Teorema de lo absurdo

Ep 30. Final Stage

Frente a Peter descendió el avatar del Absurdo: Sara, la hermana de Jade. Moldeando la corrupción, forjó una espada cubierta de oscuridad.
Esa era la habilidad de Sara: una hoja capaz de cortar el tiempo.

— Son un par de moscas, molestas y veloces —habló Sara con una voz distorsionada—. Díganme qué desean… con el poder del Árbol nuestro Señor hará sus sueños realidad.

—Linda, ya tenemos experiencia con tratos así —dijo Peter, intentando concentrarse en los hilos.

Ella lanzó el primer tajo, un corte tan limpio que hizo temblar el suelo.

Peter lo detuvo. En sus manos, un grupo de hilos de tonalidad dorada, tan gruesos como una cadena.
—Interesante… —dijo Sara.
Soltó una serie de golpes sucesivos, y nuevamente los bloqueó. Aguantó con un poco de dificultad.

[Mensaje del sistema]
Los temblores desestabilizan el núcleo.
El tiempo se ha reducido: 24h > 18h aprox.

—¡Jefe, el tiempo se reduce! Si sigues así, destruirás la plataforma —le gritó Hiro.

[Mensaje del sistema]

Los temblores desestabilizan el núcleo.El tiempo se ha reducido: 18h > 11h aprox.

—Sire, la cúpula que crearon los espíritus sobre el núcleo ahora mismo está cayendo. Necesitamos apresurarnos —Sieg pudo sentir cómo el esfuerzo sobrepasaba la capacidad de los pequeños espíritus.

—¡Lo estás haciendo bien! —Roan levantó el pulgar en dirección a Peter, mientras con su mano derecha destrozaba uno de los clones.

—¡Lo estoy haciendo todo! —Peter aguantaba con fuerza sobrehumana. Luego tomó la cuerda dorada y arremetió contra el Avatar, causándole un poco de daño. —Oye, de verdad, no quiero hacer esto. ¿Sabes que pueden demandarme por golpear a una mujer? —dijo él, midiendo su fuerza.

El avatar se limpió la sangre de la mejilla y frunció el ceño.
—¿Qué más puedes hacer? —Luego lanzó una estocada que Peter esquivó desplazando el presente.

—¿Qué más? —La voz de Peter se volvió profunda, en su rostro una máscara de hueso con forma de araña se materializo. Diez ojos de un fulgor radiante, y de su boca un sonido primordial, como la respiración de las estrellas que nacen o el llanto de los planetas al chocar.
—¿Quieres ver de qué soy capaz? —cerró el puño con fuerza frente a ella.

Cuando se dio cuenta, Sara tenía los nervios de sus piernas destrozados, cayendo de rodillas sobre el suelo.

Se acercó lentamente, jalaba un hilo con su dedo y ella era azotada contra los escombros, al siguente movimiento estaba en el aire cayendo rápidamente, cuando lo notaba el golpe de la cadena la enviaba directamente hacia un edificio. Sara jadeo de rabia e intento ponerse de pie. Peter ya estaba frente a ella moviendo las manos velozmente. Parecían superponerse unas a otras, los dedos tejiendo algo invisible, en una danza casi sobrenatural. Todo era tan rápido que no era posible seguirlo con la visión.

Urdimbre del Hilandero —los hilos del destino se tejieron entre sus manos, formando una canasta etérea y hueca que crecía más y más. Al siguiente momento, aprisionaron al avatar, rodeándolo y reduciendo su tamaño nuevamente. Sara lo vio, pero no sintió ningún cambio.

—Si los demás primordiales son tan débiles como tú, será sencillo obtener los baluartes —dijo burlándose.

—¿Eso piensas? —dijo Peter, dándole la espalda y alejándose.

Sara aprovechó que le dio la espalda para atacarlo nuevamente, pero no consiguió siquiera moverse.

—Es toda suya. He anulado la mayoría de sus ataques y está atada a ese punto —señaló el centro del ritual dibujado—. Ahora hagan lo suyo mientras termino los preparativos de la ceremonia.

Todos se quedaron en silencio… al fin veían a Peter en acción.
Milán extendió sus alas, tomando la chatarra, vigas y componentes ferrosos en el ambiente, consumiéndolos por completo. Las hermosas alas negras del soldado eran impresionantes. Desde su posición, arrojó todo el ferrofluido sobre el avatar. Sus manos, piernas y cabeza quedaron completamente cubiertas.
Núcleo estelar M300 —.
Las nanopartículas en el ferrofluido comenzaron a reaccionar, creando enlaces y uniéndose en resistentes cables metálicos que absorbían la energía cinética y anulaban la energía potencial.

El avatar, furioso, comenzó a gritar, emitiendo ráfagas de corrupción.

Mak-oh fue la segunda en actuar. Incontables cristales psíquicos se formaron alrededor de Sara, bloqueando su actividad neuronal. Si Milán evitaba el movimiento, Mak-oh era quien paralizaba los reflejos.
Tormento de la Reina Blanca —.
Una a una, las placas de energía se reunieron a su alrededor, dejando un patrón en forma de corona sobre la cabeza de Sara, dejándola en un trance casi comatoso, pero aún consciente.

—...No creo tener la energía suficiente para completar el hechizo y la ceremonia —dijo Sieg con culpa.
—¿Piensas que no hay un dios al cual pedirle ayuda? —
El rey se sorprendió.
—Si necesitas creer en algo, cree en mí. Aunque sea un poco —.

Sieg bajó la cabeza. Había seguido a Peter como su señor, pero nunca pensó en él como un dios. Si tan solo hubiera pensado en eso, no estaría en esa posición...
—Confío en usted, Sire.

Peter derramó una pizca de su divinidad sobre Sieg. Él sintió como si vertieran agua fresca sobre su cabeza. Había olvidado cómo se sentía obtener Eark de una fuente divina. Pero este Eark era más valioso: provenía de un Primordial.
Sacrosanto: Tumba de Espadas —.
Una serie de hojas de energía descendieron del cielo. Una a una, se clavaron alrededor de Sara, purgando la corrupción del espíritu y evitando la fuga de la oscuridad.

Ella soltó un grito desgarrador.
—¡Hermana! ¡Jade, haz que se detengan, me duele mucho!



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En el texto hay: referencias, magia, ficcion

Editado: 04.10.2025

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