♣︎ Capítulo 5. El humano. ♣︎

El humano.

Lo que él veía en sus ojos eran dos remolinos con rayos, y lo que ella veía en sus ojos eran destellos de estrellas fugaces y algunas estrellas titiritan tés, sus miradas se empezaron a complementar una con la otra, sus respiraciones se hacían pesadas a cada segundo que pasaba, era la primera vez que él guardián sentía esa sensación, Terra ya lo había experimentado con su humano, ella lo empujó para apartarlo de ella.

—No te atrevas a tocarme la próxima vez conocerás quien es Terra—. Se materializó para así alejarse de él.

—Si como si ella pudiera hacerme algún daño—. Miro por la ventana sonrió. —Quisiera ver de qué es capaz de hacer en verdad—. Se sentó en el sofá al lado donde estaba el pequeño erizo. —Cosa fea lárgate de aquí—. Le dijo al pequeño animal como si en verdad él le hiciera caso. —Donde rayos estará el núcleo de este planeta—. Saco el rombo y lo observó. —Como podría esta cosa ayudar, bueno Ambilic sabe de esto supongo que con esto es que ella protege a Andrómeda, Ambilic ya deseo terminar con esto e ir junto a ti mi amada—. Guarda el pequeño objeto.

Terra se paseaba de un lado a otro estaba descolocada como era que había sentido eso con él.

Tomo una gota de agua y la transformó en una esfera, paso sus manos por ella, en ella aparecieron unas imágenes era él guardián sentando en su sofá, aplastó la esfera ya no quería saber nada de él.

Prefirió dar otro recorrido, al caer Solis regreso a la cabaña, tomó al pequeño y fue directo a la habitación, al día siguiente paso todo tranquilo hasta que él guardián se quejó de estar ahí, y lo mismo sucedió al siguiente día ya habían pasado dos días de su llegada donde él no había visto el núcleo del planeta, deseaba colocar el cristal en el centro.

Vio que Terra salió de la cabaña estaba anuente de todo lo que hacía Terra, él la espiaba también pero en ese lapso de tiempo nunca la vio bajar al centro.

Se materializó  apareció frente ella. —¿A donde vas?—. Le pregunto.

—Acaso te importa—. Le contesto de manera tosca.

—Solo quería ayudar—.

—¿Ayudar en que? —.

—Maldición guardiana viene para ayudarte y tu no me dejas ayudarte—. Ella lo miro y empezó a reír.

—¡Ayudar por favor! —.

—Si ayudar guardiana, por tu culpa estoy aquí en este mugroso planeta—. Las mejillas de Terra enrojecieron.

—Si no quieres estar aquí puedes irte no es tu obligación como lo has dicho durante todo este tiempo—.

La brisa soplaba más y un huracán se estaba formando, cada vez que su humor cambiaba y tierra también cambiaba.

—Si debería irme de aquí pero por tu debilidad tendré que quedarme, tu y solo tu eres culpable de que este aquí, tendré que soportarte y soportar esta mugre que tienes como planeta—. Escuchar aquello fue como si le hubieran talado miles de árboles, contaminado un océano y eso no lo iba permitir, siempre la habían elogiado por su hermoso planeta.

Abrió la tierra bajo los pies del guardián y lo atrapó, solo dejando su cabeza afuera.

—No te atrevas hablar de esa forma de mi planeta, o verás de lo que soy capaz de hacer—. Él guardián la miro con algo de temor, en ninguno de los planetas que pertenecían a su galaxia había alguien que lo enfrentará así como lo estaba haciendo Terra.

Terra creo con el elemento del fuego unas esferas de estas, uso el elemento de la tierra y la unió con el fuego,  la lanzó una tras otra contra él guardián, la pared de tierra que había hecho para encerrarlo lo apresaba más, las raíces de los árboles amarraban sus pies, con el elemento del agua formó más esferas con púas, las convirtió en hielo y las lanzó contra él, la brisa se hacía más intensa el huracán se había multiplicado, sus ojos se pusieron blanco empezó a levitar de sus manos salían relámpagos la tierra empezó a temblar y la lluvia empezó a caer, las gotas de agua no tocaban el suelo, se quedaban suspendidas haciendo una enorme esfera.

Los ojos de Terra empezaron a hechar chispas, nunca antes la habían hecho enojar como él guardián lo hizo.

—Guardiana espera no fue lo que quise decir—. Ella lo miro. —Bueno si pero no es para que te lo tomes así—. Eso no era lo que ella quería escuchar.

Su enojo se acrecentó, empezó a lanzar rayos y esferas de los elementos, él guardián como pudo se pudo liberar de las ataduras de las raíces y el muro de tierra que lo aprisionaba.

Empezó atacar a Terra, con energía pequeñas esferas de meteoroides pero eran muy letales a la vez, su piel se quemaba pero aún así no dejo de luchar, de un pisotón hizo que la tierra se levantará y lo empezó a lanzar contra él, quien se protegía de los golpes, Terra se materializó apareciendo cerca de él, le tiro un gancho directo al estómago que si él guardián necesitará aire para respirar sus pulmones se hubieran quedado sin aire, eso le dolió, Terra empezó su lucha cuerpo a cuerpo cada vez que le daba un golpe iba acompañado de un elemento, el guardián se protegía de los golpes pero no de todos, levanto su pie derecho así dándole en el cuello una patada que lo tiro al suelo, se acercó a él levanto dos enormes rocas si necesidad de utilizar sus manos estaba dispuesta aplastar su cabeza, las lanzo cuando de pronto como ráfagas estuvo una visión un helicóptero se estrellaría a causa de la fuerte brisa que provocaba los huracanes, detuvo las rocas frente al rostro del guardián quien estaba perplejo de lo que acontecía.

Terra se materializó y quedó frente al helicóptero, su corazón dio un salto al ver al hombre pero ese no era él, no podía ser él.

Detuvo el helicóptero con telepatía y lo bajo lentamente, el hombre estaba inconsciente, traspaso el metal a revisar si aquel hombre estaba lastimado o peor aún si estaba muerto, solo con tocarlo supo que si estaba vivo pero muy herido, su costado sangraba al igual que su cabeza, pues la turbulencia era demasiado y no pudo controlar aquel aparato.