The cartoon boy

Prólogo

En los días como hoy, me pregunto si vale la pena seguir intentándolo, probablemente  
ya no quiero continuar con esto ¿porqué tendría que hacerlo? ¿Por qué aferrarme a  
alguien, a un futuro que no se une con el mío? Digo, él, claramente se dedicará a  
ignorarme como lo ha hecho durante estos años y mientras tanto yo,  seguiré intentándolo  
una vez más como lo he hecho hasta ahora, sin poder obtener una respuesta  
correcta.

 —Se levantó de su lugar tomo sus cosas y las guardo con mucha prisa, una  
vez que se colgó la mochila en los hombros, comenzó a correr por toda la escuela,  
tenía que llegar a tiempo o el momento que podría decidir su destino cambiaría por  
completo. Corría lo más rápido que podía, ya había pasado la escuela por algunas  
calles, le faltarían al menos 5 cuadras más para llegar a aquel lugar, sin contar que  
tenía menos de diez minutos para cumplir con esta tarea. 
Sedienta e incluso cansada, aun se encontraba corriendo por la cuarta cuadra, aun le  
faltaría menos de una para poder llegar a tiempo, cuando revisó el teléfono, solo tenía  
2 minutos para llegar a él, solo dos minutos que pasarían como agua, tan rápido que  
no podría notarlo. 

—¿Por qué? ¿Por qué, aunque trate de recordar todos los malos momentos que  
pasamos aún quiero ir tras él? ¿Por qué no puedo dejarlo ir? ¿Por qué siento que, si  
se va ahora mismo, una parte de mí se iría y jamás regresaría? Y aunque te dije con  
una sonrisa y  lágrimas calllendo por mis mejillas, que estaría bien sin ti, que nunca  
te amé ¿Por qué estoy corriendo por las calles para volverte a ver? ahora estoy  
pensando en ti, en la tonta sonrisa que ponías cuando no entendías lo que quería  
decir, en todo lo que hiciste para que estuviéramos juntos. — 
Sin darse cuenta ya había llegado a la estación de autobuses, tenía tan solo unos  
segundos para poder encontrarlo, verlo antes de que fuera demasiado tarde. Corrió  
por toda la plaza principal, gritando su nombre tan fuerte como podía, no tenía ganas,  
no tenía aire, poco a poco las piernas se le debilitarían y caería, así no podría  
encontrarlo.  
La gente la veía tan raro, una chica con el cabello todo alborotado, gritando por todo el  
lugar el nombre de un chico con tanta desesperación, era raro presenciar aquella  
escena. Mientras tanto,  ella corría por cada uno de las estaciones del lugar, esperando  
con fe, que él no hubiera subido a ese camión, que no se estuviera yendo de su lado  
de nuevo como lo había hecho la última vez.  
Pero en un momento la chica se acercó al módulo de información, para preguntar  
acerca del bus, esa sería la única manera de saber si él ya había partido. Después de  
explicar la situación a la chica que estaba del otro lado del monitor, esta contestó:

 —Me  temo que llegaste tarde, como podrás notar el autobús partió hace una hora y media  
aproximadamente, lo siento. — 


La chica después de agradecer, camino hacia la sala de estar, en esos momentos no  
le importaba nada, no le importo que hubiera gente alrededor suyo, la joven  
simplemente no pudo aguantar más con la carga, se soltó a llorar mientras se sentaba  
en el suelo y recargaba su espalda en uno de los muros.

 "—Recuérdame siempre que  
quieras, cuando tengas ganas de odiarme piensa en cuantas veces cometimos locuras  
juntos, date la oportunidad de ver el mundo con todos los gozos y desgracia, recuerda  
que aquí estaré siempre—“


—Eres un tonto, un gran tonto ¿Dónde esas ahora que estoy odiando la soledad que  
dejaste en mí? — Se encontraba aun llorando, con las piernas estiradas por el suelo y  
con las manos cubriendo, sus ahora hinchados ojos.


—Nunca me fui tonta…



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En el texto hay: juvenil, escolar, romance

Editado: 24.02.2019

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