Teresa y el misterio de Groween [corrigiendo]

Capítulo 12 [Parte 2]

Capítulo 12 [Parte 2]: Nuevas amistades y problemas en el bosque.

Definitivamente fue como si me hubiese hablado otra persona, me encontraba un poco desconcertada, dolida y enojada.

—¡Teresa! ¡Teresa, espérame por favor! —escuché que gritaba detrás de mí, pero yo seguía avanzando con las manos hechas puño a mis costados.

Tomé el camino que daba hacia mi casa mientras Pierre seguía gritando mi nombre, ya que no tenía ninguna intención de detenerme.

Al parecer había empezado a correr porque de un momento a otro, ya lo tenía caminando junto a mí.

—Teresa, escúchame por favor —posó su mano en mi hombro. Me aparté como si su tacto quemara.

—No me toques —mascullé entre dientes, pero entonces me tomó el rostro con ambas manos, ubicándose frente a mí.

—Escúchame, en serio lo siento, no debí hablarte de esa manera y no debí comportarme así con Soleil.

—No me interesa —imité lo que había dicho hace un rato y luego quise zafarme de su agarre, pero no pude.

—Las cosas entre Soleil y yo no quedaron para nada bien, me molesta que ella me siga hablando como si fuésemos amigos de toda la vida, por eso le hablé así ¿contenta? —suspiré resignada y negué con la cabeza quitando las manos de Pierre de mi rostro.

—¿Lo ves? No te costaba nada decírmelo, en cambio me gritaste como si fuese una entrometida y lo que me acabas de decir no es excusa para que la trates así.

—Me disculparé, pero... en serio lamento haberte hablado así —al parecer lucía bastante arrepentido, por lo que enganché su brazo con el mío incitándolo a caminar junto a mí.

—Vamos a casa —le dije y él sonrió de oreja a oreja.

***

Pierre me dejó en mi casa, pero luego me dijo que había olvidado hacer algunas cosas en la suya, por lo que prometió volver dentro de unas horas. Le hice jurar que volvería porque de verdad quería ver una película.

Nos encontrábamos tendidos sobre el sofá más grande de mi casa, viendo una película de acción mientras cada uno tenía en bote de helado de chocolate. Para ser nuestra primera pelea-reconciliación, creo que estuvo bastante bien, pero igual me tenía un poco desconcertada el cómo me había tratado.

Ya estaba oscureciendo, por lo que, dentro de poco, Pierre tendría que irse a su casa.

—Voy por una servilleta —me informó levantándose del sofá a lo que yo asentí concentrada en la película.

De pronto, mi celular vibró dentro de mi pantalón, mi corazón dio un vuelco esperando que se tratara de un mensaje de Sergio, para una de nuestras salidas clandestinas. Pero lo que me llegó fue algo completamente diferente y alarmante.

La danza es una de las expresiones más increíbles del alma,

el uniforme rojo baila cuando se contonea, con soltura.

La seguridad al estar en el aire es importante, no queremos tener ninguna fractura.

La popularidad la tiene desde la cuna, brilla al igual que la noche oscura

y su sonrisa blanca resalta entre toda su escultura.

Apréndete la coreografía Teresa, que su lugar espera ser ocupado.

1/05/2018 – 20:00 P.M.

—¿Teresa, estás bien? —preguntó Pierre a la vez que yo soltaba el teléfono, luego de leer el mensaje.

Las manos me comenzaron a temblar y sentía que el aire no llegaba a mis pulmones, Pierre tomó mi teléfono y su rostro se descompuso en cuanto leyó lo mismo que había leído hace un momento.

—Es él... lo va a hacer de nuevo —musité mientras sentía como mis ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

—Tenemos que llamar a la policía —se acercó hasta el teléfono de la casa y marcó el número.

Ya no podía informarles a los escoltas que custodiaban mi casa porque ya no los tenía, el encargado de la investigación las había retirado ya que no había ocurrido nada extraño por un mes.

El acertijo era claro, la siguiente era Agnes. El uniforme de las porristas del instituto era de color rojo, pero lo que no entendía, era por qué el acertijo tenía la fecha de hoy.

Él estaba a punto de...

Le arrebaté el teléfono a Pierre quien ya se estaba comunicando con la policía.

—Es Agnes, Agnes Presley. Él asesino va por ella —mi voz salió más segura de lo que esperaba y la mujer que estaba del otro lado comenzó a dar indicaciones, al parecer la iban a buscar.

Ella me hizo algunas preguntas más y traté de darle toda la información posible. Pierre estaba junto a mí y no dejaba de leer el mensaje en mi teléfono, yo trataba de no romper en llanto, ya que, si lo hacía, no creía parar después.

Terminé la llamada con la policía y comencé a caminar en círculos por mí no tan espaciosa sala.

—La va a matar... la va a matar —se me quebró la voz y comencé a llorar desconsoladamente mientras Pierre se acercaba para sujetarme de los hombros.

—Tranquila, la policía ya se está encargando —me consoló, pero eso no era suficiente.

—Tenemos que hacer algo... nosotros tenemos que hacer algo —dije en un hilo de voz, pero él negó con la cabeza.

—Teresa no podemos hacer nada, la policía ya está al tanto, no debemos preocuparnos.

Una idea descabellada surcó mis pensamientos, probablemente moriríamos, pero quería y tenía que hacerlo.

—¿Pierre tu confías en mí?

—Desde el primer día que te conocí.

—Bien, porque voy a necesitar que le escribas a tu amigo de informática. Iremos detrás del asesino —el rostro de Pierre palideció y me miró como si estuviese loca.

—Teresa no vamos a hacer eso, ¿Acaso quieres morir?

—No vamos a estar solos, llamaré para que una patrulla nos siga, pero voy a necesitar que tu amigo, rastreé este número —le extendí mi teléfono para que lo tome entre sus manos.



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En el texto hay: aseinato, suspenso drama, misterio aventura

Editado: 22.01.2021

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