Tentaciones bajo los reflectores★bamtao★

Capitulo Nueve.

Bambam.

El estudio estaba más silencioso de lo habitual, lo cual era raro considerando la cantidad de chicos que esperaban su evaluación. Algunos practicaban sus líneas en voz baja, otros murmuraban entre ellos en un intento de calmar los nervios, pero para mí, el verdadero ruido estaba dentro de mi cabeza.

Desde que comenzó la mañana, no podía dejar de pensar en él.

Yetao.

Desde que lo vi subirse al autobús sin siquiera mirarme.

Desde que esa maldita foto de nosotros abrazándonos apareció en internet.

Desde que supe que lo estaba alejando.

Apreté los labios y desvié la mirada hacia la hoja de evaluación en mis manos. Tenía que concentrarme en esto, no en Yetao. Pero después de diez minutos mirando el mismo papel, me di cuenta de que no había escrito absolutamente nada.

—¿Estás aquí o en otro planeta? —La voz de Jackson me sacó de mis pensamientos.

Parpadeé y lo miré.

—¿Qué?

—Llevas como diez minutos viendo la misma hoja sin escribir nada —dijo, dándome un codazo ligero en el brazo.

Fruncí el ceño y volví a mirar el papel.

Jackson tenía razón. El espacio donde debía escribir mis observaciones estaba completamente en blanco.

Suspiré y me apoyé en el respaldo de la silla.

—No sé qué me pasa.

Jackson soltó una carcajada sarcástica.

—Por favor. Todos sabemos qué te pasa.

Mi ceño se frunció aún más.

—No es sobre Yetao.

—Oh, claro que no —bromeó, apoyando los brazos en la mesa—. Obvio que no es sobre el chico con el que te besaste. O con el que discutiste. O con el que abrazaste en la puerta de un maldito autobús.

Lo fulminé con la mirada, pero él solo sonrió con superioridad.

Del otro lado de la mesa, Minghao levantó una ceja con su expresión seria y tranquila.

—¿Finalmente van a hablar de lo que está pasando o sigo fingiendo que no me doy cuenta?

Rodé los ojos y dejé el bolígrafo sobre la mesa con más fuerza de la necesaria.

—Nada está pasando.

Minghao me miró con esa cara de "no te creo nada".

—Sí, claro. Y yo soy un rookie —bromeó con ironía.

Suspiré, pasé una mano por mi cabello y murmuré:

—Solo… no quiero que la gente piense que Yetao está recibiendo un trato especial solo porque… porque…

—Porque te gusta —completó Jackson con una sonrisa maliciosa.

—¡No es eso! —exclamé, sintiendo un calor repentino subir a mis orejas.

Jackson y Minghao intercambiaron una mirada divertida.

—No lo es, ¿eh? —dijo Jackson, claramente disfrutando mi reacción.

Apreté la mandíbula y desvié la mirada.

—No quiero arruinar su carrera. Quiero que la gente vea que brilla por sí mismo.

Esta vez, Minghao asintió lentamente, con una expresión más comprensiva.

—Eso es bueno. Es bueno que pienses así. Si realmente te importa, entonces dale su espacio. Pero también, sé claro con él.

—Ese es el problema, Minghao —interrumpió Jackson, cruzándose de brazos—. BamBam no sabe ser claro con sus sentimientos.

—¡Sí sé! —protesté de inmediato.

Jackson bufó con burla.

—Ah, claro. Por eso Yetao sigue sin saber qué carajos sientes por él.

Abrí la boca para responder, pero me detuve.

Porque tenía razón.

Yetao no tenía idea de lo que pasaba por mi cabeza.

¿Cómo podría saberlo, si yo mismo no lo tenía claro?

Suspiré y pasé una mano por mi rostro, sintiéndome más agotado de lo que debería a esta hora del día.

—Dímelo. ¿Qué vas a hacer? —preguntó Jackson, con un tono menos burlón esta vez.

Apreté los labios.

—Voy a esperar a que termine la evaluación.

Respiré hondo y, con una decisión que apenas se estaba formando en mi pecho, agregué:

—Y cuando termine… voy a invitarlo a salir.

Un silencio pesado se instaló en la mesa por unos segundos.

Luego, Jackson soltó una carcajada triunfal.

—¡Finalmente!

Minghao, en cambio, me miró con aprobación y asintió.

—Eso es lo correcto. Pero prepárate. No tienes idea de cómo va a reaccionar.

No.

No tenía idea.

Y esa era la parte que más me aterraba.

[...]

Desde la habitación privada donde los mentores y yo observábamos, la energía se sentía densa. Todos estaban concentrados, serios, atentos a cada mínimo detalle de las presentaciones.

Excepto yo.

Yo intentaba concentrarme, pero mi cabeza seguía llena de un solo pensamiento: Yetao.

Mis ojos lo buscaban en cada rincón de la pantalla. Cuando se movía en el fondo. Cuando esperaba su turno. Cuando se reía de algún comentario de los otros chicos.

Era frustrante.

Pero más frustrante aún era que, cada vez que su imagen aparecía en la pantalla, la estúpida foto de anoche volvía a mi cabeza.

El abrazo.

Su perfume en mi ropa.

El calor de su cuerpo contra el mío.

Y la expresión en su rostro cuando se alejó.

—BamBam —la voz de Tia Ray me hizo parpadear y volver a la realidad.

—¿Qué?

Minghao, que estaba sentado a su lado, me miró con una ceja levantada.

—Estás muy distraído.

Jackson, que también estaba en la sala con nosotros, sonrió con burla.

—No me digas —murmuró en voz baja.

Ignoré su comentario y me aclaré la garganta.

—Lo siento, estaba… procesando.

Minghao no dijo nada, pero su mirada me dejó claro que no se lo creyó.

Volví mi atención a la pantalla justo cuando comenzaba la siguiente evaluación.

Yetao se paró en el centro del escenario con una postura elegante, como si el mundo entero estuviera viéndolo.

Y lo estaba.

Me apoyé en el respaldo de mi asiento, sintiendo mi pecho apretarse.

Mierda.

¿Cómo es que este chico podía verme una sola vez y hacer que todo mi mundo se pusiera patas arriba?

Observé con atención mientras empezaba su presentación.

Cada movimiento era preciso. Cada expresión, calculada. Sabía lo que hacía. Sabía que todos lo estaban observando.



#1190 en Fanfic
#10103 en Novela romántica

En el texto hay: romance, boyslove, bl juvenil

Editado: 25.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.