Tras haber detonado las bombas que tenían como función acabar con el tallo central de los mungarkers, salimos rápidamente de la cueva donde yacía la raíz que nos tocaba explotar, aunque, Chiko no me había dicho ni una sola palabra después de eso. Muchas ocasiones intenté llamar su atención de alguna forma para hablarle, pero ella solo respondía a través de pequeños sonidos hechos con su boca, no era muy convincente esa forma de hablar que estaba manejando ella en este preciso momento. Pero ya que parecía que pase lo que pase no iba a decirme algo, decidí dejar las cosas como estaban, esperando que en otra ocasión llegara ser posible comunicarme con ella con más facilidad.
Chiko empezó a acelerar el paso con cada movimiento que hacíamos, tenía que ir a su ritmo si no quería quedarme atrás, ella parecía que ni siquiera quería estar cerca de mí en ningún momento, de verdad estaba extraña... Lo último que había sucedido fue que me confesé, ella también me mostró sus sentimientos, pero... tras cierto suceso, ella empezó a llorar, después de eso, comenzó a comportarse así, haciendo imposible comunicarme con ella por más que lo intentara. Ahora solo quedaba reunirnos con el profesor Nakamura, quien debería estar cerca por lo que podía observar en mí radar; aunque algo era muy extraño, deberíamos ser en total siete puntos acercándonos unos a otros, pero el aparato solo mostraba en total cinco, algo estaba mal... ¿será que Yui y Alba se atrasaron?
Estábamos a unos pocos metros de distancia de las tres personas más cercanas, quienes obviamente eran el profesor Nakamura, Flora y Alem, así que en el momento que nos acercáramos a ellos, preguntaría por la situación de Yui y Alba. Tenía que acelerar aún el paso.
- ¡Accel 0.1 Porciento! - Aceleré el paso con la técnica de Accel, Yui también corrió aún más rápido a pesar de no tener tal habilidad, por lo que veo ella si era muy ágil y veloz. No es que no quisiera estar lejos de mí, bueno, en realidad lo intenta un poco, pero ella no debía perderme de vista pase lo que pase, si nos separábamos, se volvería nuestro fin.
- ¡Izumi! - pude ver una silueta de alguien al fondo de la calle, era él profesor Nakamura, quien estaba gritando mi nombre; detrás de él habían más personas aproximándose, eran Alem y Flora; que alegría verlos de nuevo.
- ¡Chicos! ¿Se encuentran bien? - Ellos ya estaban frente nuestro, así que realicé la pregunta, ellos estaban alegres por habernos reencontrado por la misión.
- Yo estoy muy bien.
- Igual.
- Nos fue bien con la misión - El profesor Nakamura miró atentamente a Chiko, quien mantenía la frente baja; todavía ella seguía intranquila por lo que había sucedido hace un momento.
El profesor Nakamura se acercó a mí, puso su mano en mi oído queriendo susurrarme algo a este, simplemente me dijo en voz baja - ¿Algo sucedió entre ustedes?
Mi mirada bajó un poco, pero no era algo que podría hablar con él en estos momentos, era algo que debía mantener oculto. Caminé un poco alejado del lugar donde nos reunimos, dentro de un edificio, el profesor Nakamura me siguió, a lo cual le respondí.
- Si sucedió, pero no es algo de lo que pueda hablar en este momento - El profesor Nakamura se sorprendió con mi respuesta, pero paulatinamente salió del edificio y concentró su mirada en la dirección de Chiko.
Noté que rápidamente Chiko volteó a verme, creo que fue porque debí mencionar algo que no quería que yo hablara; será momento de callar la situación.
Lentamente Chiko empezó a acercarse a mí, después de unos segundos ella estaba frente mío, su mirada era algo seria y sus ojos se concentraban en mí. Ella me miró fijamente a los ojos mientras hacía un puchero en su boca; repentinamente suspiró profundamente y dijo - Izumi, perdón por no haber sido buena contigo hace unos momentos, ni tampoco lo suficiente honesta con mis sentimientos, como dije hace un tiempo, me gustas, pero en estos momentos no estoy en condiciones de darte mis sentimientos, ni aceptar los tuyos; no puedo decirte que esperes a que yo arregle mis asuntos, pero si pudieras yo...
- Esperaré - dije mientras mantenía una sonrisa en mi rostro.
- ¿Izumi...?
- También me gustas Chiko, así que esperaré un poco más a que los arregles, solo... no me hagas esperar demasiado - le hablé con una sonrisa en mi rostro, yo me sentía alegre en cierto sentido y a la vez un poco triste, pero si ella en algún momento me dará sus sentimientos, creo que debería dar una oportunidad de esperar hasta ese momento.
- Izumi... - lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Chiko, ella rápidamente se abalanzó sobre mí, terminando abrazándome. Ella estaba llorando sobre mi pecho; tenía que dejar salir los sentimientos que le impedían estar tranquila, en algún momento ella estará lista y me dará sus sentimientos. Nunca había visto a Chiko de esa forma, expresándome alegría y una enorme cantidad de emociones de esa forma, ella había cambiado con el paso del tiempo.