Tenías que ser Malfoy

8

Oficina Malfoy, Ministerio de Magia del presente año.
 

—No pensé verte el día de hoy—su mirada vago por su oficina.

—No pensé que te molestara... si es así yo...—estaba nervioso lo sabía, pero no pudo evitar ir a verlo. Llevaban varios meses de esa forma y anhelaba su tiempo juntos.

—No... no me molesta. Solo que no tengo, err... tiempo, sabes ser padre a tiempo completo no es muy sencillo—. Lucius soltó una risita floja.

Remus miró al hombre de cabellera larga, igual que el colegio, siempre le impresiono que siendo tan imponente mantuviera el cabello largo, cuando el señor Abraxas lo llevaba a la altura del hombro. Remus terminó de inspeccionar la oficina y solo miraba fotografías de los niños, uno con el uniforme de Durmstrang; Abraxas, hijo mayor de Lucius y Narcissa, saludaba con varios chicos embutidos en sus uniformes de vuelo. Draco leyendo un libro de pociones y cuando lo miraba-o a cualquiera que tomara el marco- fruncía el ceño y desaparecía de la foto. Sí, era solo un chico en una foto pero se imagino como sería el chico en persona.

—Tiene tus ojos.—dijo cuando tomó el marco donde Abraxas saludaba.

—Sí, pero él es más tranquilo y carismático que yo a esa edad, te gustara conocerlo.

Remus rió, sí, el joven era tan diferente al Lucius que él recordaba, mucho. Sus ojos eran grises sí, pero cálidos y alegres. Le enviaría una carta. Se dijo.
Miró los ojos grises del cual él se enamoro y llevo su mano hasta donde Lucius tenía la suya, cubrió la mano con la de él, era hora de ser felices, era su momento. Y ahora lo sabía. Lucius llevo su otra mano y la coloco encima de ambas dándole un apretón, sí, él también lo sabía; Remus sintió un cambio en sus ojos, y el asombro en Lucius lo confirmo, sonrió.

 

 

 

Carta


Draco miró una lechuza café en su ventana y llamo a un elfo para que la atendiera, él no quería hacer nada. Caminó hasta la salita donde estaba el cuadro de su madre. Se preguntó ¿Cómo sería si ella estuviera viva? ¿Cómo sería él si ella no lo hubiera dejado? ¿Cómo sería su padre si ella estuviera allí?... Pero nunca lo sabría.

—Draconis.—susurró el cuadro con gentiliza y amor.

—Oh estas despierta, madre.—con voz monótona contestó.

—Hola cariño, siempre lo estoy para ti y tu hermano.

—No es verdad, para mi no.—negó Draco luego la miró—¿Es malo sentir celos?
—¿De qué?

—¿De mi hermano, mi padre y todos lo qué te conocieron?

—Oh amor no, no lo es. Lo comprendo yo también tengo celos.

—¿De verdad?—la incredulidad bañaba su voz. Draco nunca quiso sentirse conectado a su madre, él no la recordaba, solo había fotos de ella y el siendo un bebé.

—Sí, mi dragón. No puedo tocarte y no puedo abrazarte como ellos lo hacen. Pero sabes, me siento feliz, porque cuando los veo hacer, pienso que yo así también lo haría y me conecto con ustedes.— Draco nunca quiso que lo abrazaran, nunca quiso que su padre le leyera un cuento, nunca estuvo cuando su madre, por el cuadro, contaba una historia. Se sentía ajeno a ello y ahora se sentía un tonto. Quería a su mamá, quería a su papá y quería a su hermano mayor. Lloró como nunca lo hizo y su madre lo miró y si ella pudiera llorar lo hubiera acompañado y por mucho tiempo sintió que por fin se conectaba con su bebé. Lo miró y cuido hasta que se durmió y cuando la puerta de la salita se abrió y miró a Lucius entrar mirando a su hijo dormido en el sillón enfrente de su cuadro sonrió.

—Gracias. Draco ya recibió su carta—Narcissa escuchó decir a Lucius, antes de volver a dormir. Ella ya no podía opinar más para Lucius, lo sabía, ahora lo tenía él.

oOo

—Iré a Bulgaria contigo, Abraxas.—Draco miró fijo a su hermano mayor, sus ojos grises no reflejaban mucho. Ni una cálida emoción.

—No, iras a Hogwarts, yo me trasladare, total mis calificaciones son la más altas, no habrá problemas—. Abraxas no miró al niño de cabellos prodigiosamente peinados hacía atrás, gracias a un aceite, pero sintió la fría mirada en su espalda.

—Has lo que quieras.—contestó Draco y caminó a su cuarto para poder estar solo, sin imaginar como sería su vida en los futuros siete años en el colegio, donde su madre y padre estudiaron, él solo quería estar lejos de la realidad, acaso era tan malo eso.

Lucius que lo presencio todo negó, no entendía la tozudez de su hijo menor de no ir a Hogwarts, el quería que uno de sus hijos siguiera el legado familiar, ir a Slytherin. Pero bueno, tal parecía que no podía hacerlo realidad o no tan pronto. Que era un año más o un año menos, total ese castillo estaría ahí por otros miles de años más.




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