Tertulia

Dent el conquistador

Los oscuros, seres de otra dimensión, nadie sabe a exactitud su origen y el porqué de su visita hacia lugares específicos del universo, los oscuros son seres extraños que poseen a otros seres para cumplir su voluntad, no tienen nombres, ni rostros, prácticamente son seres de oscuridad, sombras que se alimentan del rencor, el miedo, la ira, la venganza, y el dolor de los demás seres de este universo, ahora se encuentran en el planeta de Atelis, donde han destruido todo buscando las armas de atelis, cuando lord Tarmad llega a su planeta ya es demasiado tarde. Los oscuros han poseído a los habitantes del planeta y provocaron un autogenocidio entre ellos, han destruido todo pero Tarmad no se quedará con los brazos cruzado, intenta defender a los pocos sobrevivientes atacandolos con la gran espada y  todas sus fuerzas, pero no es suficiente y la espada es arrebatada de sus manos, los oscuros son capaces de resistir su poder la empuña uno de ellos y ataca a Lord Tarmad con ella, pero deciden que no es suficiente, no es lo que andan buscando y arrojan el cuerpo de Tarmad al río al pie del castillo, y la espada cae cerca de él, al fondo del riachuelo, los oscuros se van y nadie sabe lo que buscaban realmente, los atilianos se vuelven en sí, y no recuerdan nada de lo que paso, solo ven un territorio destruido, en cenizas, sus familiares, sus conocidos heridos, y sus hogares en llamas, mientras los oscuros se van en naves con atilianos poseídos. Lord Tarmad herido de gravedad, casi ahogado en el fondo del río junto a su espada y su anillo siente que no hizo suficiente, que mejor debía morir.  

 

 

 

Los gigantes del cielo han proclamado a un patriarca, al más viejo de todos ellos que asegura haber vivido el segundo estallido, el último de ellos. El patriarca asegura poder ver el futuro y comunica un presagio que invita a cuidarse de un híbrido, un mestizo de los gigantes del cielo, que destruirá sus ciudades y será el que elimine a toda la raza  de los Primordiales.

Dicho esto los gigantes estaban convencidos, como Sofos y Eridani habían desertado de las filas militares, serían los sospechosos principales de crear este híbrido.

Pasaron muchos años solaris, Sofos y Eridani ya han fallecido naturalmente, a sus tumbas llegan los gigantes del cielo pero las tumbas están en un planeta en diferentes ciudades, una se encuentra con un monarca llamado Dent, él uno de los descendientes de Eridani, conquistó ese planeta hace mucho tiempo y se adueñó de la tumba de su ancestro para recordar su linaje, la otra esta con la resistencia, parte del planeta aún no estaba totalmente conquistado aún había rebeldes en la otra parte del planeta específicamente al oeste, era un planeta pequeño incluso considerado una luna y Dent pretende adueñarse de este astro, porque la órbita  de éste es perfecta con respecto a su estrella, sirve como productor de alimentos y otros intereses.

 

—Señor Dent según información de inteligencia revela que grandes naves se acercan al sistema solar. —

—Deben ser los primordiales, vuelven cada año a intentar convencer de no conquistar por completo el planeta, pierden su tiempo cuando el último cañón esté  armado y cargado los atacaremos a esos llamados Alkinos. —

 

¿Por que los odia señor ? —exclamó el súbdito — ¿son como hermanos no ?

—Jamás proclamó Dent y se levantó de su trono. —

—Ellos tienen  la tumba de Eridani, fue ella quien desposó a nuestro gran padre el poderoso Sofos, sus tumbas deben estar juntas para la eternidad, nuestra rivalidad terminará cuando yo recupere ambas tumbas. —

—Además ha pasado demasiado tiempo para seguir considerándonos hermanos, nuestro linaje ha sufrido cambios. —

—Y cuando obtenga el cuerpo de nuestra gran madre una de las guerreras primordiales más poderosas según las leyendas obtendré sus genes mediante exploración de experimentación inversa, y podré revelar como los primordiales se convierten en poderosos gigantes del cielo, entonces seré uno de ellos. —

—Esta guerra le ha tomado años, señor Dent. —

—Así me tome toda una vida obtendré esos genes y la gran Eridani descansara de este lado del planeta. —

 

–Señor Dent los Primordiales llegaron— 

—Hazlos pasar—

 

Los primordiales pasaron, eran jóvenes, grises y morados, seres encapuchados de altura promedio, todos esbeltos, con ropajes que los cubrían de pies a cabezas.

Señor Dent espero que sea la última vez que vuelva yo a su palacio

 

El monarca alzó una ceja, ya lo conocía.

Zeta— suspiro Dent— en cada despedida le pido al limbo que jamás regreses.

—Voy a tomar eso como un cumplido señor Dent. —

Hemos Avistado desde lo alto, te preparas con un arsenal bélico de grandes proporciones

—No es de tu interes, es mi planeta—

Si nos interesa, los primordiales ahora vigilantes, precursores de…

—Ya me se el discurso—

—Quieren que la vida prevalezca en el cosmo y no dejan que los demás planetas se desarrollen a su manera mientras poseen grandes poderes que no comparten.

—Que haría un ser indefenso subdesarrollado con tus poderes ante los peligros inhóspitos del gran universo, dime. —

Defenderse —contesto Zeta—

—Exacto y porque no los pasan, porque no revelan la fuente de su poder? — 

 

—Eso solo desatara aún más guerra.— 

—¡Basta! eres pesimista, tal vez acabaría con las guerras si todos tienen un arma apuntando a su cabeza nadie se movería a hacer el mal, no lo crees Zeta. —

 

—No, en lo absoluto—

—Largo.—

—Escuchame, los primordiales hemos cometido errores en el pasado, sólo intentamos protegerlos de ustedes mismos. —

—Dame tu poder Zeta para traer paz a mi mundo. —

—Eso no pasará Dent. — 

—Entonces vete—

No será la última vez que me veras Dent.




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