Mamá y papá:
Sí encontraron esta carta es porque ya no estoy entre ustedes. Lamento que haya sido así; se supone que un hijo tiene que enterrar a sus padres, no al revés. Pero la vida me ha dado tantos golpes y he caído tan fuerte, que ya no tengo las fuerzas suficientes para levantarme. Las personas que me apoyaban me han dejado de lado y a las que he amado me han traicionado.
Todo los logros que he conseguido en mi vida no han sido por y para mi; fueron por y para ustedes. Porque tenía miedo de que se decepcionaran de mí. Hoy miro esos logros y me siento tan infeliz, porque no es algo que a mi me gustaba, eran cosas que les gustaban a ustedes.
Sí hoy encontraron esta carta junto a unas pastillas, una pistola, o lo que fuese, déjenme decirles que he estado muerta en vida por muchos años y que esta carta está escrita mucho tiempo antes de que me suicidara; nunca he sido yo misma, siempre fue un reflejo de lo que ustedes querían que fuera.
Los amo tanto que duele. Duele saber que nunca voy a ser esa clase de persona que ustedes querían que fuera, y lo lamento por ustedes.
Se que van a llorar mi partida, pero no lloren por mi, lloren por ustedes. Yo ya estoy en un lugar mucho mejor que este...