Tengo Miedo

CAPITULO 14 -LIAM- (parte 2)

El día en que escape de casa caminaba sin rumbo alguno, enojado con el mundo y con la vida que me había tocado siendo tan solo un chico entonces mientras me encontraba metido en mis pensamientos un grupo de chicos venían corriendo en mi dirección fue ahí cuando la vi, fue en aquel glorioso momento en que la conocí. Paso corriendo junto a mí, golpeando mi hombro con algo de fuerza pero yo sentí su toque suave y cruzamos miradas en aquel instante, en su rostro se podía apreciar tan dulce sonrisa, parecía un bello ángel. Todo paso tan rápido y lento a la vez como recuerdos fugases en la mente, desde ese día, así de la nada tan solo con esa sonrisa se convirtió en la luz de mi obscuridad, en el dulce manjar que deseaba probar pero lo único que sabía de ella en ese entonces fue donde estudiaba, eso porque la vi con su uniforme nada más.

En ese mismo vecindario donde la vi, vivía mi madrina, realmente a esa mujer no le importaba lo que pase conmigo y eso estaba bien para mí, no quiero alguien tras de mi ahora. Empecé a vivir con ella pues no quedaba más si no quería vivir en las calles aun así tenía que trabajar para mí mismo y en un futuro a mi bella Haylei.

Todos los días después del trabajo iba a su colegio para poder encontrarla aun así no tenía éxito pues no sabía nada más de ella. Pasaron varias semanas y nada hasta que al fin el destino quiso que me la encontrara y la seguí a su casa pues tenía que saber dónde vivía aquella princesa. Desde entonces la seguía a todos lados siempre que podía para cuidarla, en ese tiempo la estudie detalladamente yo sabía cuál era su comida favorita, las cosas que más le gustaba hacer, absolutamente todo. La conocía incluso mejor que ella misma. O eso creí hasta que pareció ser otra persona, era completamente diferente de a como la primera vez aun así eso el hiso más interesante, pero extrañaba a mi muñeca y a su sonrisa perlada.

Paso el tiempo y un chico se le acercaba muy seguido, podía notar claramente el interés en ella pero Haylei no le daba importancia alguna, aun así mis celos me dominaban y me molestaba tanto que empecé seguirlo pues uno tiene que conocer bien a sus enemigos. En una ocasión mientras seguía su rastro lo escuche comentando con sus amigos que le declararía su amor a Haylei e incluso que le daría un beso, aunque sabía que aquello no sería posible, aun así prefiero ser prevenido y cuidar lo mío. Esa misma tarde me hice su amigo de una manera tan fácil y sencilla que un tonto no notaria lo que traía en manos. Hablamos tan fluido, parecía un buen chico y entre cruce de palabras soltó el nombre de mi amada, dijo que era muy cercano a Haylei lo cual sé que es mentira y pero él seguía divagando que era muy probable que a ella le gustase él. Seguí con la farsa con ayuda de mis dotes de actor haciendo el papel de amigo, esperando el momento perfecto para atacar. Solo yo puedo tener a Haylei, nadie más.

Días después supe que la mamá de mi muñeca pensaba mudarse de aquella casa, no podría verla más, al parecer el destino no estaba de mi lado. Investigue a donde se marcharían, no fue tan difícil y con el dinero que ya tenía ahorrado fui a vivir cerca de ella porque ella es mi mundo y no soy nadie si ella no está a mi lado. Unas semanas después vi el letrero de SE VENDE en frente de su casa, ahora era segura aquella decisión que habían tomado, eso ya lo sabía desde un principio y me adelante. Todos los vecinos también se enteraron de la mudanza, incluso Izan el chico que estaba enamorado de Haylei pero antes de que ella se mudase él se lo iba a decir y hacer aquel acto que yo odiaba. Claramente no dejaría que eso pasara y además tal vez sea interesante jugar con él, hace tiempo que no tengo un juguete nuevo.



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En el texto hay: amor toxico, trasntornos, sociopata y psicopata

Editado: 23.05.2019

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