Ya estamos aquí, frente a la puerta de la cocina, esperando a colocar los tres dígitos necesarios para poder pasar al otro lado.
<<Y los números son...999>>
- BIIIIIIB!
- Espera,¿qué?. ¡No ha funcionado! ¡Ajjj! ¿Y ahora que haremos?
- ¿Y si....? - Se me ha ocurrido la idea de que pudiésemos estar mirando del lado equivocado, es por eso que he volteado el papel. - Ahora los números conforman un 666. Tal vez funcione.
Ya colocado los números, escuchamos un ruido muy extraño, parecido al de el motor de un auto cuando arranca. La puerta se ha abierto.
- ¡Jo, tía! ¡Eres genial! - Me dice Sara emocionada.
- Gracias, a veces las cosas sólo hay que mirarlas de otro modo, puede que esto te abra muchas puertas. - Dicho esto, ladeo la cabeza hacia la derecha en una forma de invitación a pasar.
Al entrar, mis fosas nasales fueron asaltadas por el hedor de las provisiones en descomposición que fueron dejadas allí, pudriéndose.
Entre las telas de arañas y los desechos, hay una vieja encimera que ha sido asegurada inteligentemente. ¿Qué puede haber dentro? ¿Más alimentos caducados hace más de un siglo? Porque... huele realmente mal...
- Mira, Anna. ¿Que tipo de cerradura es esta? No la había visto en mi vida. - Mi hermana se agacha y recorre con la vista cada parte de la encimera. - Para poder abrir esta cosa necesitamos armar un tipo de rompecabezas o algo así...
- Soy muy buena con los rompecabezas. - Añado.
- Si, pero fíjate bien, faltan piezas.
Nunca había visto algo tan raro. ¿Qué tipo de rompecabezas es este?
Está conformado por pequeñas canicas que forman un patrón de: rojo, azul y verde,aunque no sé a ciencia cierta que sea así ya que están desordenados.
¿Abrirlo? Fácilmente lo haría, si tuviera las piezas faltantes y la forma en que van.
- Anna, faltan seis de las canicas ¿Dónde pudieran estar?
- Hay 3 filas y 10 columnas, 8 rojas, 8 azules y 8 verdes.
- O sea, 8 de cada color, pero sumando las 6 que quedan...
- Mira, 3 por 8 es igual a 24 y más 6 son 30, así que 3 por 10 es 30. Por lo tanto si hay 8 de cada color, para completar el rompecabezas, necesitamos 2 canicas más de cada color, "rojo, azul y verde"
- Perfecto, ahora sólo queda encontrar las faltantes. - Dice y camina hacia la puerta.
Después de salir de la cocina sentimos un gran alivio, mi nariz no aguantaría más ese olor tan desagradable.
Comenzamos a andar por toda la sala, buscando en cada rincón las canicas que faltan para completar el rompecabezas. Puedo escuchar como cruje la madera de bajo de mis pies a cada paso que doy, en cualquier momento se podría caer el suelo.
Sara y yo, nos detuvimos frente a otra puerta. Esta vez, fue fácil entrar ya que el pomo estaba roto.
Entramos en un cuarto, el espacio es pequeño pero todo encaja en el lugar en que está ubicado, o casi todo.
Hay un tosco armario que está mal colocado a un lado de la cama y en el suelo, alrededor de él, hay marcas y rayones como si lo moviesen frecuentemente.
<<Algo oculta...>> - Me susurra mi subconsciente haciéndome sentir algo de curiosidad.
- ¿Qué crees que haya dentro?
- No lo sé, a mi no me da buena espina, se me ponen los pelos de punta con solo verlo. - Dice Sara y da un paso atrás.
- Ven, vamos a moverlo de su sitio.
Nos colocamos a un lado del escaparate y comenzamos a empujar. Ha sido en vano ya que este no se ha movido ni un centímetro.
- Anna, pesa demasiado. ¿Que hay dentro? - Toca unas cuantas veces el armario : TOC TOC...TOC TOC. - Está hueco.
- S...Sara... ¿Y si..? ¿Y si hay un cadáver ahí adentro?
- Averigüémoslo.
- Estás segura?
- Tengo curiosidad.
- Vale. - Asiento un par de veces.
Sara coloca sus manos en las manijas del armario.
- Lo abrimos a la cuenta de tres, ¿vale?
Asiento con la cabeza
- Uno...Dos...¡¡Tres!!
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Editado: 17.05.2020