Al salir del instituto me despido de Samantha y me dirijo a casa, pocos minutos caminando un Hyunday Accent azul se estaciona a dos pasos de donde me encuentro, del auto sale Diago, abre la puerta del copiloto y me indica entrar con su mano desocupada.
– Primero me echas de tu casa por encontrar un simple libro y ahora ¿me pides que vaya contigo?_ Quise seguir con mi camino pero el sujeto me agarra por la muñeca y da un pequeño jalón para acercarme a él.
– Lo siento pequeña, no fue mi intención...
– No, no quiero que me digas nada_ Lo interrumpo – No tienes porque darme explicaciones yo no...
– Pueda que no deba darte explicaciones pero quiero arreglar esto_ Ahora él es el que me interrumpe – No debí tratarte así, perdón_ Se acerca poco a poco, siento cómo su aliento choca contra mi boca, pongo mi mano en su pecho para alejarlo de mi.
– ¿Crees que ya te perdone?_ Miro sus labios.
– No, pero esto puede ayudar_ Toma mi otra muñeca y quita mi mano de su pecho, impacta sus labios contra los míos, el beso es intenso, pero no salvaje, es como... necesitado como si hace tiempo lo hubiera deseado pero por una u otra razón no lo hizo, definitivamente este me ha gustado más que el de la fiesta (ya que en estos momentos no llevo alcohol encima)
– Ya dijiste "la beso y ya me perdona" así de fácil me crees?
– Si que eres peleona, déjate llevar, por favor_ Vuelve hacer el ademán con la mano para que entre a su coche –¿Vienes?
Creo que le estoy poniendo demás al asunto, pero el se puso de esa forma por un simple libro, yo tengo más razones para ponerme así porque después de una mañana muy linda ( o almenos para mi) me echa de su casa sin darme una explicación. Me subo al auto, huele a él inhaló profundo y una sonrisa se forma involuntariamente en mis labios, el camino fue silencioso de vez en cuando lo miraba pero él estaba serio y concentrado en la carretera cuando volteaba a mirar yo quitaba mi mirada para no hacer contacto visual, sentía como sonreía al igual que yo lo hacía, por fin llegamos no se me hizo eterno ya que estaba a su lado, pero si se me hizo largo el viaje porque me dolía el culo de estar tanto tiempo sentada, me quito el cinturón, quito el seguro y al bajar veo un campo abierto lleno de césped y flores de varios colores la mayoría violetas y rojas, por los alrededores habían árboles uno que otro tenía frutos, volteo a mirarlo y noto que me he alejado mucho para mi gusto, me doy la vuelta para regresar y a medida que avanzo veo como tiende una manta en el suelo, comienza a sacar bowls de una canasta, cuando ya estoy lo suficientemente cerca veo que uno está lleno de fresas, otro tenía donuts y otro sándwiches.
– ¿Picnic?_ Respondo - pregunto, pongo mis manos en jarra y alzó una ceja.
– ¿Muy cursi?
– Solo un poco.
– Mata momentos
– Tendrás que acostumbrarte_ Pone los ojos en blanco se levanta y me abraza – Con tigo me acostumbro a lo que sea.
– Das diabetes ¿sabes?
– Por lo menos dime lo lindo y feliz que te hizo eso.
– Pero si no hizo ninguna de las dos ¿que quieres que haga?
– No hace falta que me lo digas tu sonrisa te delata.
– Tienes mucha confianza en ti mismo si crees que la causa de mis sonrisas eres tu.
Si lo es
– ¿Ves?
– ¿Que?
– Dijiste que lo era_ ¡¡PERO SI LO HE PENSADO!!
– Yo no dije eso... lo pensé pero no lo dije_ Pensé unos segundo si en decir o no decir la última frase.
– Pues pensaste en voz alta_ ¿Lo hice?, aunque no estoy segura de ello meto una fresa en mi boca, no quiero empezar a hacer preguntas ya que no quiero ser "mata momentos" como el ha dicho.
La tarde paso tranquila hablamos de varias cosas, es increíble como puedo hablar con él, siempre hay tema y si hay silencio no es incómodo es todo lo contrario a eso es... como decirlo... tranquilizante, si definitivamente es eso, el solo hecho de tenerlo a mi lado hace que me sienta tranquila, protegida, a salvo, y es aún más maravilloso cuando me pierdo en sus ojos verdes, me siento como... en mi propio mundo.