Tentando al ángel

Capítulo 8: Está mal de la cabeza

—No entiendo nada —susurra Vane mientras ambas fingimos anotar en nuestros cuadernos.

Después de lo sucedido con Stefan, le prometí contarle todo lo sucedido después de llegar a clases, íbamos tarde y tal como lo presentía, nos llamaron duramente la atención, y una vez más, todos los ojos estaban encima de mí.

Vane y yo nos sentamos en un rincón en la parte trasera del aula, estábamos en clase de química, y también nos sentábamos en pareja. En casi todas mis clases estaba con Vane o Susi, y muy pocas las compartía con Brad. Observé a mi alrededor temiendo encontrarme también a Stefan, pero no, gracias al cielo no estaba en esta clase.

—Yo tampoco, ese chico está mal de la cabeza —le respondí sin mirarla.

No tenía por qué mentirle en el tema con Stefan, así que le comenté la verdad de lo que había sucedido, obviamente omití ciertos aspectos, cómo que yo también tenía la sensación de haberlo conocido desde antes.

—No creo, no parece del tipo que recurra a esas estrategias para conseguir la atención de una chica. ¿Lo has visto? ¡Está más bueno que el pan! —la reprendo con la mirada cuando algunos voltean a mirarnos—. Lo siento, hablaré más bajo.

De repente, cómo si ambas estuviéramos conectadas, dirigimos nuestras miradas hacía la mesa de Susana, estaba sentada junto a uno de sus antiguos ligues... aunque no parece tan antiguo.

—Ni nos ha mirado, esa sí creo que está mal de la cabeza, en la clase de Torres no te quitaba la mirada de encima y aquí nos ignora a ambas.

—Creo que es porque no me miraba a mí, sino a mi acompañante.

—Volviendo al tema —clava sus ojos en mí—, creo que tiene algún interés en ti, ya sabes... eres hermosa, popular, adinerada. Pero, hay ciertas cosas que no haría nadie cuerdo, a menos que tenga una confianza en sí mismo extravagante.

—La tiene —afirmo sin pensar—, es arrogante.

—La arrogancia es un defecto muy sexy —se ríe.

— ¡Vanessa y Emma! —ambas saltamos en nuestros puestos y miramos al frente, la profesora nos está fulminando—. ¿Será que me pueden prestar atención? —se escuchan varias risas de nuestros compañeros, pero no dura mucho, la profesora continua y todos vuelven a lo suyo.

—En fin, ten extremo cuidado con ese chico, no es bueno para tu imagen que chismes malintencionados empiecen a surgir, sabes muy bien que si otra persona viera lo que yo... no tardaría en gritar a los cuatro vientos el rumor de la posible infidelidad de Emma Clare con el chico nuevo del instituto.

—Lo sé, pero no pasó nada —me justifico nuevamente.

—Emma, deja tu inocencia a un lado, las personas no necesitan escuchar tu versión para crear su propia historia —suspira—, te adoro, pero tu inocencia es exasperante.

—No es inocencia, simplemente tengo fe en las personas.

—Un gran error. Si tenemos conflictos con nuestra mejor amiga, la cual se ha comportado como una autentica perra, no dudes en que los tendremos con personas que solo conocen nuestro apellido y lo que pueden ganar con chismes candentes de nosotras.

— ¿Hablaste algo con Susi? —cambio el tema, ya no quiero hablar más de Stefan o de chismorreos.

—No averigüé mucho —arruga su entrecejo y su expresión cambia por completo—, solo que... parece otra persona...

—Es muy extraño.

—Lo es, es más, no se arrepiente de nada, pero noto un terror en su mirada que me desconcierta. Tarde o temprano averiguaremos que le pasa —se encoje de hombros—. Ahora lo que debemos hacer es...

— ¡Si vuelvo a escucharlas las saco de la clase! —nos regaña la maestra otra vez. Cierro mis ojos unos milisegundos y bajo la cabeza para que no me vean.

— ¡Ay por favor, aquí todos hablan y solo nos mira a nosotras! —reclama Vane, abro mis ojos y le pido con ellos que se calle y no empeore la situación.

—Los demás no llegaron tarde Señorita Carter.

—Lo lamento por menstruar, ya le dije que me llegó el periodo y me quedé sin toallas, mi gran amiga aquí presente, corrió a conseguírmelas antes de que me desangrara en el baño —Vane parece no tener filtro cuando se enoja, ni siquiera le importa a quién le está hablando, solo defiende su punto a capa y espada.

Me sorprendió la rapidez en que había creado una mentira convincente para que la maestra no nos mandará a rectoría, sin embargo, se notaba que no nos la dejaría pasar tan fácilmente. Nuevamente los ojos de todos pasan a nosotras y quiero que me trague el suelo.

— ¡¿Qué?! ¡¿Por qué nos miran idiotas?! Aquí todas las mujeres menstruamos, y los hombres nacieron de una mujer que también menstruaba —su voz va en aumento.

—Señorita Carter, concéntrese en la clase, ya todos los aquí presentes sabemos de biología básica, sino... le aseguro que no estarían en mi clase.

—Pues debe recordárselo a todos esos indignados —señala a algunos que nos miran.

La maestra pide orden y continua la clase como si nada, siento que mis manos tiemblan y sudan, definitivamente el instituto se está volviendo una completa pesadilla.

—Gracias —le susurro al oído a Vane.

Ambas cortamos nuestra conversación y prestamos atención a la clase, ya no queremos más llamados de atención por parte de la maestra, estoy segura que, si nos regaña una tercera vez, nos manda directo a rectoría; ahí revisarían cámaras para comprobar nuestra versión y definitivamente nos meteríamos en problemas, pero más yo... que me metí en uno de los cuartos de servicio con el nieto del director.

 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.