Tengo Ganas de Amar

Capítulo 62: MaryAnne Parte I

CAPÍTULO 62: MARY

Parte I

(***)

Días antes

Escucho un zumbido en la cabeza que no me deja en paz, que retumba y retumba a mas no poder, quiero que se detenga porque realmente duele y es insoportable.

Abro los ojos, el zumbido disminuye, pero el dolor de cabeza no. Oigo un carraspeo y veo a Nate entrar hacia la habitación.

— Hola, te traje algo de beber. — le sonrío y agradezco tomando el vaso que me ofrece.

Él se sienta en un pequeño banco a mi costado, permanece callado y solo me observa mientras termino de beber, me limpio con el dorso de la mano y él recoge el vaso colocándolo en una mesa.

El silencio se apodera de la estancia y odio la forma en que Nate me está mirando, se siente... lastimado.

— ¿Por qué me miras así? — musito con temor.

— Nada, solo me gusta observarte. El saber que estás bien... realmente me alivia. — susurra. Sin embargo, hay algo en su voz que me indica que no se trata solo de eso.

— ¿Qué pasa Nate? — él baja la mirada hacia sus manos y niega.

— Solo intento entender porque no acudiste en mi... acaso... ¿ya no me tienes confianza?. — sus ojos tristones me parten el corazón y me acerco hacia él.

— Por supuesto que si amor, confío en ti plenamente es solo que...

— Mentiste. — me dice con un atisbo de molestia y parpadeo. — cuando explicaste lo que pasó en casa de los Hunter, mentiste, les mentiste a todos con lo de tu compañera.

— ¿Leíste mis pensamientos?

— Ese no es el punto Mary. — refunfuña.

Me pongo de pie y niego, teníamos un acuerdo... él respetaría mis pensamientos.

— Nate teníamos un acuerdo.

— Estaba preocupado ¿entiendes? Necesitaba entender que pasaba por tu cabeza... comprender porque hiciste todo eso, sin siquiera decirme nada... porque no confiaste en mí. — se pone de pie acercándose a mí.

— Porque no se trata de ti. — musito y los ojos se me llenan de lágrimas. — Entiende que esta vez se trata de mi... de papá, de mi familia... tengo tantas cosas en la cabeza que no me dejan tranquila, y tú siempre has sido mi escape a todo eso, no te lo dije porque no quería que llevaras todo el peso de los secretos de la familia y... — la voz se me quiebra y rompo en llanto, entonces Nate viene hacia mí, sus brazos fuertes son un alivio ante todo el pesar y dolor que estoy sintiendo, me quiebro ante su abrazo, ante el toque de sus manos sobre mi espalda, ante el susurro de su voz sobre mi oído. — Lo siento... lo siento tanto... no sabía que pasaría todo esto... yo...

— Yo lo sé. Y no es que se trate de mí, por supuesto que sé que yo no tengo nada que ver allí, pero si se trata de algo que te importa y que no te deja tranquila también es importante para mí, también quiero ayudarte, quiero ser siempre la persona en quien puedas apoyarte Mary, quiero ser la roca en la que te puedas sostener. — Nate sujeta mi rostro y lleva mis labios a los suyos, mis lagrimas saladas se mezclan entre nuestro beso, y es un beso necesitado y lleno de sentimiento. Como extrañaba sentirlo.

Nos besamos por varios segundos hasta que nos detenemos, Nate me mira a los ojos y acaricia mis mejillas, lo único que no quería era que él también tenga toda esta tontería en la cabeza, el no poder dormir, no poder sentirse tranquilo. Todo lo que me he enterado de mis padres hasta ahora.

— Solo quiero saber la verdad amor, quiero ayudarte, déjame hacerlo. — Suspiro y lo miro a los ojos.

— Yo… en realidad no puedo decirte mucho, ya sabes que nunca fui a ver a una amiga, tenía una pista algo que mi familia estaba ocultando y que absolutamente nadie quiere decirnos.

— ¿Esto tiene que ver con Daniel? — frunce las cejas y noto lo temeroso que está.

— En parte sí, pero… creo que están tratando de ensuciarlo.

— ¿Cómo lo sabes?

— Ese es el problema, que aún no lo sé. Todo me lleva a pistas sin rumbo, pero… ahora tengo a un aliado.

— ¿A qué te refieres? — Nate me mira confundido y sujeto sus manos con las mías.

— Solo te pido que me escuches y no me hagas más preguntas. No quiero decirte más hasta estar 100% segura de que estoy yendo por el camino correcto.

— Mary estás asustándome ¿Quién es tu aliado?

— Damien. — Pronuncio. Nate se pone de pie y se pasa la mano por la cabeza.

— ¿Damien? Hablas del Damien de Lucille, ¿qué diablos tiene que ver Damien en todo esto?

— Nate… por favor, te prometo que en cuanto tenga más información te contaré todo, pero hasta el momento solo debes saber que fue gracias a Damien que salí de ese agujero donde me tuvieron secuestrada, y creo que él puede ayudarme a demostrar que nuestro padre es inocente.

Nate se vuelve a sentar con los codos apoyados en las piernas y las manos juntas mientras apoya su mentón en ellas, no dice nada, pero podría jurar que se está debatiendo en decirme una sarta de cosas a la cara.

— Nate…

— Solo dame un momento. — me pide y hunde su rostro entre sus manos.

— No te enojes conmigo por favor, solo quiero protegerte.

— Es que yo. — traga saliva y me mira. — No estoy enojado, estoy jodidamente preocupado e indignado de que sea Damien tu aliado y no yo.

— Y celoso por lo que veo. — enarco una ceja y el revolea los ojos lo cual me hace sonreír.

— Vale quizá solo un poco. Pero ese no es el punto. — titubea y suspira con resignación— sabes, confiaré en ti… sea cual sea tu plan solo espero que sepas que también puedes contar conmigo y no solo en… Damien.

— Gracias amor. — Me acerco a él y beso su mejilla, luego me estruja con sus brazos hasta caer sobre la cama.

— Ven. — me acuesto con Nate a mi lado, ambos nos colocamos de costado mientras Nate acaricia mi cintura. — Solo quiero que estés bien — susurra.




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