Thalyss: El Final de Sorhael

Capítulo 14: La que decide su nombre

Las ruinas ya no temblaban: ahora rugían.

El cielo sobre ellos se abrió en un mar de fuego y sombras, y lo que había comenzado como una grieta en el suelo se convirtió en un abismo que devoraba el mundo mismo.

Las alas de Sôrhael llenaron la cámara, ahora irreconocible, mientras su voz retumbaba como mil truenos:

—¡Esto no ha terminado! ¡Nada termina hasta que reclames lo que eres!

Lyara, aún de rodillas, respiró hondo mientras la oscuridad la rodeaba.

Su cuerpo dolía, su sangre ardía, su pecho era una herida abierta… pero por primera vez en toda su vida, no temía mirar a su enemigo.

No temía mirarse a sí misma.

Ashar y Gareth seguían a su lado, uno a cada costado, como las dos mitades de su coraje.

Ambos la miraron, y Ashar soltó una carcajada seca, su sombra vibrando a su alrededor:

—Ya es hora, pequeña. Muéstrale por qué debería temerte.

Gareth asintió, con la espada lista y una media sonrisa triste:

—No importa quién seas, Lyara. Lo que importa es que sigues aquí. Con nosotros.

Las palabras se clavaron hondo en su pecho, como anclas, como raíces.

Y algo dentro de ella —una chispa, un núcleo— finalmente se encendió.

Se puso de pie.

Las cadenas en sus muñecas se tensaron de nuevo, como si intentaran mantenerla de rodillas.

Pero esta vez, ella no tembló.

—No soy tuya —dijo, su voz firme, serena y peligrosa.

El humo alrededor de Sôrhael se agitó.

Las brasas ardieron con más fuerza, y él extendió una mano hacia ella, con un gesto posesivo y cruel.

—Tu sangre… me pertenece —rugió.

Pero Lyara levantó el rostro, y una sonrisa feroz curvó sus labios.

—Mi sangre… es mía. Siempre lo fue. Siempre lo será.

La marca en su pecho brilló con un resplandor incandescente, y las cadenas que la ataban estallaron como vidrio bajo un martillo.

Las sombras de Sôrhael retrocedieron, y por primera vez en siglos, él mismo vaciló.

—¿Qué estás haciendo…? —preguntó, con un dejo de temor en su voz por primera vez.

Lyara dio un paso hacia él.

Su cabello flotaba, su piel ardía con luz, y sus ojos brillaban como los de los antiguos.

Su magia no era solo fuego o sombra… era algo más profundo, más antiguo.

Era ella.

—¿Quieres mi poder? —dijo, su voz resonando en toda la cámara—. Tómalo, pues. Pero no olvides: no puedes poseer lo que nunca comprendiste.

Levantó ambas manos, y la energía a su alrededor explotó en un torbellino de luz y oscuridad entrelazadas.

La esencia misma de su linaje, la bondad y la furia, la justicia y la destrucción, se desplegó, y la sombra de Sôrhael gritó cuando sintió por fin el verdadero poder de su hija.

Las paredes se agrietaron, el suelo se abrió, el cielo rugió, y una oleada de energía recorrió el mundo.

Las filas de criaturas que aguardaban más allá de la grieta retrocedieron aterradas… pero luego, al sentir esa magia, se alzaron con un rugido colectivo.

Era la señal que todos esperaban.

La guerra había comenzado.

Ashar y Gareth se colocaron junto a ella mientras las primeras oleadas de enemigos surgían del abismo.

Sôrhael se irguió al fondo, herido, sorprendido… pero todavía desafiante.

—Esto no termina aquí —gruñó, con las alas extendiéndose de nuevo—. Esto es solo el principio.

Lyara respiró hondo, con las manos ardiendo de energía, y lo miró con una calma feroz.

—Entonces que empiece.

Detrás de ella, Ashar rió entre dientes, con las sombras danzando a su alrededor.

—Eso es. Muéstrales por qué la luz y la oscuridad caminan contigo.

Y Gareth, con la espada en alto, añadió, con voz firme:

—No temas perderte. Porque siempre te vamos a encontrar.

Las criaturas del abismo rugieron, la grieta escupió fuego y humo, y Lyara dio un paso adelante, con sus dos guardianes a su lado.

Las brasas en el suelo formaron una sola palabra, escrita en rojo ardiente:

Guerra.

Y el mundo se preparó para arder.



#1551 en Fantasía
#249 en Magia

En el texto hay: magia, magia amor fantacias

Editado: 04.08.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.