Ep 26. Game over

Min-soo se elevó en el aire gracias a su rasgo único como Rey Demonio: una telequinesis tan fuerte como sus deseos. Con un simple movimiento levantó escombros y los dirigió hacia Peter Williams. La velocidad era tal que Peter solo pudo jalar el hilo más cercano, quedando al filo de un abismo.

—Tienes mala puntería, hijo. Debimos jugar béisbol cuando eras niño —lo retó Peter, aún agotado.

Min-soo agitó su brazo y golpeó el suelo con energía, provocando un temblor. Peter, con una confianza nerviosa y sudor marcado en la frente, sujetó un hilo e intercambió posiciones con el General. Sin embargo, Min-soo había previsto la situación y dirigió un corte de su espada hacia el nuevo punto.

—¿Solo sabes huir? —dijo el General.

Peter trataba de alcanzar los hilos del destino, pero se alejaban cada vez más.

—¡Crees que no sé lo que haces? —habló nuevamente Min-soo—. Tienes un radio muy corto para intercambiar tu posición. Aún si manipulas el destino, si puedes moverte entre presentes existentes... si no hay un lugar seguro, no puedes hacer nada.

Peter lo miró con molestia. Luego pensó: "Debería darle un despliegue magistral de mis habilidades a este malcriado."

Min-soo se acercó nuevamente con la espada en mano. Lanzó un corte hacia la derecha, y Peter se desplazó cuánticamente a la izquierda. Min-soo soltó su hoja para atacar desde arriba. Peter se desplazó hacia atrás. Luego, apostando todo, tomó tantos hilos como pudo y tiró. El edificio en ruinas detrás de él comenzó a derrumbarse. Su mano izquierda quedó inutilizada.

Min-soo se giró. Antes de que el edificio colapsara, levantó los brazos. La tierra empezó a temblar. Todo comenzó a elevarse. Una tormenta de fragmentos se arremolinó, tragándose aquel edificio y aumentando en tamaño.

Peter esquivó a duras penas los escombros que salían disparados. Luchaba por no ser absorbido por el remolino que crecía más y más.

—Mientras más te resistas, peor será —dijo Jade, quien se puso de pie y se colocó del lado del General. Apuntó con su báculo en dirección a Peter.

—Modo Rompecorazones: Juicio Divino Magenta.

Su vara tomó la forma de un cañón de mano. Tres disparos de láser salieron simultáneamente. Peter logró esquivar dos de ellos, pero el último estaba a punto de alcanzarlo. Un destello brillante golpeó con precisión, desviando el impacto.

Mak-oh se había incorporado. Tocó la espalda de Peter, estimulando su cuerpo con una conexión psíquica, acelerando la recuperación de energía y coste físico.

—Es todo lo que puedo hacer. Necesitas arreglar esta situación inmediatamente.

Pero no notaron que un apéndice púrpura se dirigía hacia ellos, cargado de rencor y furia. Roan había tomado su propia decisión.

—Catador de Fábulas... Kakuja Centipede.

Cada golpe hacía vibrar el suelo. Mak-oh solo alcanzó a empujar a Peter para que evitara el golpe, mientras ella se cubría con una pantalla de energía psíquica.

El primer golpe lo aguantó, pero el segundo destrozó por completo sus defensas. Roan estaba fuera de sí, a punto de cortarle el cuello a Mak-oh.

Una sombra se abalanzó sobre Roan, sujetándola de los brazos. Su poder era equivalente al de ella. Hiro había accedido a su forma de Rey Demoniaco para salvar a Mak-oh.

Un disparo de Eark vino desde atrás, arrojando a Hiro hacia atrás. Sieg, con la mirada cargada de decepción, apuntó con la espada primero a Hiro y luego la movió lentamente hacia Peter. Detrás de Sieg había un nodo de energía siendo absorbido desde su espalda, cruzando por todo su cuerpo y convergiendo en su espada. La energía centrífuga y cinética emanada del vórtice telekinético estaba siendo transformada en Eark.

El disparo fue tan potente que el suelo se abrió a su paso. Peter trató de moverse, pero el General, con una sonrisa de victoria, lo aplastó contra el suelo.

—Tus aliados han visto tu verdadera cara. Serán buenos subordinados —el General se mantenía de pie, elegante y mortal. Nada en su traje militar se había ensuciado.

—Solo te ayudamos para salvar lo que nos importa —dijo Sieg, ensombrecido. El hematoma producto del mal uso de su habilidad ya había subido hasta la mitad de su rostro.

—Debe pagar —Roan rozaba entre la tristeza y la locura.

—Debes jurar que usarás ese poder para liberar a mi hermana de la oscuridad —le dijo Jade a Min-soo.

—Chicos... —Peter se sentía culpable. Y era lo justo. No sabía cómo llegar a ellos. Ahora el final era inevitable. Solo cerró los ojos al ver el enorme destello acercarse fuera de tiempo.

Entonces sintió que alguien lo cubría.

—¡Mak-oh, rodéame con tu energía psíquica, ahora! —la voz de Milán sacó del trance a Peter.

Mak-oh no dudó. Envió toda la energía psíquica que pudo reunir y formó una cápsula alrededor de ellos. Luego, Milán formó una esfera con su ferrofluido, encerrándose para soportar el impacto.

El General entonces desplegó aquella tormenta de escombros hacia ellos. Todo parecía perdido. En el último momento, Peter reaccionó y llevó a Mak-oh y a Hiro dentro con él.

No podía usar su habilidad para escapar de aquel disparo de área. Min-soo había pensado en todo. Aunque evadiera el disparo de Sieg, serían pulverizados por la presión del remolino.

—Yo, de verdad lo siento —dijo.

Mak-oh lo tomó del hombro.

—Escucha, fuiste la guía hasta este momento. Quizás sí nos usaste, pero me diste un propósito.

Hiro también tomó la palabra.

—Además, hasta ahora nos has protegido.

—El General no sabrá qué hacer con tu poder una vez que lo tenga. No puedo dejar que se deje corromper por el odio. Eres el único que puede corregir esta situación. ¿Tienes algún plan? —Milán se mantenía más pragmático. No iba a dejar que los sentimientos hacia Peter lo desviaran de su objetivo principal.

—En el plano astral tuve una visión sobre lo que sucederá si no logramos salir de esta situación. Peter, ¿confías en mí? —dijo Mak-oh, sujetándolo de los hombros.