BamBam.
Nunca pensé que alguien pudiera desconcentrarme en este programa. He visto a cientos de aprendices subir a este escenario con hambre de éxito, pero ninguno logró lo que Hu Yetao hizo hoy.
Desde el momento en que las luces se atenuaron, algo en el aire cambió. Estaba recostado en mi asiento, relajado, listo para ver otra actuación más. Pero entonces, él apareció.
Una silueta esbelta, elegante, caminando con la confianza de alguien que sabe exactamente lo que quiere.
¿Quién demonios es? pensé, inclinándome hacia adelante sin darme cuenta.
Y entonces sonrió.
Esa maldita sonrisa.
Suave. Inocente.
Pero con un brillo en los ojos que gritaba otra cosa. Un secreto. Una promesa.
Beautiful.
Esa palabra simplemente se deslizó en mi mente. Beautiful. No solo por su rostro delicado o su cuerpo esbelto. Era algo que no sabria como describir. La forma en que se adueñó del escenario con solo estar ahí. Como si todo el mundo le perteneciera. Como si supiera que todos estábamos mirándolo... incluyéndome a mí.
La música comenzó y él se movió.
Su cuerpo fluyó al ritmo con tanta precisión que por un segundo olvidé que debía evaluarlo. Era hipnótico. Cada giro, cada movimiento de cadera, cada leve inclinación de su cabeza. El sudor que empezó a perlársele en el cuello, brillando bajo las luces, solo hizo que la visión frente a mí se volviera aún más provocativa.
¿Qué estás haciendo, Yetao?
Porque no solo estabas bailando.
No.
Estabas provocando.
Provocándome.
Tu mirada se deslizó sobre el público, pero por un instante, se detuvo en mí.
Y yo...
Yo no aparté la mirada.
¿Estás tratando de jugar conmigo?
Porque si ese es el juego, voy a ganarlo.
Cuando terminó la canción, la ovación llenó el estudio. Todos aplaudían. Pero yo… yo me quedé quieto, con los dedos tamborileando lentamente sobre la mesa. No podía apartar los ojos de ti mientras regresabas a bastidores.
Me incliné hacia Minghao sin dejar de mirarte desaparecer.
—¿Viste eso? —mi voz sonó más grave de lo que esperaba—. Tiene una presencia que… es simplemente magnética.
Minghao se rió, pero yo apenas lo escuché. Mi mente estaba en otra parte.
¿Quién demonios eres, Hu Yetao?
Y lo más importante…
¿Por qué no puedo dejar de querer verte otra vez?
[...]
El ambiente estaba tenso. Los aprendices charlaban entre susurros, hasta que la voz oficial del programa sonó con firmeza por todo el estudio.
—¡Atención, todos! El mentor BamBam interpretará ahora la canción tema oficial de CHUANG ASIA S2.
Un silencio sepulcral se apoderó del lugar.
—¿Qué? ¿BamBam va a presentarla? —exclamó Smart, con los ojos muy abiertos.
—No puede ser… esto va a ser increíble —añadió Gou Yi, casi sin aliento.
Hu Yetao permaneció inmóvil, observando el escenario. Sentía un cosquilleo en el pecho.
Las luces principales se apagaron. Un solo has plateado iluminó a BamBam. Vestía un conjunto negro ajustado, con detalles plateados que destellaban a cada movimiento. La pista comenzó a sonar, el bajo marcando un ritmo penetrante.
Y cuando BamBam empezó a moverse, todos quedaron en silencio.
—¡Wow…! —susurró Lu Junxi, boquiabierto.
Yetao, sin poder evitarlo, se llevo las manos al corazon.
Los aprendices lo miraban con admiración pura.El escenario era suyo.
Cuando la canción terminó, BamBam terminó con un guiño.
—¡WAO! —gritó Gou Yi— ¡Eso fue brutal!
—¿Cómo vamos a aprender eso? —murmuró Smart, todavía con los ojos abiertos.
BamBam, con el micrófono en mano y el cabello pegado a la frente por el sudor, adoptó una expresión seria.
—A partir de mañana, todos tendrán que aprenderse esta canción y su coreografía.
Los murmullos nerviosos llenaron el estudio.
—¿Eh? ¿Todos? —susurró Yetao, frunciendo el ceño.
BamBam levantó la mano para silenciarlos.
—No importa en qué clase estén. La clasificación cambiará —Su mirada recorrió a todos, deteniéndose deliberadamente en Yetao— Esta misión será para todos, y todos serán evaluados de nuevo.
Los rostros comenzaron a tensarse.
Fue entonces cuando Xu Minghao, sonriendo, hablo al lado de Bambam.
—Clase A, ¿están preparados para permanecer en sus puestos?
Yetao, convencido de que todos gritarían, levantó la mano con seguridad.
—¡Claro que sí!
Silencio absoluto.
Todos se giraron a verlo.
—…Oh.
Smart se echó a reír.
Lu Junxi se llevó la mano a la boca, intentando contener la carcajada.
Gou Yi casi se cae de la silla.
Yetao, sonrojado, miró hacia abajo.
—Pensé que todos… bueno…
BamBam, desde el escenario, sonrió abiertamente, con una mirada que brillaba de pura diversión.
—Me gusta tu confianza, Yetao—Su tono se suavizó, casi provocador.
Yetao sintió cómo se le aceleraba el corazón.
Ahora micho menos quería fallar.
[...]
Hu Yetao.
El evento había terminado. Las luces del escenario se apagaron y el bullicio se redujo a murmullos mientras regresábamos a la sala común. Habíamos sido clasificados en la Clase A: Yao Zihao, WhyLucas, Thi-o, Dong Dong y yo. Una sensación de orgullo flotaba en el aire, pero también una ligera tensión.
Al entrar, vimos una mesa al frente de la sala. Encima, varios objetos estaban cuidadosamente colocados, una varita mágica, una bufanda azul, unos audífonos plateados, una libreta con estrellas y un llavero de zorro, entre otro articulos.
—¿Qué es esto? —preguntó Thi-o, cruzándose de brazos.
—Escuchen con atención—La voz del staff resonó—Cada objeto pertenece a alguien. Deben elegir uno para decidir a su compañero de habitación.
—¡Ohhh! Qué interesante —susurré, llevándome un dedo a los labios.
Mis ojos se fijaron enseguida en la varita mágica. Era elegante, de madera oscura, con detalles plateados. No pude resistirme.