Tenma De Pegaso

Capitulo 2 (Beso Fatal)

-Alone… ¿Cómo pudiste hacer esto?- Un joven caballero de bronce, apenas podía hablar por lo que sus ojos apreciaban.

-Ja, ja, ja, Tenma… ¿Por qué no hacerlo? De esta manera todos aquellos niños tendrán una nueva oportunidad de ser felices- Ese joven, de cabellos rubios y largos, vistiendo ropas oscuras, sonríe ante lo que ha hecho.

-¡¡¡PERO ESTA NO ES LA FORMA!!!- Sus manos sujetan con desesperación aquellas manos que alguna vez fueron delicadas y tibias, y ahora solo se mantiene frías manchas de sangre inocente -¡¡¡TÚ NO ERES ASÍ!! ¡¡¡ACABARAS CON LA VIDA DE TODOS!!!- Esos ojos rojizos proyectan su importancia y lágrimas al ver a ese rubio siendo arrastrado por un ideal atípico.

-¿Qué no soy así?- Le pegunta de manera burlesca, alzando una ceja de manera socarrona, acercándose aún más a ese enfadado y lastimero rostro, haciéndolo retroceder –El pasar de estos cuatro años, nos han hecho cambiar a todos… Y ahora somos un extraños- Le habla con un tono casi seductor.

El castaño se queda estupefacto ante tales afirmaciones, negándose absolutamente a creer que aquel joven, con el que creció se convirtiera en la peor amenaza para la tierra.

-Alone… Por favor… Regresa con nosotros… Te lo suplico- Su corazón se ha partido en miles de pedazos, no le importa suplicarle a aquel enemigo que vuelva a ser… La persona que más quiere.

Le destruye por completo verlo así, portando aquellas ropas negras, sus hermosos ojos azules se han quedado sin brillo, esa sonrisa, esa rostro, nada es igual a su Alone, y no puede perderlo.

-¿Me estas suplicando a mí, Pegado?- Con sus preguntas en esta conversación solo se distingue la burla por parte del nuevo recipiente, sin embargo esa mirada aún se nota diferente, como la sonrisa. -¿Acaso, no somos enemigos también en esta era?- Sus manos se alejan de las ajenas, para tomar ambas mejillas del actual Pegado, para verlo directamente a los ojos –Desde el tiempo del mito, Hades y el Pegaso deben siempre luchar en una guerra, estando en bandos separados, porque cada uno lucha por diferentes ideales- Aunque siente una enorme satisfacción por ver tan herido no es suficiente aun.

Esa rostro podrá ser exactamente al de su primer amigo, pero no es por completo él –No tiene que ser así- Deja que esas manos sujeten su rostro, sus brazos quedan en los laterales -¡¡¡SÉ QUE HADES AÚN NO HA TOMADO TOTAL CONTROL EN TI, PORQUE AUN PUEDO VER QUE ESTA MI ALONE ALLÍ!!!- Aquellas palabras, esa mirada rojiza que le suplica regresar, las lágrimas que caen, algo dentro del rubio se remueve, provocando que un dolor de cabeza se refleje en su ser…

-¿Ten… Tenma?- Esa voz gentil y suave ha salido de esos delgados labios.

Pegaso se sorprende, esperaba una respuesta, algo que le confirmara que su amor esta volviendo –Alone…-

-¿Qué pasa?- Sus manos se alejan de aquel rostro, para sujetar su cabeza, y retroceder, sintiendo el dolor en su alma -¿Qué estoy haciendo?- Sus dudas son obvias. Sí regreso, esta volviendo en medio de una masacre que él ocasionó, en medio de la noche, del fuego incesante y ante la persona que siempre amo.

El Pegaso del siglo XVIII, no espera por nada y va directo a intentar calmarlo, estrechándolo entre sus brazos, sintiendo el calor que había perdido, y un corazón puro volviendo a ese cuerpo –Alone, todo estará bien…-

Los recuerdos de aquello que hizo, estando bajo el control de Hades se manifiestan en su cabeza, provocando que el rostro del rubio se inunde de lágrimas de culpa, sorprendiéndose de lo que fue capaz -¿Yo… Yo…? ¿Hice esto? ¿Qué… Que… No… No son…?- Logra ver los cadáveres de varias personas, no existe discriminación ante la muerte.

Niños, ancianos, hombres, mujeres, había de todo ante sus pies, aquel pueblo que lo vio crecer, ahora se ha quedado en ruinas y él lleva la sangre de todos ellos en sus manos, al darse cuenta, su dolor no podrá mantenerse en silencio –Nooo… No… ¡¡¡AAAAAAAAAH, NO…!!!- Se derrumba, ya sus piernas no soportan su peso, ni arrepentimiento.

Tenma lo sujeta con mayor fuerza, se ha derrumbado hasta llegar al suelo, y él simplemente lo sigue abrazando, procurando que se calme, aunque es obvio que no lo lograra.

Entre esos gritos desgarradores de desesperación, el Pegaso lo sigue confortando, protegiéndolo de aquello que en su cabeza ocurre.

-Alone, no fue tu culpa… No fuiste tú…- Frunce el ceño, odiando al ser que deseaba destruir a todo lo que él más quería -Hades… Él…- Le repugna pensar como ese Dios, utilizo el cuerpo de quien ama, para causar tales males, y más porque por alguna enferma razón le devolvió sus memorias y conciencia en este momento… Es una crueldad inmensa.

Sus lágrimas cayendo sobre la armadura del Pegaso, mientras se aferra a él, sintiéndolo a su lado, sabiendo que solo en ese lugar pude estar seguro de todo el mal que causo –Sigo siendo… El mismo débil… Que te necesita… Lo… Lo… Siento… Perdóname Tenma, por siempre ser… Un idiota… Yo… No tengo perdón alguno…- Se resigna ante los males cometidos, entendiendo que nunca será capaz de expiar sus pecados.

-No, por favor no digas eso- Su corazón se regocija al volver a ver aquel que siempre permaneció poseyó sus sentimientos, al saber que su Alone volvió.

Realmente a Tenma no le importa lo sucedido, pues… Alone está de regreso, con él, en este mundo, lo que podría significar que si esto ocurre ahora, tal vez la guerra santa de este siglo, por fin pudo acabar sin tantos sacrificios… Su corazón de verdad se siente en paz.

-No te culpes, no había forma de evitarlo, sin que tú…- Se traga esas palabras, pues sí existe otra manera de prevenir este desastre.

-¿Sin que yo que?- Pegunta entre lágrimas, confuso, mientras su rostro se eleva para ver al castaño.

No quiere decirlo, desvía su mirada, pero los azules ojos de Alone, lo buscan por una respuesta. Al final el castaño se da por vencido –Murieras…- Lo dijo, aquello arde en su interior, lo peor que pudiera a ver pensado.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.