Terra y Él Guardián de las Galaxias.

♣︎ Capítulo 4. El guardián. ♣︎

Él guardián.

 

Terra empezó a despertar del letargo en el que se encontraba después de aquel pequeño enfrentamiento, al abrir sus orbes hay estaba el Supremo Creador quien le sonrió, ella se levantó asustada.

 

–Oh mi pequeña te he dado una responsabilidad tan pesada debiste permanecer a mi lado–. Dijo acariciando su mejilla. –Te enviaré alguien para que te ayude a cuidar de tu planeta –.

 

–No Supremo se lo pido no haga eso, yo cuidaré de mi planeta–. Dijo con cara suplicante.

 

–No puedes cuidar de tu planeta tu sola Terra, si ese error no se hubiera dado tu estarías a mi lado–.

 

–Por favor Supremo se que en días quedaré renovada y podré cuidar de tierra–. Lo miró con súplica.

 

–Ya la decisión fue tomada mi pequeña–.

 

–¿Por qué no me lo consultaste antes? –. Dijo con enojo.

 

–Por que ellos no descansaran hasta obtener lo que quieren–.

 

–¿Y eso es? –.

 

–Tus creaciones, el agua todo lo que hay aquí–. Ni siquiera el Supremo creador se imaginaba cuales eran las verdaderas intenciones de esos ataques constantes.

 

–¿Y no puedes hacer nada? –.

 

–No mi pequeña cada quien es responsable del planeta que le tocó–. Dijo con pesar.

 

Terra se levantó y camino pensativa, ella no quería a nadie que no fuera de su planeta ahí.

 

–¿Quien vendrá, a quien mandaras? –. Se atrevió a preguntar.

 

–No se si conoces al guardián Kiklios–. Lo miró. –Kiklios el guardián de…

 

–Kiklios Galaxios Guardián de la vía Láctea–. Dijo interrumpiendo.

 

–Si supongo lo conoces–.

 

–Si conozco a cada ser, me he tomado el tiempo de estudiar a cada uno–

 

–Haces muy bien–. Dijo acariciando su cabeza, siempre la había tratado como si fuera su pequeña.

 

–¿Por que él? –. Pregunto ignorando su alago y caricias.

 

–¿Que tiene de malo? –.

 

–Nada solo no se, por que lo escogiste a él, es obvio que no le caigo muy bien a muchos, pudiste mandar a Uskis guardián del exoplaneta Uskis–.

 

–¿Te agrada él no es así? –.

 

–Si no es como los demás–. Dijo sentándose y recordando como hace algunos meses atrás paseaba con él por los jardines interestelares.

 

–Lo siento mi pequeña escogí a Kiklios por que el pertenece a esta galaxia y el resistiría este ambiente –. Acarició su mejilla. –Él podrá soportar todo además como el guardián de esta galaxia debe cuidar de los planetas que pertenecen a su galaxia –.

 

–Supongo que no me queda de otra más que aceptar tus ordenes–.

 

–Oh pequeña si no necesitarás de su ayuda no lo mandaría, eres tan frágil al igual que tu planeta y no los quiero perder–.

 

–Gracias Supremo–. Hizo una reverencia como de costumbre.

 

–No hay de que pequeña, me pesaría perder a un planeta tan hermoso como el tuyo, al igual que a ti–. Al escuchar aquellas palabras Terra lo abrazo aunque no estaba permitido tener contacto con los supremos. Estos eran los guardianes de galaxias y hasta el Supremo Creador.

 

El Supremo Creador correspondió a ese abrazo era la primera vez que tenía contacto de esa manera con sus creaciones. Acarició su cabello y cerro sus ojos por primera vez.

 

–Tengo que irme mi pequeña, nos veremos muy pronto–. Terra se separó de él.

 

 –Adiós Supremo Creador–. Hizo una reverencia.

 

El Supremo Creador desapareció dejando un destello de luz, Terra se sentó en el sofá, aquel donde pasaba todas las noches esperando a su humano, aquel con el cual compartió varios años.

 

Miro hacia la ventana donde estaban esos pequeños que la ayudaron.

 

–Vengan mis pequeños–. Los llamo abriendo un portal.

 

Ellos cruzaron y se colocaron junto a ella. –Esto no será nada bueno mis pequeños, ese guardián no le agradó no se por que, pero si el Supremo dice que el me va ayudar a cuidar de tierra bienvenido sea ¿no?, no se preocupen yo cuidaré de ustedes–. Dijo a los animales que estaban con ella.

 

Y era cierto muchos guardianes la miraban con desprecio, aunque al principio no fue así, todos la admiraban por todas las características que tenia su planeta, además ella era tan carismática y contagiaba a los demás guardianes, pero de un momento a otro todo eso cambió y todos la veían por encima del hombro. Dejo escapar un suspiro.

 

En otro lado del espacio.

 

Kiklios se encontraba en un dilema aún no se decidía si ir ayudar a ese ser o dejar que su planeta se exterminara, dejaría un vacío en su galaxia pero aun así no tenía planeado pelear por una guardiana mimada como muchos conocían.

 

No lejos de ahí se encontraba la guardiana mirando cada paso que daba Kiklios ya lo había observado por varias escalas.

 

–No voy a ayudar a esa debilucha ella no se merece mi composición y la de nadie–. Se dijo así mismo.

 

Dio otros pasos más hasta que se encontró con una sonriente Ambilic, el guardián quedó embobado inmediatamente.

 

–Ambilic–. Aquel nombre en su boca era como miel, fue lo que pensó.

 

–Kiklios–. Dijo ella de manera seductora, sabía lo que Kiklios sentía por ella. –¿Que dilema tienes? –. Pregunto sentándose de piernas cruzada.

 

Eso para Kiklios fue como una invitación a la provocación, Kiklios la miro descaradamente.

 

–¿Dime que te agobia? –. Pregunto sonando preocupada por él.

 

–El Supremo me dio tres escalas de tiempo para pensar y ya no me queda nada de tiempo–.

 

–¿Pensar que? –. Pregunto  ella simulando inocencia.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.