The Amazing Orphelia Adventurers' World Vol 1

Capítulo 4: El Templo del Crepúsculo

Parte 1

- Izumi... Izumi...

Otra vez un sueño con la misma chica y el Santuario por lo que veo.

- ¿Qué sucede?

- El lugar al que te diriges es muy peligroso, es necesario que aprendas una habilidad especial de espada.

- ¿Habilidad especial de espada?”pregunté confundido.

- Si las habilidades especiales de espada son técnicas de combate con un ataque superior al de un corte simple, actualmente solo conoces "One Slash", pero eso no lo consideraría un buen recurso para un combate largo, necesitas una técnica que puedas usar constantemente en un combate, algo potente que no gaste tu energía tanto.

En eso tiene razón, el One Slash no me es muy útil en combates largos, gasta mucha de mi energía, así que no lo puedo usar más de dos veces, si aprendiera otra habilidad que pueda usar constantemente, me vendría muy bien.

- Y, ¿Dónde podré encontrar alguien que me enseñe a usarlas?.

- Por el momento no hay ningún instructor cerca, pero puedes comprar unos pergaminos con un vendedor errante, normalmente hay uno que pasa cerca del templo con el objetivo de ver si encuentra aventureros a quienes vender.

Los vendedores errantes son aquellos vendedores que viajan constantemente a diferentes pueblos con el objetivo de vender en distintas zonas y ganar dinero, ellos deambulan por todos lados, es muy común que ellos traigan cosas raras para los pueblos a los que pasan.

- Entonces, ¿Dices que un vendedor errante puede tener lo que necesite?.

- No cualquiera, como dije, hay uno que pasa muy frecuentemente por el templo, probablemente pasará mañana, él te puede vender esos pergaminos.

- Está bien, ya entendí - respondí afirmando a lo que ella dijo.

- Bueno, creo que es hora de que despiertes, nos vemos otro momento he... Izumi.

- Nos vemos luego.

¿Qué me habrá querido decir?

De repente una luz blanca nubló mi vista y en efecto, había despertado, podía ver a Yui preparando el desayuno.

- Buenos días Yui.

- Oh, Izumi buenos días, parece que despertaste, ¿tuviste algún sueño nuevo con esa persona?.

- Si, dice que necesito aprender habilidades especiales de espada, o técnicas más bien.

Yui puso su mano en su mentón y dijo.

- ¿Técnicas?, Pero no hay instructores cerca.

- No hay, pero podemos encontrar un vendedor errante que venda pergaminos de espada.

- Wao - Yui se sorprendió.

- Buenos días Yui..., buenos días insecto...- dijo Chiko mientras bostezaba, al parecer se acababa de despertar.

 - ¿El idiota de Alem aún no despierta? - preguntó Chiko.

- Aún no, por lo que veo.

- Que bueno - dijo Chiko con una cara de alivio - Bueno, voy a pescar, vuelto en un rato.

- ¡Oye espera! -  le dijo Yui a Chiko pero no escuchó - Esa chica...- murmuró Yui.

Últimamente Chiko ha ocultado menos su deseos de hacer algo, parece que cada vez se siente mejor estando con nosotros, espero que ningún mal evento la regrese al punto donde estaba cuando la conocimos.

Yui había terminado de cocinar y Chiko regresó con un pez gigante de un lago cercano, parecía un salmón, pero era verde y más grande, Alem se despertó al oler el desayuno ya listo y se sentó en la mesa a desayunar.

- Escuchen todos - dije mientras ponía mis manos en la mesa - En un rato nos dirigiremos al Templo y cerca buscaremos al vendedor errante, así que estén preparados.

- Entendido - respondió Alem motivado.

- Si - asintió Yui con la cabeza.

- Bueno - dijo Chiko.

Terminamos de comer y dimos paso hacía el templo, cuando llegamos decidimos ponernos en marcha para poder encontrar al vendedor errante en los alrededores, nos dividimos en grupos, yo iría con Chiko y Alem iría con Yui, yo buscaría con Chiko en la derecha del templo mientras Alem y Yui por la izquierda.

- Oye insecto.

- Mande Chiko.

Al parecer ya no me importaba como me llamaba Chiko, me daba totalmente igual, ya me había acostumbrado.

- Tengo que ir.

- ¿Ir? ¿Ir a dónde?”. 

Chiko bajó la mirada, pero se tranquilizó y dijo.

- Al baño.

- Ahí hay un arbusto - dije mientras apuntaba a un arbusto.

- ¡Idiota! - gritó Chiko.

¿Qué le pasaba? Ahí tenía el arbusto, nadie la podía ver.

- ¿Porqué? ¿Qué pasa?.

- Como piensas que voy a ir a un arbusto.

- Tranquila, no hay nadie más que yo a los alrededores.

- Bueno, vigila que nadie se acerque.

- Si, si, ya tranquila, vigilaré el lugar.

Chiko se dirigió al arbusto para poder hacer sus necesidades cuando de repente.

- ¡¡Gyaaah!! - Gritó Chiko.

- ¿¡Qué sucede!? - grité.

- ¡Idiota! - Chiko gritó mientras corría hacia mí.

Chiko se acercó a mí y me dió un golpe.

- ¡Te dije que vigilaras que no hubiera nadie! - gritó Chiko.

Ugh... Eso dolió mucho... 




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