos
Subimos al avión con rumbo hacia lo desconocido, pero esta vez tenía personas conmigo, no me importaba a donde me mandaran, si las tenía a ellas, podía irme al mismo infierno.
—Hola Sophia, espero que esté bien, hace un mes que no se nada de ti, Lucia y Camila llegaron ayer, dicen que estás bien, me gustaría saber de ti, cuídate.
—Hola Sophia, han pasado ya cuatro meses y no se nada de ti, Lucia y camila dicen que no han hablado contigo, responde por favor, usa el teléfono, necesito saber de ti, es imperativo, para la corona que esté bien y que cuando regreses lo hagas sana y salva.
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Editado: 27.05.2024