The aftermath

Prologo

OPHELIA 

Ocho meses después.

Todos en  la vida llegamos a ese punto donde tocamos fondo. Un fondo tan profundo del cual no encontramos salida, nos quedamos atrapados en el sin saber que hacer, en la soledad y obscuridad que este nos ofrece. Después de un tiempo en el frió y doloroso fondo uno pierde las esperanzas de levantarse y salir de el. Se olvida los detalles de ver la luz del sol. Se encuentra perdido y sin esperanzas, solo sufrimiento y melancolía lo acompañan. 

Camino hacia la cama y me siento, y miro las pastillas de mi mano.

Algunas personas son lo suficiente fuertes para aprender a vivir en el fondo para sobrevivir. Otras lo suficiente valientes para intentar levantarse y crear una estrategia para salir a la superficie nuevamente, intentando una y otra vez hasta lograrlo.

Después están las personas que no logra ver un futuro, pierden las esperanzas y se quedan estancadas en el fondo. Hasta que este se convierte en demasiado y deciden ponerle un fin. Porque nada puede ser peor que estar en la posición que se encuentran, porque no hay dolor mas profundo, soledad mas penetrable que la que viven. Y no hay aparente salida de esa situación, por lo menos no en un futuro cercano, entonces deciden ponerle fin de la única manera que ven posible. Prefiriendo no respirar antes que sentir una golpe seco cada vez que aspiran oxigeno. 

Paso mis dedos sobres las pastillas en mi otra palma, mientras lagrimas silenciosas caen sobre piel pálida. 

La gente define la depresión como "el sentimiento de estar ahogándose bajo el agua, mientras  ves que todos a tu alrededor respiran sin dificultad". 

Eso es lo que recuerdo, que respirar dolía, sofocaba, y quemaba. Que cada aspiración de aire era una tarea casi imposible que se sentía como fuego en mi garganta. Mientras que por otro lado, los latidos de mi corazón se sentían débiles provocando un dolor en el pecho que hacia difícil pensar en cualquier otra cosa. 

Y cada detalle a mi alrededor solo se agregaba a este dolor emocional que yo sentía tan físico. 

Tomo el vaso de agua de mi mesa de luz y la uso para tomar las pastillas de un solo trago. Con una mano apoyo el vaso nuevamente en su lugar, mientras con la otra seco mis lagrimas. Me recuesto lentamente sobre la cama y cierro los ojos...



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En el texto hay: amor juvenil, amores tragicos, depresion

Editado: 05.03.2018

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