Thantia

XXV

Dejo la carta sobre el acolchado blanco de la cama y me acomodo mejor sobre las almohadas tratando de que el dolor de espalda se disipe un poco.

No he sabido nada de Parris desde hace un par de meses y estoy comenzando a preocuparme por ello a pesar de que Denver insiste en que estoy exagerándolo todo. La última cosa que escribió fue que estaba por descubrir los últimos detalles de Rutherglen y que pronto todo estaría listo para que la segunda parte del plan se pusiera en marcha.

Pero los detalles jamás llegaron.

Acaricio mi abultado vientre por encima del pijama intentando que el nerviosismo no se apodere de mí como otras tantas veces. 

Han pasado ya cuatro meses desde que me entere de que estaba embarazada, por lo que, según mis cálculos, aun falta un mes para que el bebé nazca. Fue todo un espectáculo cuando le dije a mis padres que estaba embarazada. Mamá no dejó de llorar de alegría mientras papá no paraba de repetir que en cuanto volviera a ver a Parris, él mismo lo mataría con sus propias manos.

No he querido ir a ninguna revisión médica a pesar de lo mucho que todos han insistido para que lo haga, la razón es que no me siento cómoda asistiendo sin Parris a mi lado. Por supuesto que eso no ha impedido que mamá haga hechizos para asegurarse de que todo está en orden y que el bebé está completamente sano.

Siento que algo pasa dentro de mi vientre, es una sensación extraña e incómoda que va asustándome más y más conforme pasan los segundos. 

Me estiro un poco hasta que logro dar con el teléfono en la mesita de noche junto a mi cama, y durante el proceso, siento un líquido caliente mojar las sábanas. Me quedo pasmada un momento tratando de averiguar qué es lo que ha pasado, pero en cuanto puedo reaccionar, tecleo el número de la habitación de mis padres.

  ─¿Si?─mamá suena adormilada e incluso me parece que puedo escucharla bostezar del otro lado de la línea. 

  ─Creo... creo que el bebé ya viene.

Mamá jadea sorprendida y lo siguiente que escucho es que empieza a llamar a mi padre con urgencia antes de que cuelgue la bocina. Dejo el teléfono a un lado y me quedo en la misma posición sin saber bien qué hacer.

Quizá sí que debí a ir a uno de esos cursos para mujeres embarazadas de los que Danya hablaba tanto.

Las contracciones inician justo cuando mis padres acompañados por Kendra y Danya entran en la habitación apurados. Debo decir que no son tan dolorosas como esperaba en un principio, pero son lo suficiente incómodas como para que apriete los dientes con fuerza al punto de temer que se rompan un poco.

  ─Todo estará bien, Sky─mamá mueve mi cuerpo por si misma cuando se da cuenta de que no estoy prestandole mucha atención a las indicaciones que me da.

Kendra se mueve por toda la habitación murmurando hechizos que mi cerebro no logra procesar, pero puedo imaginarme que son para silenciar el lugar.

La emoción se cuela en mi cuerpo. Es real, estoy apunto de conocer al bebé que se ha estado formando en mi vientre todos estos meses, un hijo nacido del amor entre Parris y yo.

El pensamiento logra hacerme sonreír, aunque no puedo mantener la sonrisa durante mucho tiempo porque un gran dolor invade mi abdomen. 

  ─Aún no estás lista, Sky, aún no estás lo suficientemente dilatada─me explica mamá─, podríamos adelantar el proceso con un hechizo, pero el dolor va a incrementarse considerablemente.

  ─No importa─doy respiraciones profundas entre palabras─, hazlo, solo quiero terminar con esto.

Mamá asiente y se pone a la tarea enseguida.

Danya toma mi mano mientras me asegura una y otra vez que todo estará bien, acaricia mi cabeza de manera frenetica como si eso fuera a ser de ayuda, me gustaría decirle que no es así, pero el dolor se hace más intenso de pronto arrancando algunos gritos de mis labios. 

Mientras Chelle me presiona para que comience a pujar, lo único en lo que puedo pensar es en Parris, en si estará bien y en que no está aquí conmigo. Debí haberle dicho sobre el bebé, de haber sido así, ahora mismo estaría presente en el nacimiento de su hijo.

  ─Es un niño, Sky─el llanto del bebé inunda la habitación trayéndome de vuelta al presente. Aun hay algo de dolor en mi cuerpo, pero es como si mi cerebro decidiera que no es tan importante mientras mi atención se clava en el pequeño.

Papá es quien se encarga de revisar que todo está en orden y lo limpia un poco con una de las toallas del hotel para vestirlo con uno de los conjuntos que mamá compró antes de acercarlo a mí. No puedo evitar notar que los de Woodrow ojos están algo cristalizados mientras coloca al pequeño en mis brazos.

Él se remueve en mi pecho un poco, como si reconociera el contacto de nuestra piel. Ha dejado de llorar y ahora solo se dedica a mover sus pequeñas manos en cualquier dirección tratando de hallar algo de lo que sujetarse. 

  ─Eres precioso─digo sin poder contenerme.

El sonido de mi voz hace que sus ojos se abran dejando al descubierto un par de iris azules bastante iguales a los de papá y a los que puedo hallar si me mirara en un espejo en este momento.

  ─¿Cómo has decidido llamarle?─Danya me mira con una gran sonrisa en el rostro.

  ─Xander─asiento con seguridad mientras mi atención se dirige a Kendra─, Xander Eiran.

Ella se lleva las manos al rostro tratando de limpiar las lágrimas que han escapado de sus ojos de manera discreta. Mi boca se abre con la intención de pedirle que se acerque, pero un gran estruendo me interrumpe y provoca que el pequeño Xander comience a llorar de nuevo asustado.

Entro un poco en pánico mientras trato de arrullarlo para que se calme.

Mamá se da cuenta de ello y me lo quita de los brazos mientras comienza a hablarle con una voz demasiado dulce.

Denver mira la situación confundido, sacude la cabeza ligeramente dándome la impresión de que no le da crédito a lo que ven sus ojos. Axis y Zulu, por otro lado, están sobre los hombros de mamá mirando a mi bebé con curiosidad.



#1563 en Fantasía
#256 en Magia

En el texto hay: elementos, academia, thantia

Editado: 11.10.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.