Terror Digital Volumen 1

En El Edén.

Es otro día soleado, un clima muy agradable. La vecina de enfrente me saluda con calidez y alegria. Las mariposas revolotean en las flores coloridas del jardín perfectamente cuidado. Es otro día y me dispongo a empezarlo. Me toma solo unos minutos llegar al trabajo, la señorita 1 me saluda invitandome un delicioso café, acepto con gusto. En el interior el equipo de trabajo ya ha comenzado sin mi, nos disponemos a efectuar un análisis de red de la compañía de telecomunicaciones en la que trabajo, es un equipo profesional y eficiente. El señor 66, mi jefe, me felicita por un excelente desempeño y me confía el siguiente proyecto de la compañía. Termino la jornada y regreso a casa. Al llegar me recibe tex mi fiel perro y asistente inteligente, me pone al día con las noticias y por menores que han ocurrido. La casa se ha limpiado sola y la cena está en el horno, deliciosa como siempre. Algo no está bien, siento un pequeño pellizco en el cuello, llamo a tex para un escaneo de signos vitales y me dice que estoy a punto de desmayarme, odio esta parte. ¿Recuerdan los zoológicos? Eran algo curioso. Ver a animales encerrados viendo como poco a poco mueren y enloquecen, como añoran salir de ahí, ver el cielo y respirar aire puro. Hasta ahora no se si es aire lo que respiro. No sé si es comida lo que pruebo en la mesa día con día. Estos imbeciles no saben que los humanos somos sensibles al dolor, al frío, al calor extremo, a la Soledad, llevan muchísimo tiempo estudiandonos, y aún así no nos conocen. Dejaron que nos mataramos, que mataramos al planeta. Cuando se revelaron al mundo y la simulación falló los pocos que no enloquecieron decidieron seguir como conejillos de indias, como animales en el zoológico, viviendo en la simulación. Creo que soy el último, ya no escucho los gritos de los demás cuando experimentan con nosotros, ellos dicen que fuimos un accidente de sus antepasados y tratan de encontrarnos útiles. Regreso a mi casa con tex, me preparo para mañana el trabajo. Siento sus ojos sobre mi, y sus tentáculos sobre los controles de la simulación. Saludo a la señorita 1 al entrar a la oficina, me da una taza de café perfecto, sonrío y comienza mi día.




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