Tengo Ganas de Amar

Capítulo 16: Mary

Capítulo 16: Mary

Hay verdades que duelen.

Que duelen sin que te des cuenta en el momento. Eso lo supe cuando entendí que mis padres no volverían a estar juntos.

No creo que el amor se haya acabo, al contrario, pienso que nunca existió.

Que sus corazones jamás se pertenecieron, que en realidad le pertenecían a personas distintas. Vi el odio en los ojos de mamá y también la tristeza profunda en los de papá, más esa mirada vacía no era nueva, la había visto siempre, desde hace mucho tiempo.

Hay tantas cosas que pueden causar dolor, algunas tienen explicación, otras no justo como ahora. Me duele el corazón, me duele el pecho y sé que es de un horrible presentimiento.

Mis manos pican y mi cabeza no deja de pensar en Peter en que debo verlo. Es por ello que no dudé en tomar el primer vuelo disponible hacia Italia, salí a las 10 de la mañana y ya he pasado más de doce horas en avión y en otro. Me duelen un poco las pompas de estar tanto tiempo sentada.

<Mary:
¿Qué tal hoy? >

Espero su respuesta la cual se tarda más de lo debido. Coloco una película antigua y cierro los ojos para descansar, una notificación llega a mi móvil.

<Peter:
Cansado, tú cómo estás? >

Suspiro, sus últimos mensajes han sido igual de fríos desde hace varios días, o quizás varios meses. Extraño al Peter de antes, a mi novio amoroso y protector, y llevo tanto tiempo preguntándome en que momento todo cambio.

<Mary:
No soporto oír a mis padres discutir. Quisiera estar allá contigo. >

Peter no sabe que estoy regresando a Italia, todo será como una sorpresa, deseo aparecer y sorprenderlo que ambos iniciemos un buen año juntos, lejos de todos los problemas anteriores. Pasan unos diez minutos y no me llega respuesta suya, el robot del avión me trae una copa de sangre fresca mixta, se lo agradezco y la bebo. Media hora más tarde llega el mensaje de Pet.

<Peter:
Todo se solucionará. Te lo aseguro. >

Paso saliva sin responder nada más, cierro los ojos para dormir. Para que la cabeza deje de darme vueltas y que esta sensación de vacío me pase.

<<<-Dime que sientes... - escucho la voz de Peter, suena como un susurro bajo pero lleno de necesidad.

La estancia es oscuro, solo veo siluetas. Dos siluetas que se dispersan y que van y vienen.

-Besame Peter, bésame... >>>

Abro los ojos despertando cuando una turbulencia hace que todo el avión se mueva. Escucho voces, risas y muchas palabras de felicitaciones, no entiendo que pasa. Frunzo el ceño y volteo a ver por la ventana, hay muchos fuegos artificiales, muchas imágenes coloridas, reviso la hora en mi computador y entonces me doy cuenta que son las 00:00 am, oficialmente acaba de iniciar el año.

- Feliz año. - saluda un chico que hasta ahora noto está sentado a mi lado. En sus ojos noto los destellos amarillos, es un licántropo.

- Feliz año. - asiento.

Suspiro, tenía la boba esperanza de ver a Pet antes de las doce pero deberé esperar dos horas más a lo mucho.

Reviso mi teléfono, tengo muchas felicitaciones de mis amigos, algunas fotos de las chicas en la fiesta de año nuevo de la universidad. Enna no aparece en ninguna, como si no hubiese estado allí. Tengo unas cuantas llamadas perdidas de papá, tan solo una de mamá pero ninguna de Peter.

Resoplo y me hundo en mi propia miseria, le escribo un mensaje, quizás solo se olvidó de escribirme y ya. Eso espero.

<Mary:
Amor, feliz año, sé que las cosas no han estado muy bien últimamente pero deseo que empecemos con el pie derecho. Que sea un año lleno de éxitos para ambos y muchas alegrías. Te quiero Pet, nos vemos más pronto de lo que imaginas. >

Sonrío y envió el mensaje. No espero una respuesta inmediata, creo en la posibilidad de que esté festejando junto a sus amigos o en familia. Intento no desesperarme, creyendo en ideas erróneas.

Aproximadamente a las 2:25 de la madrugada pongo un pie sobre suelo Italiano. Está nevando, por eso se retrasó el vuelo, pero amo la nieve, me hace sentir bien, me da vitalidad.

Espero un rato en la zona de desembarque, mi maleta es una de las ultimas en salir y es como si estuviera contra el tiempo. Mientras más rápido quiero que se den las cosas, una fuerza sobrenatural intenta que todo se retrase. Arrastro mi maleta por la rampa y chillo cuando alguien golpea mi pie.

- Auch.

- Lo siento. - se apresura a decir. Otra vez el licántropo del avión.

- La próxima vez ten más cuidado. - rujo. No puedo ser linda cuando ha raspado mi maleta.

- Lo tendré en cuenta. - Creo que va a decir algo más pero se calla. Resoplo y salgo de allí.

Han pasado unos veinte minutos entre todo el ajetreo del desembarque, ya van a ser las tres de la mañana y por ser una noche especial, Italia sigue despierta. Huelo el delicioso olor del pan recién horneado y mis tripas suenan, compro diferentes tipos de pan, unos que llevan jamón y mantequilla por dentro, son los que más les gusta a Pet, y para mi compro panes dulces.

Tomo un taxi hacia el centro de la ciudad, una ciudad pintada de blanco, su majestuosidad es tan grandiosa que todo el mundo quiere conocer Italia, la gran ciudad de las especies sobrenaturales. Mientras el auto avanza hacia el centro, la opresión en mi pecho incrementa, y no entiendo ¿por qué?, comienza a doler, comienza a ser molesto y como nudos y nudos formándose en mi cráneo.

- ¿Puede acelerar por favor? - insisto al chófer.

- Las calles están resbaladizas, voy lo más rápido que puedo.

Maldigo por lo bajo y esta vez llamo a Peter. Tan solo quiero saber que se encuentra bien, que nada malo le ha pasado, su móvil timbra varias veces, él no contesta.

Diez minutos después, suelto todo el aire que estaba conteniendo cuando el auto se estaciona fuera del edificio, todo parece estar normal. Es una calle desolada, aunque hay unas cuantas personas alrededor. Coloco mi clave para pagarle y salgo del vehículo, rápidamente entro al edificio y subo por el ascensor puesto ya puedo acceder por allí.




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