Tentación Carnal

-CAPITULO 3-

DIME, ¿ES DESEO LO QUE SIENTO POR TI O SOLO ATRACCIÓN?

Erick:

En el momento en que Racheel me dio aquel beso tan inesperado, como si fuera una despedida todo en mi cuerpo se descontrolo, como si su tacto y el sabor de sus labios carnosos me hipnotizaran, llevándome al abismo del cual no quería perderme, porque si, Racheel hacia que el poco control que me quedase al estar a su lado se fuera al carajo, llegando así las ganas y el deseo de poseerla, hacerla completamente mía, que solo quede a mi mersed mientras se pierde en mi tacto rogando por más.

Pero lo que no comprendo es porque mi cuerpo la reclama, con deseo de más que un simple beso, desde aquel arranque inesperado no e dejado de pensar en ella, maldita sea ¿quién es Racheel para que no la deje de pensar? Tan solo la debería considerar como una más del montón, pero es imposible, Racheel se impregno en mi física y mentalmente, maldición la odio por cómo me hace sentir.

Yo no quiero imaginar o recordar, quiero visualizar y sentir, mientras aprendo cada parte de ese cuerpo perfecto.

Después de aquel beso tan sincero, pero a la vez descontrolado ella salió del auto sin mirar atrás, antes de que su calor abandonara el lugar pude ver es sus ojos arrepentimiento, pero la otra parte de ella suplicaba por más y vaya que no era la única.

Deseaba que se repitiese aquel momento perfecto. Esa mujer me volvía loco, pero no volvería a ser ya que nuestros caminos eran separados y ni el destino podía juntarlos…

Luego de dejarla, me fui a casa de mi padre donde me quedaría estas semanas.

La verdad prefería ir a un hotel, pero mi padre insistió en que lo mejor era estar cerca de la familia, lo era, pero me sentía un estorbo al interrumpir el espacio de mi padre he hermana.

Casi nunca me encontraba en casa y cuando lo hacía en vacaciones, no paraba allí ni siquiera para desayunar. La resaca era tan fuerte que prefería que papá no me viera en ese estado; tal vez tenía una pequeña obsesión con el licor, pero me moderaba al beberlo, debes en cuando.

Al llegar a casa trate de hacer la menor bulla posible, no porque era demasiado temprano o porque papá ya sabía que llegue ayer en la tarde y hasta ahora me dignaba en aparecer, era por mi hermana.

Ella y yo desde niños hemos sido muy unidos, siempre nos cuidamos la espalda del otro, aunque sea a distancia lo hacemos, pero el problema es que cuando me ve volver de la universidad sus emociones se descontrolan un poco haciendo que se vea estérica y feliz a la vez.

Esta vez no se lo dije para evitar ese tipo de arranques de emoción en el aeropuerto, siempre le digo que no lo haga y menos en público, pero a ella le encanta romper las reglas, por lo que mi opinión no le importa en lo absoluto.

Sentía que lo había logrado, me encontraba a unos pasos de llegar a mi cuarto, cuando de repente hoy esa voz chillona que le salía al estar feliz mientras se acercaba con zancadas hacía mí, no necesitaba girar para ver quién era, ya que sabía que ella era la única mujer en la casa, por ello la reconocí de inmediato, era mi querida, tierna e introvertida Loi.

- ¡ERICK! – grito, Eloísa mientras me abrazaba, aunque por ser tan pequeña me estaba ahorcando- tonto porque no me dijiste que vendrías, te hubiera ido a ver al aeropuerto.

Otro año consecutivo de vergüenzas frente a la gente, ¡nunca jamás!

-Loi ya te he dicho que mientras no cambies tu actitud al momento de reencontrarnos, no dejare que ni pises el aeropuerto- respondo con el poco aire que me queda en los pulmones, Loi lo entendió y me suelta dándome un golpe en el pecho por mi respuesta.

-Exagerado apenas te hago un cartel de bienvenida- exclama Loi- que tiene eres mi hermano…- lo dice con un tono molesto, pero se que lo hace para que responda su duda.

-Loi no soy tus amigas- se que le molestara lo que voy a decir a continuación, pero que lo haga, así al menos me dejara sacar las cosas de mi maleta con más tranquilidad, sin hacerme un cuestionario de todo lo que hice estos meses fuera de casa- aparte no solo haces el cartel, también gritas mi nombre a propósito porque sabes que me molesta- pensé que se enojaría como la primera vez que se lo pedí de favor no hiciera eso, pero en vez de ello recibí una risa sincera.

-Pues acostúmbrate- dejo de reír, para virar los ojos en forma de alegría- tal vez para la otra te reciba con serenata, ¿qué opinas, es poco o le agrego bailarines? – se que lo dice de mentira, pero hay momentos donde le da sus ataques de locura y los hace sin temer a las consecuencias.

-Tus haces eso y no regreso más- hablo con voz de advertencia- es más me mudo de continente.

- Dramático- habla la que no controla sus emociones, no se lo diré porque luego me ganare una regañada de papá, claro la consentida de la casa- ¿hace cuanto tiempo llegaste?

Tampoco soy tan estúpido como para contarle a mi hermanita menor de que vengo de cogerme a una chica en el auto, la cual la conocí hace apenas unas horas y también la cual se consideraría desconocida, pero a la vez no, ya que es la prima de mi amigo y ahora no puedo dejar de pensar en ella, maldita sea Racheel…

Tampoco puedo mentirle porque papá sacara la conversa en cualquier momento de este día, acerca de que llegue ayer en la tarde.

Maldición y ahora que le digo… piensa Erick… ya se, esperemos que funcione o sino me espera un millón de preguntas sobre que hice ayer, obviamente no se lo diré.

-Mi maleta se perdió en el aeropuerto, puedes creerlo- se que no es tan creíble, pero ya me a pasado una vez- por eso me quedé más horas allí y luego de solucionarlo fui a la casa de la abuela- perdón por meterte en esto anciana, pero es de vida o muerte- ya sabes que casi nunca voy donde ella desde que entre a la universidad- tomo aire para continuar con mi mentira- luego se hizo de noche así que me ofreció quedarme en el cuarto de invitados y por la mañana venir a casa.




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