Ep 29. Boss room

— Nos quedan aproximadamente 24 horas para que el núcleo colapse, pero no podemos hacer nada con esa loca ahí afuera —Peter señaló al avatar del Absurdo, que solo los miraba fijamente desde lejos.

— Es mi hermana, no le digas así —Jade miraba preocupada hacia el vacío, buscando una solución.

— ¿Qué podemos hacer? No podemos quedarnos esperando todo el día —Roan daba vueltas de un lado a otro, los recuerdos recuperados rondaban sin descanso por su cabeza.

— Tranquilízate, harás un pozo en la poca tierra que tenemos —Peter la invitó a sentarse—. ¿Alguna sugerencia? Enfrentarla directamente sería un suicidio.

— Podríamos darle acceso y decirle que es un grupo de autoayuda, luego, cuando baje la guardia, ¡zas! Evangelizamos a la entidad que la domina —Hiro volteó a ver al grupo esperando su admiración.

— Les juro que se volvió más listo, pero pues así es él —Mak-oh lo tomó de la mano.

— Ya no puedo saltar o volver atrás. Si este intento falla, ya no habrá ningún lugar que pueda albergar vida —dijo Peter seriamente.

Milán observó a su alrededor. Ya casi no quedaba nada, solo ruinas que poco a poco eran devoradas por la corrupción.

—¿Ella es la responsable de todo este desastre?

— Nop, en realidad es lo que está detrás de ella. Su nombre es impronunciable en esta dimensión, pero a lo largo del tiempo se le ha conocido de diferentes maneras. Una de ellas es…

— El Absurdo —completó Mak-oh.

— Sí. Es un ser más antiguo que el universo. Es parte de los protémuros, deidades extradimensionales que existen fuera del macroverso, dando vida o muerte, creando o destruyendo.

— Pero ¿qué es lo que busca? ¿Por qué destruir todo? —preguntó Hiro.

— Sus motivaciones son desconocidas incluso para mí. Por lo que sé, el Absurdo es una entidad con complejo de creador, pero no es más que un parásito. Infecta universos enteros, consumiendo todo y dejando solo la carcasa de lo que una vez fue un universo fértil. De la energía residual, combinada con el poder antiguo, se da origen a un nuevo universo, ajeno al anterior.

Mak-oh esperaba que el simple nombre e información los atormentara, pero todos estaban completamente “bien”.

— ¿Por qué no les afectó?

— Es gracias a mi aura como Primordial. Obtuve parte de mi poder, puedo amortiguar el daño en ustedes.

— Realmente subestimé tu poder… —le dijo el General a Peter.

— Y eso que no te tocó ver los múltiples desenlaces —dijo Peter, soltando una ligera risa—. Basta de charla. La única manera de revertir esta situación es efectuando la Ceremonia de Alineación. Pero como ustedes saben, requiere un coste.

— ¿Estás sugiriendo…? —Milán se levantó y miró fijamente a Peter.

— ¿Qué están dispuestos a sacrificar? —dijo Peter mirándolos seriamente.

— Ni pienses en usar las arcas. ¡Son millones de millones de vidas! —dijo Min-soo.

— Si no actuamos, el Absurdo tomará control del Árbol, y la vida dejará de existir —Peter respondió, sonando tranquilo.

Jade no estaba completamente atenta. Se había distraído viendo a sus compañeros. Para ella era posible ver cosas que los demás no podían. Gracias al sistema y a la bendición de su patrocinador, podía ver los títulos sobre las cabezas de sus compañeros, su barra de vida, el estado en el que se encontraban.

Sieg, por ejemplo, tenía el estado “Impuro”.
Roan poseía dos barras extras de vitalidad, pero condicionales.
Hiro tenía en sus características: Híbrido.

— Su barra de vida es inmensa… —murmuró Jade, viendo hacia el vacío.

Peter la observó. Él ya sabía a qué se refería, pero sabía que, al igual que la opción de usar las arcas, era una alternativa que dividiría al grupo.

Se sentó, cruzando las piernas, y tomó varios hilos. Frente a él se desplegaron todos los futuros posibles.

— Es imposible vencer al avatar del Absurdo. Solo hay 32 maneras de enfrentarlo, pero al menos tres de nosotros moriremos. Eso sin contar que no le hacemos ni la mitad del daño —dijo Peter, levantándose y sacudiéndose el polvo—. Para vencerla, tendríamos que sellarla y evitar que el Absurdo descienda.

— Pero aun así llevarás a cabo la ceremonia, ¿cierto?

— Sí. Si vamos a restaurar todo, el costo es alto. Podríamos usar las arcas; nadie sabría que el nuevo macroverso nació de un sacrificio en masa. O… —volteó a ver a Jade— …usar la vitalidad del avatar. Eso nos liberaría del peligro. Pero deben saber que moriría un inocente. Al final, ella también es una víctima del Absurdo.

— Ninguna. Debería haber más opciones. Eres un dios encarnado. No sé, imagina un nuevo universo —respondió Jade desde una posición idealista.

— El avatar o el arca. Cualquiera de ambas opciones va contra la moral. Pero al final, solamente nosotros sabemos cuál fue el precio que se pagó. Estaré de acuerdo, siempre y cuando elimines esos recuerdos de nuestra mente —dijo Milán, despues de sopesar los resultados.

Jade y Min-soo negaron con la cabeza. Para ellos, los vínculos eran más importantes.

— Lleguen a una resolución. Les daré una hora —Peter los dejó con el dilema.

Roan, por su parte, levantó a Sieg y lo llevó a un lugar más tranquilo, analizando el patrón negruzco que se extendía en su cuerpo, producto de manipular Eark sin fe.
—Te ves fatal, amigo. ¿En cuánto tiempo te cubrirá por completo?

— Cuatro horas y dos hechizos o tres hechizos y veinte minutos —dijo sonriendo con pesadez, pero manteniendo la apariencia.

— Trataré de canalizar un eco para sanarte… —lo ayudó a sentarse mientras se preparaba para transformarse.

—Lady Eitav, no es necesario, no es posible frenar el envenenamiento por Eark impuro —Sieg acomodó la espada, miró hacia el cielo. No pudo evitar sentirse abandonado por sus deidades y preguntarse si aún estaban observándolo o habían caído presas de la oscuridad.

Fuera del domo protector, el avatar se movía de un lado a otro como una bestia estudiando a su presa. Observó detenidamente, comenzó a analizar la estructura de la catedral: era energía divina, una energía impregnada de la fe y la esperanza en una solución, pero… contaminada. Las grietas de la impureza se expandían alrededor de la construcción como finas fisuras en un cristal.