Ex mejor amiga:
Sabes, es difícil pensar en ti y no recordar todas las risas y llantos que hemos compartido. Pero me es aún más difícil no recordar el día en que me dejaste de hablar. Recuerdo que te busqué desesperadamente porque no estaba en mis mejores momentos y necesitaba de alguien en quien confiar y tú simplemente me fallaste; preferiste irte de fiestas con tus nuevos amigos que ser el hombro en que yo pudiera llorar. Fue así como me hice amiga de la cuchilla, quien lloró sangre conmigo o mejor dicho lloró mi sangre, y de los analgésicos, quienes me calmaban hasta dormirme.
Gracias a eso aprendí que cuanto más necesitas de alguien más sola vas a estar. Fue por eso y otros muchos más motivos que me volví fría y distante. Lo que ves actualmente es solo una capa de protección. Soy oscura por dentro y puede que en parte te lo deba a ti.
Aunque debo admitir que eso no fue lo peor que me pudiste haber hecho. Lo peor fue que me viste "feliz" con otra gente, y cuando te diste cuenta de que te había superado volviste solo para destrozarme de vuelta. Dime, ¿cuán infeliz tengo que ser para que tú no lo seas? Eres egoísta y juro por lo que reste de mi vida que no te volveré a hablar. Aunque me duela, aunque me esté muriendo; estas son las últimas palabras que te voy a dedicar. No voy a perder más de mi tiempo contigo; voy a perderlo con la gente que me ame y esté ahí para cuando la necesite, porque esa gente sí vale la pena, en cambio tu no. Tu ya no vales NADA para mí.