Thantia

XXI

Le doy un sorbo a mi café mientras observo a la gente pasar desde mi ventana y me pregunto silenciosamente qué es lo que está pasando por sus mentes, ¿será acaso tan grave como lo que pasa por la mía?, ¿se sentirán la mitad de preocupados de lo que yo me siento?

Han pasado cuatro meses desde la última vez que estuve en el Campus, los mismos cuatro meses en los que no he sabido nada de mis padres o de Parris, y si tengo que ser completamente sincera, estoy comenzando a volverme un tanto paranoica.

No puedo parar de imaginarme un millón de cosas horribles, teorizando qué es lo que está pasando mientras no estoy con ellos. He tenido demasiadas pesadillas e incluso hay días en los que me despierto pensando que todo ha sido un sueño, pero Axis se encarga de recordarme que no es así apareciendo de pronto y trayendo algunos periódicos de Thantia. 

Cada que eso sucede tengo la esperanza de hallar aunque sea un pequeño párrafo que me dé alguna idea de qué es lo que ha pasado con ellos, pero no es así.

Al menos no hasta esta mañana.

"Thantia sufriendo la peor crisis desde hace cien años: los Marci aún desaparecidos"

El gran encabezado deja muy clara la situación, sin embargo, no me ayuda mucho a saber dónde están o si están bien. 

Escucho un par de golpes secos en la puerta y mi corazón da un vuelco. Me levanto entusiasmada deseando encontrar a mis padres o a Parris del otro lado de la superficie de madera, y es por eso que no puedo evitar la decepción apoderándose de mí al encontrarme con un muy sonriente Mike en el pasillo.

  ─Hola─se rasca la nuca incómodo mientras un leve rubor aparece en sus mejillas─, yo, estaba por aquí y me preguntaba si quisieras... bueno, ya sabes, salir a comer algo─mi cabeza se ladea ligeramente─, aunque si estás ocupada...

Me lo pienso un segundo. 

Lo cierto es que apenas he salido del departamento desde que regresé y el aire fresco no me vendría mal, incluso evitaría que me vuelva loca esperando a que tenga noticias útiles.

  ─No, está bien, ¿te importaría esperar a que me ponga algo más presentable que esto?─señalo mi pijama con una media sonrisa en el rostro. Me hago a un lado para dejarlo entrar en el departamento y cierro la puerta analizando una y otra vez el pasillo─, ¿quieres café?

Mike niega con la cabeza inspeccionando cada centímetro del lugar como si estuviera impresionado. 

  ─Has hecho un buen trabajo con el lugar─comenta─, parece más espacioso de lo que realmente podría llegar a ser. 

No respondo. Me adentro en mi habitación y elijo lo primero que veo en el clóset, un par de jeans sencillos y una blusa negra que complemento con unas botas del mismo color. Cuando estoy por salir, mis ojos se clavan en una de las prendas colgadas dentro del mueble de madera. Es una de las chaquetas de Parris, una que no sabía que había empacado hasta que comencé a ordenar todo. 

Hoy es uno de esos días en los que lo extraño de más, así que, a riesgo de lucir como una lunática por el clima caluroso que hay afuera, me la pongo sobre los hombros. El aroma de su colonia llega a mis fosas nasales de inmediato y siento que mis lagrimales quieren ponerse a trabajar.

Respiro hondo.

Él está bien, todos ellos lo están y vendrán por ti pronto─me digo a mí misma tratando de darme algo de esperanza.

Cuando salgo al recibidor, encuentro a Mike leyendo algunos periódicos de Thantia que hay sobre uno de los muebles y que olvidé ocultar por completo.

  ─¿Qué es todo esto?─pregunta en cuanto nota que lo estoy mirando.

  ─Son de un amigo─me encojo de hombros tratando de restarle toda la importancia que puedo al asunto─, los escribe por diversión y como no tengo mucho que hacer, se los pedí prestados.

No sé si es una buena excusa, pero para él parece ser una historia convincente porque los deja a un lado y junta sus manos.

  ─¿Lista?─asiento ligeramente.

Escucho algunos gritos saliendo de los demás departamentos mientras bajamos las escaleras.

Esta parte de la ciudad no es precisamente una de las mejores, de hecho, es una de las zonas que cualquier persona que viene solo de paso preferiría evitar por el nivel de vandalismo que se registra diariamente. Yo también la evitaría si pudiera, pero para mi desgracia es el único lugar donde rentan un apartamento entero en una cantidad más o menos accesible.

Mike y yo llegamos a un merendero con aspecto decente que está a unas cuantas cuadras del edificio. Dentro del local hay varias mesas blancas con sillas rojas que combinan con el azulejo negro dándole un aspecto un poco retro.

Aún es algo temprano, por lo que ambos pedimos un plato de panqueques, no porque queramos, si no porque la camarera nos advierte que es lo único disponible.

  ─¿Cómo está la señora Halley?─murmuro tratando de empezar una conversación al mismo tiempo en que corto un pedazo de pan para llevármelo a los labios.

  ─Bien, volviendo un poco locos a mis padres con todas las ideas que tiene─sonríe como si el solo recordarlo lo divirtiera. Siento una punzada llena de envidia en mi pecho cuando la vocecilla en mi cabeza me recuerda que estoy completamente sola─, ¿qué hay de ti?, apenas te he visto en todos estos meses.



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En el texto hay: elementos, academia, thantia

Editado: 11.10.2019

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