The alpha's little witch

Prólogo

- ¿Que he hecho?

Esas palabras se perdían en el viento y eran oídas por nadie, pero ella no podía hacer mas que repertirlas una y otra vez mientras que tibias y gruesas lágrimas caían por sus mejillas.

Todo lo que sucedio recaía en sus hombros. No había nadie mas a quien culpar por el imbalance en la tierra.
Había permitido que un monstruo prosperara, que tomara un lugar de poder absoluto en el mundo de los hombres lobo cuando no lo merecía. 
El era todo lo que ella no veía en un líder.

Frío, Codicioso, Despiadado

Tenía mas que suficiente, pero el ansiaba mas, y ella no lo detuvo, nadie lo hizo. Aunque ella creía que no hubiesen podido aunque lo intentaran. Las personas cercanas a el lo amaban solo por miedo, y ningún lobo se atrevía a desafiarlo o llevarle la contraría.

Una amarga sonrisa se formo en sus labios a medida que cerraba su esfera magica.

Como la diosa luna que era, se suponía que debía tener el control absoluto, pero de alguna manera, esto se iba fuera de su alcance.

Si mataba al lobo habría incluso más problemas debido a la cantidad de personas que dependían de el. Pero sino lo asesinaba ahora, toda la raza de hombres lobo vivirían con miedo y sin libertad.

Serian solo esclavos atados a el y a su existencia.

La ira burbujeaba en su pecho, y sostuvo su vara con una fuerza tal que sus nudillos estaban blancos y sus venas eran prominentes.
El infame alpha estaba arruinando todo. El no merecía la felicidad luego de lo que había hecho.

De repente una siniestra sonrisa se formó en su rostro debido a una idea que se empezaba a formar en su mente.

Felicidad.

Chasqueo sus dedos teletransportandose a si misma hacia la habitacion que necesitaba para dar inicio a su plan.

La habitación de las almas.

Era el lugar en donde decidía todo desde el nacimiento hasta la muerte de cada lobo que alguna vez haya existido y que existira, las paredes estaban alineadas con el piso y el techo con estantes estrechos que se extendían por kilómetros. Cada estante tenía una fila de pequeñas cajas sobre este cada una de ellas contenía el alma de un lobo.

La diosa luna alzó su vara para convocar aquella que necesitaba, y segundos mas tarde una pequeña caja voló desde una alejada repisa del lado derecho de la habitación hacia sus manos.

Un seño fruncido se formó en su cara mientras frotaba suavemente sus dedos contra la pequeña placa dorada que indicaba el nombre de a quien le pertenecía.

Alrik Kuznetsov

Un nombre tan hermoso deperdiciado en un alma tan malvada.
Con sus dos manos abrió la pequeña caja para admirar el pequeño orbe blanco que descanzaba en los cojines de la misma.
Era mas grande que una canica pero mas pequeña que una pelota de golf, y el brillo era lo suficientemente fuerte para cegar a cualquier otra criatura. Eso era suficiente para demostrar cuan poderoso era ese lobo.

Su poder cegaba a las personas.

Tomo su vara y la coloco sobre la esfera, lista para ponerle fin al reinado del alfa con la maldición que estaba a punto de otorgarle.

- ¡Cassandra!

La voz de su mate la asustó de su concentración y la caja cayó al suelo causando que la esfera rodará fuera de la misma hasta los pies de su amado mate.
El se inclinó y sostuvo la esfera en sus dedos estudiandola cuidadosamente mientras se enderezaba.

- Esta es el alma del apha Aldrik; que haces con ella? Preguntó caminando hacia ella y recogiendo la caja tambien.

La diosa luna se mordió su labio y miro a la esfera, - Yo iba a...

Su mate la observó con atencion y subió una ceja, - Tu ibas a?

- iba a maldecirlo para que no obtuviera una mate.

Esta vez ambas de sus cejas se alzaron en sorpresa, - Eso es un poco sorprendente viniendo de ti. Tu pasas mucho de tu tiempo celebrando a los lobos que encuentran y completan lazos con sus mates.

- El no merece una mate. Como podría una persona querer a alguien como el? Esta podrido hasta el centro.

- Cassandra, creo que estas olvidando como era yo antes de conocernos.

El recordatorio de su mate hizo que se congelara en su lugar por un momento.

Entonces el tomo eso como una oportunidad para continuar, - Piensalo cassandra, la maldición podría crear incluso mas problemas si decide drenar su ira en contra de lobos inocentes.
La diosa ladeo su cabeza y miro a su mate con curiosidad - Entonces que me sugieres?; como lo detengo?

El tomo la mano de la diosa y presiono la esfera contra su palma.
- Creo que debería tener una mate, pero no debería ser alguien que le tema y sea sumisa ante su naturaleza dominante. Si su alma es veneno su mate deberia ser el antídoto.

Ella tomo la esfera y lentamente la rodo con sus dedos entre los mismos mientras su mente maquinaba otra salida a su problema. - alguien fuerte pero no cruel, un alma gentil con una voz poderosa. Una mujer cuya autoridad iguale o incluso sobrepase la suya.

- Exacto. Susurró su mate - alguien como tu.
Ella sonrió suavemente y devolvió la esfera a la pequeña caja que su mate sostenía; era tiempo de detener a la bestia empujado su camino en otra dirección, una que no solo lo beneficiaría a el sino a todos los lobos bajo su mando.

- Otis, Bertram!

Sus fieles sirvientes volaron a su encuentro de inmediato e inclinaron sus cabezas.

- señorita cassandra, que desea?

Ella les dio una pequeña sonrisa, - Otis, Bertram, quiero que viajen hacia la tierra y encuentren una mate para el alfa Aldrik Kuznetsov.
Sus ojos se a agrandaron con la mención del nombre del alpha malvado. Sus obras eran conocidas en todo el mundo.
- ¿ esta segura mi señora?, preguntó Otis atónito por su petición.

La diosa de la luna asintió - si, estoy segura. No importa cual sea su especie, quiero que sea tan fuerte y ruidosa con el lo es, pero por las causas correctas, y debe de tener una naturaleza gentil y cálida para contrarestar la fría y dura de el.



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En el texto hay: guerra, mates, lobos y brujas

Editado: 07.04.2020

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