La Felicidad Cabía en una Pequeña Habitación
Luego de casarse se mudaron a ese pequeño apartamento que mi padre había alquilado, de una sola habitación, un pequeño comedor para cuatro personas, una nevera de oficina y una estufa de mesa, pocos platos y pocos vasos. Mi madre estudiaba para convertirse en doctora y mi padre aún seguía en la milicia, estancado, pero no le importaba mientras que mi mamá siguiera estudiando él era feliz, ambos lo eran y eso era suficiente. O eso nos hizo creer por años.
Dos años después mi madre decidió dejar de tomar pastillas de planificación, esas que te evitan tener hijos, casi terminaba la universidad y no era como si fuera a salir embarazada tan rápidamente, eso fue lo que ella creyó pero, si salió embarazada rápidamente, mi madre casi no me hablaba de eso pues por cuestiones de salud perdió a su primer hijo, cada vez que mencionaba ese hecho sus ojos se oscurecían mientras mi papá cambiaba de tema y yo, me preguntaba qué era lo que había pasado.
En fin, meses después de la tragedia volvió a estar embarazada, esta vez cuidada como una muñeca de cristal ¿Tenia riesgo de perderlo? No, pero estaba aterrada y el estar tan ajetreada con la universidad no ayudaba mucho, por suerte mi madre no estaba sola, cada vez que mi papá llegaba de la base, como le decíamos a la fuerza aérea de nuestro país, la abrazaba y apoyaba tanto como podía, le cocinaba y mimaba tanto que, me contaba mi mamá, la hartaba, eso a mi parecer de niña cursi, era muy lindo, siempre quise a alguien como mi papá en mi vida… Cuando era pequeña, claro está.
Cuando mi mamá entró en labor de parto todo se volvió un caos, la familia de ella no se enteraron mas que su hermana que estaba en el mismo hospital siendo operada, la familia de él la mayoría de sus hermanos estaban con mi mamá haciendo la desesperar a la pobre.
Cuando por fin dio a luz, negó a su propia hija por ser muy blanca ¡Mi propia madre me negó por mi color! ¿Cómo era eso posible si la doctora aun no cortaba el cordón umbilical? ¿Sera que en ese momento mi mamá se habría vuelto loca? No lo sé y la verdad no quiero saberlo, todavía le tengo algo de rencor por haberme negado de una forma tan tonta.
Mi madre me contaba la parte que sigue siempre con una sonrisa que me recordaba mi niñez, la cosa es que cuando me entregaron a mi padre, él y sus hermanos deliberadamente gritaron y afirmaron que tenia un gran parecido a su difunta abuela y para celebrar tal cosa conmigo en brazos, se encaminaron a tomar cerveza como si fueran viquingos y hubieran ganado una gran batalla, por si te lo preguntas, si, dejaron a mi madre sola en el hospital, pero pregúntate también “¿A ella le importo?” en lo mas mínimo, la señora tenía un examen ese mismo día así que, luego de ser cosida se escapo del hospital y se fue a la universidad, los profesores se sorprendieron al verla desembarazada, pero con lo testadura y responsable que era esa mujer a sus compañeros les dio igual.
Por otro lado, estaba mi padre, quien con gran regocijo exhibía a su primogénita por los alrededores de la casa de su madre, mi abuela me amo desde el primer momento, si, también porque creía que era su propia madre encarnada en una bebé ¿Qué le pasaba a mi familia?
Los meses pasaron y el nuevo amor de mi padre crecía rodeada de cariño, mi padre se sentía afortunado pensando que tenía un ángel en sus manos y que todo lo bueno del mundo Dios lo había reservado solo para él, un pequeño lugar para vivir, una familia que lo apoyaba, una esposa médico, hermosa y trabajadora, y su nuevo tesoro, su hija, quien nunca lo abandonaría, porque él la iba a criar como él quisiera y ella iba hacer lo que él demandara, seria su imagen y actitud en mujer, nunca lo abandonaría porque era su hija y si él le daba su todo ella le agradecería con todo su amor y devoción, ese pensamiento lo llenaba de alegría… mientras yo, solo con días de nacida, no sabia lo que me esperaba.