Capítulo 5
“Atletl Aak”
El grupo empezaba a prepararse para dormir en la naturaleza, todo estaba completamente obscurecido y gracias a la fogata que había encendido Izel se mantenían iluminados ante las sombras de la noche que los cubría por completo. El sacerdote empezó por rezar mientras ponía polvo por alrededor de ellos, Tezcatl no entendía el por qué hacía eso pero lo ponía nervioso y molesto-¡¿Qué demonios haces?!.-Por su parte no recibió respuesta alguna ya que seguía marcando piedras alrededor.
-Pide permiso a los Amoxques por pasar la noche aquí.-Escucho a su líder al fondo viéndola sentarse cerca de la fogata y su primo acomoda su lugar de descansó.
-¿Por qué tendríamos que pedir permiso?.-Era la cosa más ridícula que había oído y era admirador de la religión por ser los maestros de la estafa pues llenaban sus bolsillos por la fe de los demás.
-Créeme los animales es lo menos que debe preocuparte…-Pronuncio observando una sombra pasar alrededor de ellos parecía inquieta pues quería acercarse, algunos no nacían con el talento con el que había nacido es por eso que podía apreciar a la criatura. Aun se veía distante y borroso suponiendo que era un kisin débil podía escuchar sus graznidos y sus araños al ver que no podía ir hacia los intrusos.
El bosque parecía encogerse pudiendo percibir que la obscuridad pretendía penetrar sobre su única fuente de luz y las piedras marcadas parecían oponer resistencia a esa tiniebla, sus manos temblaban y su respiración se agitaba pudiendo sentir la maldad de la horrenda criatura, finalmente parecía tomar forma mostrando su esquelética forma y sus ojos colgaban de sus cuencas mostrándose sonriente al sentir que podía ser observado.
-¿Estas bien?.-Le toque el hombro pues parecía ponerse emblanquecido por ver algo aparentemente al fondo y al dirigir mi vista no podía ver nada preocupándome más.
-S…Si lo siento.-Aparto la mirada de la criatura viendo a Tlazohtzin, a pesar de que tendría estar acostumbrado a ver eso no podía evitar sentir miedo después de todo era humano, al ver que calme a mi compañero pues regresaba a su lugar busque nuevamente a la criatura y aparentemente se había marchado soltando un suspiro de alivio.
Busco dentro de su equipaje su pipa sacando una hierba especial, tomo una porción prendiéndolo empezando a inhalar, sentía que su respiración se calmaba y sus manos dejaron de moverse involuntariamente postrándose tranquilamente.
-Haber dame.-Le arrebato su objeto imitando la acción del sacerdote creyendo erróneamente que era tabaco. El sabor era muy diferente y después de unos segundos sentía que su cuerpo levitaba-Las estrellas parecen enormes.-Zamna a pesar de tener el mismo estado pudo recuperar el objeto recostando a su imprudente compañero.
-No debiste hacer eso, lo necesito para poder dormir.-
-Al parecer vas hacer la primera guardia.-Le hablo al primo quien veía divertido a Tezcatl que tenía al parecer un mal viaje pues no paraba de gritar que los astros estaban en su contra.
-Pero estamos aun dentro de la tribu no creo que haya peligro…-.
-No bajes la guardia en una guerra no podemos darnos el lujo de ser emboscados por el enemigo.-Izel entendía el punto pero tenían que practicar aun si seguían viajando.
Todo se encuentra obscuro alrededor de mi quería apreciar mis manos pero no los encontró, nervioso comienzo a caminar en buscar algo que pudiera ver en medio de la nada. Corrió hacia donde pudo y ante el apareció un ser humeante no tenía rostro o consistencia señalando hacia atrás.
Gritos y llantos invadieron mis oídos volteando rápidamente hacia atrás observando grandes llamas arriba de un sendero muy alto, Tenochtitlan ardía la gente al verse atrapada se dejaba matar por sombras que no podía identificar ya que algo les impedía lanzarse al agua. Surgieron por medio de las sombras moscas empezaban a esparcirse alrededor consumiendo toda vida existente dirigiéndose hacia él empezando a correr del pánico por ser devorado observando a animales intentando lo mismo sin éxito pues eran consumidos por esa peste.
-Mi señor no entiendo nada ¿Qué significa? ¡Le suplico que me lo diga no puedo más con esta terrible pesadilla!.-Busco al quien le indico el camino, sus ojos invadidos del pánico buscaban alrededor, empezaba a respirar con dificultad y algo nuevo apareció ante él.
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Editado: 09.02.2019