The Dimensions (libro 2) "The journey of the seven"

4. Las cuatro esquinas de la tercera dimensión

—Es simplemente imposible que hagamos algo como eso —dijo Nubiya—, simplemente no se puede.

—Es la única forma —Briana la miró—. Y nadie te ha pedido que vinieras.

—¿Por qué tenemos que viajar a las dimensiones?

—Porque en muchas de ellas, se escondió una parte del diario. Solo los ODPP conocen dónde están las partes de ese diario, son custodiados como tesoros y solo ellos nos pueden decirnos cómo encontrarlo.

—¿Los ODPP? —preguntó Nubiya.

—Organización dimensional de paz y protección.

—Okay, eso está genial —dijo Loewen—, pero porqué querrían decirnos como hacerme un arma mortal al completo y en toda la palabra.

—Porque si alguien encuentra el diario antes que nosotros, entonces no tendrás voluntad y de verdad serás solo un arma, tendrás que mostrar que estás del lado que quieres traer paz, no al contrario —dijo Briana.

—Claro —asintió la pelirroja de forma sarcástica—, buen plan, parece que va a funcionar.

—Eso no importa del todo ahora —dijo Nubiya—, estamos en los juegos y el Asgaest no nos dejará salir hasta que perdamos o se ganen los AFTA.

—Hay otra cosa.

—¿En serio? —frunció el ceño la ama agua— ¿nunca te callas?

Briana frunció la miró con mala cara y prosiguió.

—Necesitamos a los otros dos.

—¿Cuáles otros dos? —preguntó Loewen.

—El de la tierra y el del aire.

—¿Qué? ¿Por qué? —frunció el ceño Nubiya.

—Porque es la única forma en la que encontraremos al guardián, se dice que para entrar se hace con el acceso de los cuatro poderes porque indicaría que hay un problema en la tercera dimensión y es necesario recuperar al guardián del diario para que lo recopile y lo esconda en otro lugar.

—¿Por qué no simplemente lo destruyeron? —dijo Eiden, hablando por primera vez después de una prolongada meditación—, si es tan peligroso ¿por qué mandarlo a volar y listo?

—Ese diario fue creado entre seres poderosos, la investigación fue hecha por Lewis, pero el diario tuvo contribución de los Wartald, de los Krisken y de los mismos Elementaristas.

Loewen miró a Elidan y a Nubiya con fastidio.

—Gracias por eso chicos.

—Y el guardián… ¿es Elementarista? —ignoró Nubiya.

—No siempre, se dice que el poder los escoge.

—¿Poder? —frunció el ceño Loewen.

—Los guardianes adquirieron un “don” creado de la misma fuerza que le dio los poderes a Loewen, el universo necesita un equilibrio.

—Quiere decir… ¿Qué es un anti poder? ¿Controla a Loewen? —preguntó Eiden.

—No del todo, pero algo así. Son parte de uno mismo, el uno viene con el otro —Briana se rascó la cabeza—, ni yo lo entiendo muy bien, pero seguro que el guardián lo puede explicar de maravilla.

—No gracias, no quiero conocerlo, no iré, aunque gracias por su ayuda —sonrió Loewen, caminando lejos del grupo asesino de personas.

—¡Ey! —le gritó Nubiya— ¿Por qué no querrías ir?

—¿A caso no oíste? —Loewen apuntó a Briana—, ese tipo o lo que sea, puede controlarme, hacerme una marioneta.

—Una controlada —apuntó Nubiya.

—¿Ah sí? —Loewen sonrió sarcástica—, te aseguro que en mi arsenal de armas escondidas tengo algo para controlarte, lo intentamos y luego me dices si es agradable.

—Basta las dos —pidió Eiden—. Loewen, en ningún momento dijeron que este poder te controlaría, se refería a que puede frenarte en tus ataques de histeria.

—Y es un quizá —agregó Briana—, con tus poderes Loewen, nada es seguro al cien por ciento. Ese guardián funcionaba cuando no estabas despierta, cuando eras bebé o con el sello, pero mientras más te familiarices con tus dones, menos predecible eres.

—Entonces tenemos que llevarla ahí pronto.

—Eso no es lo impórtate de ir con el guardián. Es verdad que ayudará a Loewen, la comprenderá, pero el guardián tiene algo mucho más importante.

—¿El diario? —dijo una muy esperanzada Nubiya.

—No. El mapa para encontrarlo.

Los chicos restantes se lanzaron miradas nerviosas, todos entendían a la perfección que tendrían que viajar entre dimensiones, la cosa era, pasar al otro lado sin morir en el intento, por una buena razón estaba prohibido y no querían ser los que descubrieran el por qué.

—Dices que necesitamos a los demás —dijo Eiden—, encontrémoslos.

Justo en ese momento, el ambiente comenzaba a cambiar. La tierra bajo ellos tambaleó bruscamente, llevando a Briana y a Loewen al suelo, mientras que Nubiya y Eiden lograron permanecer parados en un completo equilibrio y concentración mientras lentamente se elevaban al estar en la cima de una montaña aparecida de la nada.

—Por Dios —Loewen se abrazó a si misma—, ¿no se ponen de acuerdo con qué torturarnos?




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