A mi hermano menor:
Enano, déjame empezar diciéndote que sos mi vida; no sé qué sería de mi sin vos; sos ese rayito de luz que ilumina mi día desde que me levanto hasta que me acuesto. Prácticamente sos como mi hijo, porque desde que naciste me encargue de que no te faltara nada y que siempre estuvieras bien. Y me alegra saber que lo hice tan bien, que hoy en día vos te preocupas porque no le falte nada a las personas que te rodean, y que los ayudas en todo lo que podes.
Veo como tus pasos empiezan a seguir los míos y tengo miedo. He hecho muchas cosas de las cuales no estoy orgullosa y no quiero que vos también las hagas, hay otras que cuando las hago soy la persona más feliz que puede existir y me gustaría que vos también las experimentaras. Pero es tu vida y tenes que hacer lo que vos quieras, no ser exactamente como yo. El que sea la mayor, no implica que todo lo que hago esté bien y que vos lo tengas que hacer igual que yo. Tenes permitido ser vos y cometer tus errores; voy a estar a tu lado para poder levantarte y salir de eso... Y por sobre todo que no te importe lo que digan los demás, ellos siempre te van a juzgar por lo que hagas o dejes de hacer, por eso vive tu vida al máximo y jamás agaches la cabeza porque de los errores se aprende...