The bakery next door

Secretos, risas y la excursión del terror.

CAPÍTULO 12 –

Ha-eun entró al departamento arrastrando los pies, exhausta después de la cena de anoche.

Antes de que pudiera quitarse los zapatos, Jisoo la rodeó como un huracán.

—¡Cuéntame TODO! —exclamó, agitándole los brazos—. ¡Cuéntame cómo fue! ¡Qué dijo la abuela! ¡Qué hizo el señor Kang!

Ha-eun levantó las manos como queriendo detener un tsunami.

—Jisoo... no... no puedo decir nada... —murmuró, con los ojos grandes.

—¡Vamos! —insistió Jisoo, acercándose aún más—. No me digas que no pasó nada. ¡Quiero detalles!

Ha-eun suspiró.

—Está bien... pero me prometes algo.

—Lo juro —dijo Jisoo solemnemente, como si fuera a firmar un contrato de vida o muerte.

—No se lo digas a nadie... ni a tu familia, ni a nadie en la panadería, ni a un árbol, ni a un perro... —enumeró Ha-eun.

Jisoo asintió con los ojos brillando de emoción.

—Bueno... —Ha-eun tomó aire y comenzó a contarle todo.

Desde cómo Kang la había puesto en "personaje" en el auto, hasta las anécdotas del capitán calzoncillos, las fotos de niño, la abuela contándole todo y el ataque de risa que tuvieron ambas.

A medida que Ha-eun narraba, Jisoo comenzó a llorar... pero de la risa.

—¡No puedo... esto es demasiado! —sollozó entre carcajadas.

Ha-eun no pudo resistirse y también terminó riéndose hasta que ambas terminaron tiradas en el sofá, casi sin aliento.

—Prometí no decir nada... —murmuró Jisoo, secándose las lágrimas—. Pero ¡Dios, Ha-eun! Esto es épico.

Al día siguiente en el bakery...

Ha-eun llegó temprano, café en mano y ojos medio abiertos.

Pero notó algo extraño: el señor Kang estaba diferente.

No la regañaba.

No la miraba con su habitual acidez.

Incluso parecía... incómodo.

Dohan lo observó unos segundos y se giró a Ha-eun.

—Hmm... algo raro pasa con él hoy —susurró—. No te regañó ni una sola vez. Eso... es un avance.

Ha-eun abrió los ojos, sorprendida, y sonrió nerviosa.

—¿Un... avance? —balbuceó, sintiendo que cualquier cosa podía ir mal en cualquier momento.

Kang finalmente se aclaró la garganta.

—Tengo que salir. —Dijo, evitando mirarla directamente—. Esta tensión... es insoportable.

Dohan le deseó suerte y se despidió de ambos, mientras Kang se retiraba con pasos medidos.

Ha-eun soltó un suspiro de alivio.

Tal vez hoy no habrá accidentes de café ni gritos... pensó.

La conversación incómoda...

Cuando Ha-eun terminó su turno, estaba lista para irse a casa, estirando la espalda y soñando con su cama.

Pero de pronto, un auto se detuvo frente al bakery.

El señor Kang bajó.

—Ha-eun... —dijo—. Necesito hablar contigo.

Dohan, rápidamente entendió la señal y asintió.

—Nos vemos mañana —dijo Dohan—. Cuídense.

Y se fue, dejando a Ha-eun y Kang solos.

Se formó un silencio incómodo mientras ambos caminaban hacia la entrada del auto.

Ha-eun sentía que su corazón latía demasiado rápido y que cualquier palabra que dijera podría provocar un desastre nuclear.

—Verás... —comenzó Kang, con la mirada baja y un tono que oscilaba entre serio y avergonzado—. Después del cumpleaños de mi abuela...

ella quiere que vayamos a una excursión... de tres días.

Ha-eun parpadeó... varias veces... como si un dínamo gigante estuviera a punto de devorarla.

—Tres... días... —susurró—. ¿Qué...?

Kang levantó una ceja, incómodo, consciente del pánico que le provocaba a Ha-eun con solo mencionarlo.

—Sí. Y... quiero que... bueno... que vaya conmigo. No es negociable. —dijo, intentando sonar firme pero sin mucho éxito—. Es para mantener la paz con mi abuela.

Ha-eun tragó saliva, tratando de recordar que no podía arruinar nada más.

—Y... ¿yo... cómo hago para no... arruinar esto? —balbuceó, nerviosa.

Kang suspiró, incómodo por la situación.

—Haga lo que hizo en la cena. Solo... siga el guion, mantenga la calma... y no diga nada que no le pida.

Ha-eun asintió rápidamente.

—Está bien... intentaré... sobrevivir.

Kang, por su parte, no podía evitar sentirse... raro.

No por ella, sino por la vergüenza latente de haberla expuesto a sus secretos familiares, sus anécdotas infantiles y la humillación que sentía al ver que ella lo conocía tan profundamente.

—Bien... —dijo finalmente, resignado—. Vamos.

Ha-eun subió al auto, tratando de no pensar en los tres días de tortura potencial, mientras su corazón palpitaba entre miedo, curiosidad y... una pizca de diversión prohibida.

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Ahhhhhh (gritos de loca) me encanta, amoooo jajaja estos dos tienen un no sé qué espectacular que me fascina jeje y necesito saber qué pasará en el siguiente capítulo, esto se pondrá bueno, una excursión de tres días con abuela peligro? Esto va a estar épico jajaja



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En el texto hay: romance, kdrama, jefeyempleada

Editado: 27.12.2025

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