Tenebrae La Catástrofe de Tonalli

Capítulo 24. Los Chicos de Namida

N/A: Este capítulo me gustó mucho escribirlo e incluso llore un poquito. Estaré encantada de recibir comentarios y críticas, pues mi deseo es hacer llegar las emociones, conflictos internos y el desarrollo de los personajes que conforman TENEBRAE.

PD: Intento publicar en simultáneo VERUM FALSUM que corresponde a una serie de acontecimiento ocurridos en la Nación Hermana: Citlallan, 2 años antes de TENEBRAE, en este punto no hay cruces entre ninguna de las dos historias. La diferencia es que TENEBRAE se encuentra prácticamente terminada y VERUM FALSUM esta en fase de redacción en papel (Word xD) y en ella me puedo permitir modificar el formato de ‹‹Novela›› a ‹‹Relato Corto›› o ‹‹Cuento››, amo escribir novelas, empero sé que no necesariamente es mi fuerte, por lo que pido opiniones pues mi mayor deseo, como lo comenté poco antes, es trasmitir este universo y personajes que llevan esperando casi 12 años. Sé que sería recortar mucha información y detalles pero si la idea general se entiende estoy dispuesta a intentarlo con las historias siguientes.

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Capítulo 24. Los Chicos de Namida

 

 

 

 

En medio de aquella casa donde estaba, frente al mismo baúl viejo, una mujer sin rostro y voz le mostraba la borrosa fotografía de una joven que veía con los ojos perdido hacia el cielo. La anciana le hablaba de esa joven buena y dulce mujer, a quien todos amaban. Inocente e ingenua criatura que se había enamorado perdidamente.

Le repetía lo mismo una y otra vez. Una, dos, tres, cuatro, cincuenta, cien, quinientas, mil veces. Y podía sentir la sangre correr fuertemente por sus venas y su mano arrugando una gastada carta.

Todo se volvió a poner negro.

Se empezaron a escuchar muchas voces y ruidos. No logrando identificar nada con claridad tampoco sabía si era realidad o aun un estaba en un sueño, todo estaba oscuro y sentía una molestia en la pierna izquierda. Adolorido, pero extrañamente cómodo, aunque ya no estaba cansado sus ojos se negaba a abrirse, prolongar un poco más aquella comodidad, sin dolor, ni miedo.

Extrañado por ese pensamiento tomó las escasas fuerzas que tenía y abrió los ojos.

No recordaba con exactitud el lugar donde lo habían atendido los médicos de Alfa, pero donde se encontraba ahora no tenía nada que ver con un hospital. Sin duda alguna era la habitación de alguien: Había pocos muebles y la decoración no era tan iluminada como la del cuarto que uso en casa de Aura. Esa pieza en realidad era más sobria, casi gris.

Aunque definitivamente no era la rustica choza de su sueño.

Escuchó pasos a través de la puerta frente a la cama, trató de levantarse, pero una punzada en la pierna le atravesó la columna haciendo que desistiera completamente de su intención. Esa punzada acentuó un dolor de cabeza que ni siquiera había notada que tenía. Además que llevaba algunas vendas en los brazos aunque estos casi no dolían.

Estuvo tentado a quitarse los apretados vendajes por el mal recuerdo que le traían pero enfriando su mente, cambio de idea.

Desde fuera escuchaba pasos, muchos pasos, aguzó el oído.

— ... al General —decía una voz, muy apurada.

— Ahora mismo —otra igual de apurada.

— ... comuníquenlo al Cuartel...

— ...la Evaluación de Reclutas se suspende hasta...

— ... se necesita una confirmación inmediata...

— ... esta semana es una reunión de intendencia...

— ...adelante con la investigación, el escuadrón de ...

— ... es una petición de máxima seguridad para...

— ... por ningún lado, están buscado por la cuidad entera pero nada, señor.

— Revisen la zona de las Secciones y avísenme si hay algún cambio —esa era la voz de Metzonalli—. Capitana Tezatl, ¿Qué paso con...

Mucho ruido fuera de la habitación, voces que iban y veían. No lograba escuchar bien y eso hacía que Tet se sintiera frustrado, después de toda su vida dependiendo principalmente de su oído cualquier interferencia le irritaba. Molesto por tal confusión, se levantó a como pudo, con una pierna y ambos brazos vendados apenas podía caminar por el dolor y lo ajustado de los vendajes. Cruzó el cuarto con suma dificultad y alcanzó a la puerta de dónde provenía tanto ruido.




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