Tentación

Capítulo: 9

Jackson
Dejo a Olivia acostada en la cama, miro mi reloj, aún falta un poco para que despierte, sé que es algo exagerado, pero si la llevaba a la casa Rachel iba a estar encima de mí todo el tiempo preguntando tonterías y no me dejaría en paz, aquí estamos solos, alejados de todos, suspiro mirando su cuerpo, el vestido que trae se le ha subido un poco mostrando sus muslos, me acerco y acomodo este, miro sus labios, se adaptó tan rápido a mi beso, sin quejarse, sin oponerse, e incluso intentó seguir mi ritmo, es una maravilla.

—Jackson control —murmuro y salgo del pequeño cuarto, camino por la cabaña y veo que todo lo que necesito está aquí, entonces salgo de esta.

—Señor —Antoni se acerca.

—Dile a los hombres que se vayan, tú quédate, vigila que nadie entre a la cabaña, quiero estar a solas con Olivia —asiente y sin preguntar nada se dispone a dar órdenes, yo vuelvo a entrar a la cabaña de madera, solo yo y Antoni conocíamos su existencia, ahora Olivia también sabrá, construí esto para cuando quería estar solo, pensar rodeado de la naturaleza los problemas se van, es como mi refugio y queda dentro de mi propiedad pero bastante alejada de la casa principal.

Olivia se remueve en la cama, yo permanezco sentado frente a esta, sé que está despierta, pero se hace la dormida, ruedo los ojos, es una cría Jackson.

—Sé que estás despierta —hablo y me ignora —bien, tendré que lanzarte agua fría para levantarte —me muevo, al instante abre sus ojos y se incorpora, odia el agua helada.

—Ok, ok, no hace falta —se pega a la pared. —¿dónde estamos?

—en un lugar que nadie conoce —sonrío viendo su perplejidad.

—¡Me has secuestrado! —chilla sorprendida —eres un... un loco —suelta al fin.

—Estamos cerca de la casa, a unos pocos Kilómetros —aclaro —Olivia —ella mira mis ojos —no soy tu padre, eso lo sé y tampoco te veo como a una hija —confieso algo que no la sorprende, pero que hace que sus ojos brillen —pero es mi deber cuidarte, le prometí a tu padre que lo haría.

—¿Solo lo haces por una promesa? —me interrumpe con una tonta pregunta.

—No.

—¿Por qué más?

—Porque sé que tu padre no era un traidor —quizás no era esa la respuesta que esperaba —él no merecía morir, al igual que tú creo que alguien le tendió una trampa e hizo que todos creyeran eso.

—Pero a diferencia de mí tú no haces nada —dice en voz baja.

—Soy más paciente —hace un mohín con su boca —ahora dime, ¿quién te atacó? Por eso estamos aquí.

—Ya te lo dije, un ladrón, volvamos a casa Jackson, por favor —suplica, yo río.

—¿Quién fue? —me quedo mirando sus ojos —sé que no querían matarte, lo hubieran hecho, pero sé que fue alguien a quien le tienes miedo, veo el miedo en tus ojos Liv —ella se mueve incómoda —bien, será por las malas.

—¿Por las malas? —Tomo el maletín que descansaba a mis pies y lo abro sobre una mesita, ella mira lo que hay dentro horrorizada, cuchillos, agujas, pinzas y demás.

—Te traje aquí para que nadie escuche tus gritos —sonrío

—¿Vas a torturarme? —se altera mirando las cosas —dijiste que me cuidarías —me acusa.

—Y para cuidarte necesito saber quién te atacó, así que dime o cuál quieres que use? ¿Este cuchillo? —tomo el cuchillo con mi mano, ella se encoge más.

—Elijah —chilla aterrada —fue él —perfecto, yo río.

—Eres la primera persona que con solo ver las herramientas habla —suelto una carcajada —fue muy fácil eso —vuelvo a mirar sus ojos —¿por qué el hermano de tu padre te atacaría?

—Hermanastro

—¿Por qué el hermanastro de tu padre te iba a atacar? —repito la pregunta, ella suspira.

—Los hice enfadar a todos —responde simple —es normal —asiento, solo que su respuesta está incompleta, sé que guarda algo para sí.

—Sí, todos te quieren matar, pero no me dices la verdad, sé que hay algo más así que habla, por qué Elijah te atacó? 

—Ya hablé Jackson —me grita haciéndome perder la paciencia.

—Bien —me pongo de pie —¿cuál de tus dedos es el que menos usas? —alza una ceja.

—No vas a cortarme un dedo, no te atreverías —yo río.

—No te matará —voy hacia ella lanzándome sobre su cuerpo, chilla y patalea, pero agarro su mano y pongo el filo del cuchillo contra su dedo pequeño, sus chillidos apuesto a que se escuchan bien lejos.

—Ok. Ok, voy a hablar! —la suelto feliz, ella mira su dedo —¡Estás loco! —chilla dramática —eres un maldito.

—Lo sé, ahora habla Olivia y más te vale decirme la verdad —vuelvo a mi silla, ella en cambio suspira acomodándose en la cama y deja de ver mis ojos.

—Mi padre y Elijah eran muy unidos —dice algo que ya sabía —incluso este vivía con nosotros —murmura mirando sus manos —fui creciendo y me daba cuenta de cómo Elijah miraba a las empleadas, su mirada era asquerosa —se estremece —un día quiso que yo me sentara en sus piernas, así comenzó, pero me negué —aprieto mi mandíbula al ver por donde va la historia —otro día puso su mano en mi pierna, yo era una niña que no comprendía —su voz se quiebra —una noche entró a mi habitación —hace una pausa, yo la verdad no quiero que siga contando —subió a mi cama, comenzó a besarme y a tocarme, pero Andrea llegó y él se apartó, nos amenazó a ambas con matarnos y me dijo que mataría a mi padre —ella se abraza a sus piernas —yo me callé, los días pasaron, las semanas, no sé bien, y un día volvió a buscarme.

—Dime que no —ella niega, yo respiro tranquilo.

—Intentó violarme, pero mi padre llegó justo a tiempo y casi lo mata.

—Debería haberlo hecho —ella asiente.

—Dos días después de eso encontramos a Andrea muerta, se había quitado la vida porque él había abusado de ella y yo ni siquiera me había dado cuenta, si tan solo hubiera hablado cuando él vino a por mí, si hubiera hablado en vez de ser una cobarde, si yo —su voz se quiebra y yo la abrazo mandando todo al infierno, la envuelvo con fuerza en mis brazos sintiendo como sus lágrimas mojan mi camisa.




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