Tentaciones bajo los reflectores★bamtao★

Capitulo Diez.

Yetao.

El pasillo estaba silencioso.

Solo se escuchaban mis pasos resonando suavemente contra el suelo de mármol mientras caminaba hacia mi dormitorio.

El día había sido largo. Las evaluaciones, los comentarios de los mentores, la presión de demostrar que merecía mi puesto sin que nadie pensara que BamBam me estaba ayudando…

Suspiro.

Pasé una mano por mi cabello, sintiéndome agotado.

Solo quiero dormir.

Pero justo cuando doblé la esquina para llegar a mi habitación, algo me agarró del brazo con fuerza.

—¡AHHHH! —grité, mi alma casi abandonando mi cuerpo.

La figura que me sujetaba me empujó contra la pared en un movimiento rápido.

—¡Shhh! ¡Baja la voz!

Reconocí esa voz al instante.

Mis ojos se encontraron con un par de oscuros e intensos, brillando con picardía bajo la luz tenue del pasillo.

—¿BamBam? —mi voz salió entrecortada por el susto.

Él sonrió con arrogancia, sin soltarme el brazo.

—Te dije que no gritaras.

Fruncí el ceño, todavía con el corazón latiéndome en el pecho.

—¡Casi me da un infarto! ¿Por qué demonios me arrastras así?

—Porque si te preguntaba, ibas a decir que no.

—¿Decir que no a qué?

BamBam me miró fijamente, sus ojos recorriendo mi rostro con intensidad.

Algo en su expresión hizo que se me secara la garganta.

Se veía… ¿nervioso?

—Voy a ser directo —dijo, inclinándose un poco más hacia mí. Su perfume me envolvió de inmediato, cálido y familiar.

Yo tragué saliva, mi espalda todavía pegada a la pared.

—¿Directo con qué?

BamBam se mojó los labios, como si estuviera escogiendo bien sus palabras.

Entonces, sin soltarme, habló:

—Ve a una cita conmigo.

El mundo se detuvo.

Mi cerebro se quedó en blanco.

¿…Qué?

Lo miré fijamente, esperando a que dijera que era una broma.

Pero no lo hizo.

Su expresión era completamente seria.

—¿C-cita? —repetí como un idiota.

BamBam asintió lentamente, sin apartar sus ojos de los míos.

—Sí. Una cita. Los dos. Solos.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza.

Mis pensamientos se hicieron un desastre.

¿Por qué ahora? ¿Por qué después de todo esto? ¿Después de hacerme dudar, de confundirme, de actuar como si nada pasara?

Y sin embargo…

Ahí estaba él, mirándome como si fuera la única persona en el mundo.

Respiré hondo.

—¿Por qué? —mi voz salió más suave de lo que esperaba.

BamBam no dudó.

—Porque quiero hacer las cosas bien.

Su respuesta me dejó sin palabras.

Me mordí el labio, sintiendo mi estómago revolverse con emociones encontradas.

Quería creerle.

Quería decirle que sí.

Pero una parte de mí tenía miedo.

—¿Y si…? —empecé a decir, pero BamBam me interrumpió.

—No hay "y si". Solo di sí o no.

Nos quedamos en silencio por unos segundos.

Él no parpadeó.

Yo tampoco.

El aire entre nosotros se volvió denso.

Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, hablé.

—…Sí.

BamBam sonrió.

Y justo en ese momento, supe que había caído completamente en sus manos.

[...]

Después de que BamBam me pidiera la cita, logré llegar a mi dormitorio con las piernas temblorosas.

No sabía qué pensar.

¿En qué momento había aceptado salir con él así de fácil?

Me dejé caer en la cama, sintiendo cómo mi corazón aún latía con fuerza.

—¡Yetao! —la voz de Yao Zihao me sacó de mis pensamientos.

Levanté la cabeza y lo vi mirándome con sospecha desde su cama.

—¿Qué? —pregunté, tratando de sonar normal.

Zihao entrecerró los ojos.

—Te ves… extraño.

—¿Extraño cómo?

—Como si hubieras visto un fantasma.

Lo miré por unos segundos, debatiendo si contarle o no.

Suspiré.

—No es un fantasma, pero sí alguien que me asusta igual.

—¿Quién?

—BamBam.

Zihao se incorporó de inmediato.

—¿Otra vez él?

Asentí lentamente.

—Me pidió salir con él.

Zihao abrió los ojos como platos.

—¿QUEEEEÉ?

—¡Shhh! —me lancé sobre él y le tapé la boca. —¿Quieres que todo el edificio se entere?

Zihao se quitó mi mano de encima, todavía en shock.

—Espera, espera, espera. ¿Te pidió salir? ¿Cómo? ¿Cuándo?

Me pasé una mano por la cara, sintiéndome abrumado.

—Hace unos minutos. Me arrastró por el pasillo y casi me da un infarto.

Zihao parpadeó.

—…¿Y dijiste que sí?

No respondí.

El silencio fue suficiente para que soltara una carcajada.

—¡Dios mío, estás perdido!

—¡No estoy perdido!

—Sí lo estás.

Rodé los ojos.

—¿Vas a ayudarme o no?

Zihao me miró con diversión.

—¿Ayudarte con qué?

—Con mi escape, obvio.

Me levanté de la cama y abrí el armario, revisando qué podía ponerme.

—Tengo que salir sin que nadie nos vea. Si alguien se entera de esto, mi vida social acabará.

Zihao chasqueó la lengua.

—Entonces, necesitas un disfraz.

Lo miré con incredulidad.

—¿Un qué?

—Un disfraz, Yetao. Si vas a salir con BamBam, al menos que sea con estilo.

Suspiré, pero lo dejé hacer su magia.

Cinco minutos después…

Ahí estaba yo.

Con una gorra negra, gafas de sol, una sudadera con capucha y una bufanda cubriéndome media cara.

Parecía más un espía en misión encubierta que alguien en una cita.

—Esto es ridículo —murmuré.

Zihao asintió con orgullo.

—Pero efectivo.

Me asomé por la puerta del dormitorio y miré a ambos lados.

Nadie a la vista.

—Bien. Si alguien pregunta por mí, di que estoy en la ducha.

—Confía en mí, soy un experto mintiendo.

Rodé los ojos y salí del cuarto.

Ahora solo faltaba llegar a BamBam sin ser descubierto.



#1190 en Fanfic
#10103 en Novela romántica

En el texto hay: romance, boyslove, bl juvenil

Editado: 25.03.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.