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Mis párpados se levantan con una lentitud increíble. Mi cabeza duele y siento que pesa una tonelada.

Reconozco el techo de mi habitación en la casa de los Marci. Me cuesta un poco reaccionar debido a lo adormilada que me siento así que me tomo un par de minutos hasta que tengo algo de control en mi cuerpo.

Me incorporo poco a poco en mi cama. Me sorprendo cuando veo que Parris está sentado junto a mí con la cara de preocupación más grande que he visto en mi vida.

  —Sky—toma mi rostro entre sus manos—, ¿estás bien?—sus ojos me inspeccionan una y otra vez hasta que decide que no me ha sucedido nada y me suelta—, ¿lo viste?, ¿qué te dijo?

  —Ciertamente no envió saludos—sonrío ligeramente divertida, pero el gesto hace que mi cabeza duela aún más—, ¿dónde están Danya y Denver?

  —Denver la acompañó a casa—miro por la ventana, lo cierto es que ya es de noche—, tus padres están abajo, me ofrecí a cuidarte mientras despertabas.

  —Gracias.

  —Skylar, creo que hay cosas sobre mi familia que debes saber—se aclara la garganta—, que tus padres y tú deben saber.

  —Pues deberíamos buscarlos—intento levantarme, pero mis piernas tiemblan más que una gelatina y me veo incapaz de sostener mi propio peso.

  —Déjame ayudarte—toma mi cintura fuertemente sirviendome de apoyo para ponerme de pie y caminar—, ¿el cuchillo de nuevo?

  —Esta vez golpeó mi cabeza con algo—mis ojos viajan discretamente a su abdomen solo para asegurarme de que no está herido—, aún no decido cuál fue más impresionante.

Encontramos a los Marci en la sala de estar. Woodrow tiene varios papeles esparcidos por la mesa de centro mientras Chelle aferra una taza de un líquido azul con ambas manos.

Me aclaro la garganta llamando su atención.

  —Cielo—Chelle se levanta y deja la taza junto a los papeles de Woodrow salpicandolos un poco. Él no se molesta por ello, de hecho sonríe de lado divertido por la situación—, nos tenías muy preocupados.

Sus brazos me envuelven sorpresivamente. Parris no se aleja de mí por si mis piernas fallan nuevamente.

  —Estoy bien, tranquila—no sé si mis palabras realmente le ayudan, pero cuando se separa de mí su sonrisa habitual está de vuelta en sus labios.

  —Señores Marci, hay algo que debo hablar con ustedes—Parris luce nervioso—, es... es sobre mi abuelo.

Los Marci se miran entre ellos antes de que Woodrow haga una seña para que nos sentemos en el sillón de dos plazas.

  —¿Has tenido noticias de Lucian?

  —Hace un par de meses recibí una carta de su parte—sus ojos se llenan de culpa—, me pidió que hiciera una especie de conexión aquí abajo para que pudiera entrar a Thantia de nuevo.

  —¿Y lo hiciste?—Woodrow parece molesto.

  —No, señor, jamás lo haría—pongo una mano en el hombro de Parris para tranquilizarlo—, el día que mi abue... que la directora nos envío a buscar a Skylar, Denver y yo abrimos un portal desde la tienda en la que la encontramos.

  —¿...Y?

Mi cabeza comienza a funcionar y no me toma mucho poner los puntos sobre las íes, sin embargo, lo confirmo todo con las palabras que salen de los labios de Parris acontinuación.

  —No creímos que habría demasiados problemas, pero cuando Skylar me contó sobre su primer sueño, yo... me dí cuenta de lo que había sucedido—suspira—, ella trabajaba para mí abuelo en el mundo exterior, lo que significa que cuando abrimos el portal...

  —Lucian usó el rastro de tu magia para crear la conexión que necesitaba—Woodrow asiente mientras mira los papeles frente a él—, así que el ataque al campus...

  —Pudo haberlo hecho, si.

  —Pero, ¿por qué atacar el campus?—Chelle mira a Woodrow desconcertada—, es obvio que quiere vengarse, ¿por qué no atacarnos directamente?

Recuerdo el periódico en la cocina. Mis piernas parecen recuperadas mientras me muevo a toda velocidad. Los Marci están sin duda intrigados cuando regreso y les tiendo la primera plana.

  —Su venganza no tiene que ver con lastimarlos, quiere quitarles el puesto en el parlamento.

  —Tus padres sabían de esto—afirma Woodrow definitivamente molesto por la situación—, quizá incluso tu hermana y tú están de acuerdo con todo esto.

  —Woodrow...—Chelle intenta calmarlo, pero él la ignora completamente.

  —¿Por qué deberíamos creer que no lo hiciste a propósito?

  —Señor Marci, yo...

  —Tuvimos que haberlos sacado a todos cuando pudimos.

  —¡Basta, papá!—la habitación se queda en silencio. Todos están sorprendidos, incluso yo. Definitivamente no pensé demasiado antes de abrir la boca—, Parris no tiene la culpa de nada de lo que está ocurriendo, él nos dijo lo que sabe, algo que puede darnos algo de ventaja para defendernos—me siento de vuelta en el sillón—, así que deberíamos comenzar a pensar en que haremos en vez de intentar acusar al mensajero.