Después de disfrutar del delicioso pescado y de la compañía de cada uno, la familia González comienza a dispersarse. Algunos, cansados después de un día lleno de actividades, deciden tomar una siesta. Se retiran a sus habitaciones o a sus kyhas, las hamacas tradicionales, para descansar y reponer energías.
Otros, especialmente los niños, aún están llenos de energía. Deciden ir al patio a jugar. Se ríen y corren, jugando a la pelota o a las escondidas, disfrutando del aire fresco y del espacio abierto.
Mientras tanto, una de las señoras de la casa, viendo el calor que hace, decide preparar helados para todos. Llama a los niños que están jugando afuera y les ofrece los helados, que son recibidos con gritos de alegría. Los niños se sientan en el patio, disfrutando de sus helados y riendo bajo el sol.
Los adultos también se unen a la diversión, tomando un descanso de la limpieza para disfrutar de los helados. Se sientan juntos, saboreando el helado y compartiendo risas y recuerdos, disfrutando de la tranquilidad que sigue a la comida.
A medida que el día llega a su fin, la familia González se reúne una vez más para ver el atardecer. Mientras el cielo se llena de colores, reflexionan sobre los eventos del día y expresan su gratitud por su familia y su vida en Ybycu