Olivia
Robert y yo caminamos junto al lago en silencio, ninguno de los dos ha dicho nada desde que llegamos, en el auto solo hablamos sobre mi padre y hasta lloré, menos mal que mi amigo no es como su padre, un insensible ¿y por qué pienso eso ahora? No debería estar pensando en Jackson.
—¿Recuerdas las veces que veníamos aquí? —comenta y nos detenemos
—Sí, y tú me mentías diciendo que si tomaba agua del lago tendría superpoderes —él ríe.
—Perdón por ello —ambos nos miramos. —Olivia
—Necesitamos hablar —lo interrumpo, este asiente y toma mis manos.
—Nos vamos a casar —sonríe.
—Robert nos conocemos desde siempre y sí, nos vamos a casar, pero —pienso mis palabras, no quiero hacerle daño, pero tampoco puedo lanzarme a sus brazos, no quiero herirlo
—¿Pero?
—Pero quiero que sigamos siendo amigos —termino por decir, él asiente.
—Jamás vamos a dejar de ser amigos Oli.
—Me refiero a que nuestro matrimonio será falso, no puedo verte como mi esposo cuando te quiero como a un hermano —sus manos aprietan las mías y veo la decepción en sus ojos, esta solo dura unos segundos porque al momento Robert sonríe como si nada.
—Lo sé Oli, no te preocupes, también te veo igual —miente mirando hacia el lago.
—Robert..
—De verdad Oli —ríe y me abraza —te quiero mucho —besa mi cabeza y así nos quedamos abrazados el uno al otro, cada uno en sus pensamientos, me duele haberle dicho eso cuando sé que él siente algo más por mí, pero qué puedo hacer? Jamás jugaría con sus sentimientos por mucho que odie ahora mismo a Jackson.
—Comenzaré a ir a la Universidad —rompo el silencio, él me mira con orgullo.
—Ya era hora preciosa, debemos festejarlo —río cuando toma mi mano y sale corriendo llevándome consigo.
Me hizo feliz estar con Robert, él siempre me hace reír con cualquier cosa, desearía tanto amarlo como sé que él lo hace, pero quien puede dominar los sentimientos, la verdad por más que odie ahora a Jackson cada vez que lo veo mi cuerpo se estremece, mis manos tiemblan, lo deseo, lo amo y no me lo puedo sacar de la cabeza. Robert tuvo que irse rápido, pero en seis días vuelve para nuestra boda y ya no volverá a irse, quien sabe y viviendo juntos pueda llegar a amarlo como se merece.
—¿Vas a salir? —me detengo en la puerta al escuchar la voz de Jackson, me giro para encararlo.
—Así es, tengo clases hoy
—¿Clases?
—Sí, iré a la universidad—su desconcierto es enorme.
—Pero tú no
—Siempre he estudiado escondida de mi padre Jackson, he dado las clases en casa y solo iba a los exámenes en secreto, pero ahora ya no debo esconderme, así que —él parece estar pensando en lo que acabo de decirle. —mi sueño es ser doctora y pienso cumplirlo.
—¿Y la constructora?
—Puedo hacer ambas cosas —le sonrío.
—¿Irás vestida así? —señala mi cuerpo
—¿Qué tiene de malo? —alzo una ceja, claro que sé lo que tiene de malo y ver sus ojos solo me hace creer que siente celos, pero no, eso es imposible.
—que a ese pedazo de tela que llevas no se le puede llamar ropa Olivia, y ahora dime por qué demonios no sabía sobre esto?
—No tengo por qué decirte nada.
—Vivimos juntos y
—Serás mi suegro, no te hace mi padre —se tensa y da un paso hacia mi amenazante.
—Serás la esposa de Robert y
—Él sabe —me encojo de hombros —Robert sabe todo sobre mí, no hay secretos entre mi futuro esposo y yo.
—No hay secretos? —ríe burlándose —entonces qué? —se acerca mucho más —le dijiste que te entregaste por primera vez a su padre? ¿Qué estás enamorada de mí? No seas cínica Olivia
—Solo nos decimos cosas importantes y bueno, dejaste claro que haber sido el primero no te importaba y mira —sonrío —a mí tampoco ya me importa, ¿y no fuiste tú el que dijo que no volveríamos a sacar el tema? Para no importarte lo mencionas mucho Jackson —sonriendo salgo de la casa y río fuera con ganas, te haré sufrir Jackson Clarke.
★★★
Jackson
Universidad, ella va a la Universidad, lugar que está lleno de jóvenes hormonales, jóvenes de su edad por los cuales podría sentirse atraída.
¡Joder!
Y llevaba esa cosa a la que no le llamaré ropa, un vestido que tiene la misma cantidad de tela que mis corbatas, ¿qué demonios se cree?
Por otro lado, no sé qué conversó con Robert, mi hijo no me dijo nada y cuando los seguí y los vigilé ellos estaban felices, incluso caminaban tomados de la mano, ¿qué significa eso? ¿Lo aceptó?
¿No era eso lo que querías Jackson?
Niego con mi cabeza sintiendo una horrible sensación, maldita sea, no quiero tocarla, pero tampoco quiero que nadie más lo haga.
—Antoni —bramo cuando este responde el teléfono
—Diga señor, ya dejé a la señorita en
—No la dejes sola —demando rápido.
—¿Señor?
—Que no quiero que le quites el ojo de encima, quiero que me digas todo lo que hace y hasta con quien habla, a quien saluda y a quien mira, principalmente si le sonríe a alguien —silencio se escucha del otro lado —¡Antoni!
—S-Sí señor —por primera vez mi hombre de mayor confianza tartamudea, yo cuelgo la llamada respirando hondo.
—¿Jackson irás a la empresa? —Rachel se acerca a mí.
—sí, ahora voy —murmuro aun pensando en Olivia y la ropa que traía.
—¿Me llevas? Necesito ir a
—Muévete —salgo caminando sin esperar que hable.
—Robert parecía feliz —comenta en el auto —creo que él y Olivia se van a entender
—¿Qué te hace pensar eso? —la miro interesado.
—Durmieron juntos —me tenso en mi asiento
—¿Cómo sabes eso? —tomo su mentón y hago que me mire.
—Fui a beber agua en la noche y vi a Robert entrando a su habitación, no salió más hasta que se fue al otro día —la suelto de forma brusca, genial, mi día acaba de volverse una mierda y ya sé que no podré pensar en más nada, no, ella no se atrevería a tanto, pero... formo mis manos puños a medida que mi mente me obliga a pensar en que quizás Olivia sí durmió con mi hijo y en que quizás... no Jackson, no.