Terminamos de recoger todo el desastre que hicimos en la sala, miro el reloj que se encuentra suspendido en la pared, son más de las diez.
– Es tarde, nosotros nos iremos ¿Vienes con nosotros?_ Cárter mira en dirección a Diago.
– Creo que me quedare, no confío en que se quede sola, claro, si tu así lo deseas_ El ojiverde clava sus ojos en mi.
– No hay problema.
Despedimos a los chicos, Diago se sienta en el sofá y comienza a ser zapping mientras yo subo a mi cuarto y tomo del armario una cobija, bajo pero el ya no está, camino hasta la cocina pero esta está vacía, subo las escaleras y entro al cuarto de mi madre, tal vez se equivocó, está muy oscuro así que dudo que esté aquí, resignada voy a mi cuarto, me despojo de la ropa sucia e incómoda, me visto nuevamente con mi pijama y me adentro en las cobijas cálidas de mi cama.
– ¿Hola?_ Todo está sumergido en tinieblas – ¿Hola?_ Vuelvo a preguntar.
– Hola_ Una voz terrorífica retumba, de la nada aparece Diago, provocando una gran agitación en mi sistema nervioso, su cuerpo da un paso hacia adelante y yo retrocedo otro hacia atrás, vuelve a avanzar pero esta vez son cuatro pasos, retrocedo los mismos pasos que el pero choco contra una estructura sólida, se abalanza y me acorrala entre lo que supongo es una pared, toma mis muñecas impidiendo mi movimiento, lo miro a los ojos pero su verdor ha desaparecido en su lugar hay un color escarlata, ya no sentía esa misma protección y alegría al verlo, ya sus ojos no me daban esa paz que tanto amaba, ahora lo único que sentía era horror, terror, en estos momentos desearía huir, huir lo más lejos posible de el.
Abro los ojos de golpe y me encuentro a Diago mirarme preocupado, las escenas de aquel sueño horrible pasan una a una por mi cabez, trato de apartarme de el.
P.O.V Diago
– ¿Que pasa? ¿que has soñado?_ Preguntó con evidente preocupación.
– Nada importante_ Responde cortante
– ¡¿Como que nada importante?!_ Me levanto de la cama frustrado. – Claramente no te viste mientras dormías_ El sarcasmo sale por si solo – Estabas sudando a no más dar, te estabas removiendo en esa puñetera cama como babosa entre sal y gritabas "ALÉJATE" constantemente y según tu no estabas soñando "nada importante"_ Puedo leer su mente y se que soñó conmigo pero no puedo saber exactamente qué, a juzgar por lo desesperada que se veía se que no es nada bueno.
– Cálmate ¿De acuerdo?_ Gabriela habla pasivamente.
– Me vas a contar que soñaste ¿si o no?_ Sigo frustrado.
– Cálmate primero_ Me siento junto a ella y la miro interrogante.
– Bien... Tu no eras el mismo.
– ¿Como?
– Si, tu te sentías y te veías diferente_ Ay no
– ¿Diferente en que forma?_ Estaba nervioso, no sabía de qué forma me había visto en su sueño, y ¿si alguien le había rebelado lo que verdaderamente soy? ¿pero quién querría que ella supiera la verdad? – Dame detalles.
– Tus ojos eran rojos, tu mirada daba miedo y tu voz era tenebrosa, tenía...
– Miedo_ Susurre, no, no, no, lo que temía, le mostraron mi verdadera apariencia– No debes temerme pequeña, yo jamas te haria daño, solo fue un mal sueño_ La envolví entre mis brazos para darle seguridad.
Juro haré lo imposible por averiguar quien es el encargado de todo esto y cuando lo encuentre, lo matare con mis propias manos.
Me quede toda la noche contemplandola y pensando en quién podría querer que ella supiera lo que verdaderamente soy y a decir verdad no encuentro respuesta ya que mi pasado lo deje en Alemania y me asegure de todos lo que supieran sobre el desaparecieran.